LEXI
Dylan se veía muy guapo vestido informal, las veces anteriores que lo había visto andaba de traje. Pero ahora verlo así ¡Dios! Me ponía nerviosa, no podía evitar sonrojarme, su sola mirada me hacía sentir un calor por todo mí cuerpo. Dylan parecía serio, siempre molesto, pero yo sabía que no era así, él quería ocultar algo, no quería que la gente lo viera débil, pero en el fondo algo me decía que él era bueno y noble.
—Y... ¿A qué te dedicas?— pregunte porque quería conocerlo más.
—¿Tu que crees?— alzó una ceja.
—es obvio que eres de dinero— lo mire de arriba abajo —debes de ser empresario, el dueño de algo...
—si, pero dime ¿De que?
De pronto recordé su apellido, Spencer, hay una empresa, Industrias Automotriz Spencer, debe ser el dueño. Mi padre hizo negocios hace muchos años con ellos, creo que con el padre de Dylan.
—eres el dueño de Industrias Automotriz Spencer...
—vaya, eres muy lista— sus ojos me miraban intensamente.
—lo descubrí por tu apellido.
—ah, ya veo...
—ayer escuche que mi padre hizo negocios con el tuyo años atrás, él es el dueño de las joyerías O'Donnell.
—lo se, conozco a tu papá desde antes de hacer negocios con el, aunque creo que él no lo recuerda.
—¿de dónde?— pregunté curiosa.
Dylan miró hacía otro lado, se quedó callado mientras yo esperaba su respuesta, al ver que no iba a obtener nada cambie de tema.
—¿Crees que...?— Dylan me miró de nuevo y yo me puse nerviosa.
—¿Si?— parecía ansioso por saber que iba a decir.
—nada... tengo que irme— estuve a punto de preguntar sin podíamos ser amigos, pero creo que Dylan no seria amigo de alguien como yo, por eso me arrepentí. Tomé mi bolso y saque dinero para pagar mi comida.
—no por favor— se puso de pie y sacó su billetera, colocó unos billetes en la mesa, sin mirar la cantidad y después me acompañó a la salida.
Dylan y yo caminamos por la acera, la verdad no quería irme, pero tampoco quería obligar a Dylan a estar conmigo, no creo que él quiera eso, parece que muy apenas me soporta. Me detuve y me coloque frente a él.
—gracias de nuevo.
Empecé a caminar pero él me detuvo, tomó mi brazo con delicadeza para impedir que siguiera caminando. Una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo y un calor agradable me envolvió. El me miraba a los ojos, siempre hacía eso, le gustaba intimidarme.
—quiero mostrarte algo ¿Me acompañas?
No deseaba ir a ningún otro lado, Dylan siempre me daba paz y seguridad, no me juzgaba ni me pedía que me comportara de tal manera, el no esperaba nada de mí, ni me exigía nada. Como no podía hablar moví la cabeza en forma afirmativa, el me guió hasta su auto, me abrió la puerta y subí en él. Dylan tomó su lugar en el auto y lo encendió, era un coche deportivo último modelo, el estaba en la industria de los autos, era obvio que trajera el mejor.
—tu coche es muy lindo...
—¡¿Lindo?!— exclamo ofendido —Es un coche, no un oso de peluche— Dylan miraba hacia el frente, pero note como alzaba su ceja, siempre hacía eso cuando estaba en modo juguetón, llevaba pocos días de conocerlo pero ya empezaba a distinguir sus gestos.
—entonces, tu coche está genial ¿Contento?— puse los ojos en blanco juguetona.
—puedes hacerlo mejor.
—ok... tu coche es increíble e impresionante— voltee hacía el -¿Mejor?
—mucho mejor...
—¿Por qué los hombres se obsesionan con los autos?— reí.
Avanzamos en la calle, mire por la ventana mientras Dylan conducía. Casi no lo conozco pero no me daba miedo, era todo lo contrario, mi teléfono empezó a sonar, lo saque del bolso y vi la pantalla era mi madre. Suspire y contesté.
—mamá...
—¿Dónde estás? Dijiste que no tardarías, Shaun quiere venir a verte— su voz se escuchaba emocionada.
—lo siento mamá, puedes decirle que lo dejemos para otro día.
NARRADOR
La madre de Lexi empezaba a molestarse, pero Lex no se dejaría intimidar por ella, hoy no. Lexi quería estar con Dylan. Ella no sabía qué inventar, pero cualquier cosa sería mejor pasar la tarde del domingo con Shaun, Lexi sabía perfectamente que él no estaba interesado en ella, pero ¿Por qué seguir el juego de su madre?
—¡¿Vas a dejarlo plantado?!— Denisse alzaba la voz.
—mamá, ni siquiera me avisaste, yo hice otros planes.
—Lexi...
—lo siento... yo no...
Antes de terminar de hablar, Dylan le arrebató el teléfono a Lexi y lo guardó de nuevo en el bolsillo de su pantalón. Ella lo miró sorprendida, pero no dijo nada, el teléfono volvió a sonar, pero ambos lo ignoraron.
—¿Haras eso siempre?— Lexi no estaba molesta, pero si confundida.
—tienes 24 años— Dylan quería hacerla sentir mejor, pero a veces no podía evitar sonar insensible —deja de actuar como una niña, no tienes que darle explicaciones de todo a tu madre.
—no es fácil...
—inténtalo...
Varios minutos después Dylan se detuvo, él y Lexi bajaron del auto. El lugar estaba rodeado de árboles, era una bodega enorme. Dylan guió a Lexi hasta la entrada, abrió la enorme puerta de hierro y entraron, todo estaba oscuro, Dylan encendió las luces y todo se hizo blanco, Lexi quedó sorprendida con lo que vio delante de ella. Un auto antiguo en perfecto estado, estaba en medio de la bodega y alrededor varias pinturas muy hermosas.
—¡Es hermoso!— Lexi se acercó al auto y acarició el cofre.
—es un shelby cobra 1964...— Dylan se cruzó de brazos —llevo años reparandolo, era de mi padre.
—es perfecto— Lexi seguía acariciando el auto mientras miraba las pinturas —¿Y esas?— señalo las pinturas.
—eran de mi madre, las coleccionaba.
—son muy lindas— Lexi le sonrió con dulzura a Dylan, le encantaba conocer más de él —¿Por qué tienes todo aquí? Deberías tenerlo en tu casa.
—es una historia muy larga— se encogió de hombros —son los únicos recuerdos que me quedan de ellos.
—entiendo— Lexi no pudo evitar ponerse triste ante las palabras de Dylan.
Lexi abrió la puerta del auto y se sentó en el asiento del piloto, acarició el volante y se recargo en el asiento. Parecía cómoda, Dylan la observaba fascinado, sentía emoción al verla, su belleza lo deslumbraba. "¿Qué me está pasando?" esa pregunta le rondaba por la cabeza a Dylan, él no se sentía digno de ella, pero tampoco quería dejarla de ver, quería al ángel a su lado.
El sonido del teléfono de Dylan interrumpió el momento de paz que ambos estaban teniendo. Dylan tomó su teléfono y miró la pantalla, era Pamela.
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Incompatibles
RomanceLexi y Dylan ambos diferentes ambos sin nada en común ambos heridos ambos tristes ambos... Incompatibles... 17/01/2021 ©Queda expresamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas por las...