LIV

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DYLAN

No se que día es, desde que mi angel se fue solo he estado tomando, quería sacar su rostro de mi mente, hasta llame a dos rameras para que me hicieran olvidarla, pero no pude, ni siquiera las toque, el solo echo de pensar que no eran ella no me despertaba ningún interés, aunque creo que a esas mujeres no les importo, ellas solas se entretuvieron juntas, solo me dedique a verlas tener sexo toda la noche hasta que amaneció. Cuando me cansé de ella me sali al balcón con una botella de whisky, era mi quinta botella y aún no sabia cómo me mantenía en pie.

El aire fresco de la mañana golpeaba mi rostro, me sente en el piso y cerre los ojos, su rostro apareció de inmediato. Sonreí triste y aunque me dolía admitirlo, no queria olvidarla, su sonrisa, su piel suave y su mirada, esa mirada cuando le hacia el amor, la mirada que me decia que no existía nadie mas que yo. Levante la botella de whisky y me la tome de un solo trago, la quería devuelta, queria a mi angel de regreso. Estaba ebrio, muy ebrio, de pronto unas calidad manos levantaron mi rostro y vi esos hermosos ojos azules, era ella... mi angel, estaba aqui.

—angel... regresaste...

—Dylan, tengo que llevarte a tu habitación— la voz de Lexi se escuchaba lejos —no puedes estar aqui así...

—me dejaste— levante mis manos torpemente y acaricie su mejilla –te fuiste...

—Dylan, no hablemos de eso ahorita, debes comer algo, bañarte, ser el mismo Dylan de antes.

—¿Para qué? Ya no estas conmigo, eso era lo único que me importaba.

—no digas eso, tienes tu empresa, la gente que trabaja ahi depende de ti.

Abrí la boca para responderle cuando sono su teléfono, ella se puso de pie, saco el teléfono de su bolso y tomo la llamada. Mi ebriedad no me dejaba entender muy bien que estaba pasando, pero alcance a escuchar un poco.

—lo se Evan, esta aquí en su departamento— ella volteo a verme —no puedo dejarlo solo, ademas necesita comer algo, creo que solo hay alcohol en su cuerpo.

—en eso no te equivocas angel— me burlé.

Lexi me miro entre molesta y triste, me dio la espalda y siguió hablando por teléfono. Cuando colgó se coloco de nuevo de rodillas y me hizo que la mirara.

—ayudame por favor, vamos a tu habitación.

Moví la cabeza en forma afirmativa, cuando iba a levantarme escuche una voz que venia de adentro, creo que era una de las tipa que llame. Lexi se puso de pie y entro a la casa, como pude hice lo mismo y me pare en el ventanal recargandome en el. Lexi se acerco a la mujer y le aventó el vestido que había recogido del piso.

—es hora de que se vayan tu y tu amiga.

—¿Tu quien eres perra?— dijo una de las tipas molesta.

—la perra que te sacara de las greñas si no te largas— contesto mi angel enojada

—¡Esa es mi chica!— grite emocionado, pero Lexi me miro molesta.

Las dos tipas se vistieron y salieron del departamento. Lexi cerro la puerta y suspiro, me miro y se acerco a mi. Ya a mi lado coloco uno de mis brazos alrededor de su cuello y me guío hasta las escaleras, subimos despacio y llegamos a la habitación, me ayudó a sentarme en la cama y despues saco algo de ropa del armario. No me miraba ni me dirigía la palabra, solo se movía naturalmente por mi habitación, como cuando vivía aqui.

—¿Por que me dejaste?

—no vine a hablar de eso Dylan— se metio al baño y escuche que abrí la llave de la tina.

—¿Ya no me amas?— le dije a la nada.

—necesitas un baño y mucho cafe— se acerco a mi —quítate la ropa.

—¿Por que te fuiste?

Mi angel cerro los ojos, parecia que le dolían mis palabras, me ayudo a levantarme y me guío hasta el baño donde empezo a quitarme la ropa. Mi pene cobro vida y se puso firme ante la vista de mi angel desnudandome.

—traidor— mire mi pene —anoche que te necesitaba no me respondiste.

Vi una pequeña sonrisa en el rostro de Lexi, creo que estaba feliz porque no me acosté con esas dos mujeres.

—¿Te burlas de mi?— ladee la cabeza hacia un lado —mi hizo quedar mal con esas dos, no les di lo que querían.

—me alegro, este amiguito— señalo me enorme erección —sabe que me pertenece...— rápidamente la sonrisa de mi angel se borro y siguió con su labor.

—hey— le dije en voz baja —todo yo te pertenezco...

Los ojos de mi angel se humedecieron por las lágrimas, sin decir una palabra me ayudo a entrar a la tina de baño, el agua caliente toco mi pies y gemí de placer, hace dias que no tomaba un baño. Mi angel empezó a pasarme la esponja por el cuerpo, cerre los ojos y disfrute del baño el cual realmente me hacia mucha falta. Sus delicadas manos acarician mi cuerpo y mi cabello, cuando ya estuvo satisfecha con su trabajo me puso de pie y me envolvió en una toalla, me guío a la cama y me dio la ropa para que me vistiera, salio de la habitación sin decir palabra, pense que se habia ido pero regreso con una taza de cafe negro, lo coloco sobre la mesita de noche y me ayudo a vestirme. Cuando terminó me recostó y me dio el cafe.

—bebelo, te caerá bien.

—¿Por que me dejaste?— insistí.

—por favor Dylan...

—estoy muy ebrio lo se, pero no soy estúpido ¿Por que me dejaste?

—porque asi tenia que ser...

Me le quede viendo, Lexi se veía angustiada, preocupes por mi ¿Entonces porque me dejo si aun me ama? Solo harías lo que ella hizo por una persona que amas. Suspire derrotado por no obtener respuestas, me tome el cafe y después Lexi hizo que me acostara, cerre los ojos y me quede dormido. Esto era justo lo que necesitaba, ella a mi lado, estos últimos dias no había dormido ni comido nada, pero ahora con ella aqui me sentía feliz, aunque algo me decia que cuando despertara no la iba a encontrar a mi lado.

A la mañana siguente abrí los ojos, la cabeza me dolía pero me dolía mas el corazón, no sabia ni como había llegado a la habitación, mire mi cuerpo y me vi limpió, con ropa limpia, hace dias que no me duchaba y anoche... solo recuerdo que llame a dos rameras y que bebí como loco. Me levante de la cama y salí de la habitación, baje al primer piso y me sorprendió ver la casa limpia y ordenada pero lo que hizo que mis ojos se salieran de sus cuencas fue ver a Lexi dormida en el sillon de la sala.

IncompatiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora