LEXI
Cuando vi a Dylan detrás de mí, mi mundo revivió, el solo imaginar a Dylan teniendo sexo con otras chicas me ponia mal y aun no entedia porque si solo lo había visto algunas veces ¿Que me estaba pasando? Sin pensarlo me arroje a los brazos de Dylan el me correspondió el abrazó y yo me sentí mas segura, tranquila, como nunca antes me había sentido. Me sentia como en un sueño, estar en los brazos de Dylan se sentia bien, demasiado bien...
Cuando me guío a la mesa quiso tocar el tema de lo que acabamos de ver, pero yo no quería hablar de eso. Varios minutos después Dylan tuvo que dejarme para hacer la presentación, mientras hablaba encima del escenario nunca me quito la mirada de encima. Terminó su presentación y regresó a mí lado rápidamente, minutos después sirvieron la comida. En la mesa solo estábamos Dylan, su tío Troy (el cual no habia parecido) su asistente Antony (quien se sentaba 5 segundos y después desaparecía) y por último yo, así que prácticamente Dylan y yo estábamos solos.
Dylan me platicaba sus planes a futuro, se veía tan relajado, pero su expresión seria seguía intacta. Ya llevábamos más de dos horas platicando. Cuando alguien se acercaba a nosotros, Dylan saludaba, me presentaba educadamente y después volvíamos a nuestra conversación. Ya había olvidado el asunto de ese hombre teniendo sexo y ya no quería tocar el tema, fue algo muy desagradable. La música suave empezó a sonar, Dylan se puso de pie y extendió su mano, tragué saliva e hice lo mismo.
Dylan me guió hasta la pista de baile, con sus grandes manos, me tomó de la cintura y yo coloqué mis manos sobre su pecho, él empezó a balancearse. Ahí, el tiempo se detuvo, el ruido se fue y solo se escuchaba el latido acelerado de mí corazón y nuestras respiraciones. No se que me motivó a recargar mi cabeza en su pecho, se sentía bien, un suave suspiro escapo de mis labios. Dylan recargó su mejilla en mi cabeza, mientras yo despistadamente olía el aroma de su cuello. Nadie más existía en esa pista de baile, mejor dicho en el salón, Dylan me pegó más a él y envolvió mi cintura con sus brazos, levante la cabeza para verlo a los ojos, ese momento fue mágico, era como si él y yo nos habláramos con la mirada. De pronto Dylan recortó la distancia, inclinó un poco la cabeza y muy suavemente pego sus labios a los míos y comenzó a besarme muy despacio. Sus labios suaves masajeaban los mios, mi cuerpo despertó y empezo a arder por dentro. Era el beso más dulce y tierno de toda mí vida, pero al mismo tiempo el mas ardiente y cargado de deseo, sus labios acariciaban los míos con delicadeza y su lengua invadio mi boca, ambos cerramos los ojos olvidándonos de todo, hasta del lugar en donde estábamos. De pronto, una voz muy conocida para mí, interrumpió el momento y a regañadientes tuve que separarme de Dylan.
—¡Vaya! ¿Qué tenemos aquí?– al escuchar su voz no pude evitar que mi cuerpo temblara y Dylan lo notó —si es la famosisima Lexi O'Donnell…
—¿Qué haces aquí Howard?— pregunto Dylan, yo lo mire sorprendida al saber que lo conocía, pero lo que mas me asusto, fue la mirada de mí acompañante de baile, siempre pensé que su mirada era se enojó, pero ahora me daba cuenta de que solo estaba serio, la forma en que miraba a Howard era intimidante, era como si quisiera arrancarle la cabeza.
—Déjame decirte algo Dylan, esta chica— me miró burlón —es una zorra con cara de mustia…
Dylan se separó de mí y se colocó frente a Howard, su porte se transformó de tranquilo a amenazador, parecía listo para atacar. Tenía miedo de lo que fuera a pasar, no quería echar a perder el evento de Dylan, así que me puse en medio de los dos mirando a Howard.
—vete por favor…
—¿Qué diría tu madre si te viera besándote con un desconocido? ¡Ah nada! Ya que ella es la que te ofrece a los hombres— intento tocarme pero Dylan se adelantó y me quito de enmedio colocándome detrás de él.
—ni se te ocurra tocarla…
—ella no es lo que piensas— solo de escuchar su voz se me revolvía el estómago —esa una puta con bandera de santa.
—no te lo voy a volver a advertir Howard— Dylan dio un paso hacía adelante para acercarse a Howard, pero yo lo tomé del brazo para impedir que empezara una pelea, no era ni el lugar ni el momento.
—no Dylan…— le susurre.
—mira nada más, ya hay quien domine al terrible Dylan Spencer, quien lo iba a decir.
Trague saliva cuando Dylan me miró, me dio miedo su mirada y su expresión, después miró mi mano que lo sostenía, no quería que Dylan se volviera involucrado en un escándalo, no el día de su evento, arruinaría su noche y su negocio. Lo solté temerosa y lo único que pude hacer es regresar a la mesa, tome mi bolso y mi chal y salí del lugar. El corazón me latía a mil por hora y tenía un nudo en la garganta, lo que acaba de ser la mejor noche de mi vida se transformó en una pesadilla, jamás pensé que me encontraría a Howard en este lugar. Salí del hotel y mire a mí alrededor, todos estaban adentro, disfrutando del evento, me acerqué al valet parking y le di mi número de boleto, se retiró y después de algunos minutos volvió con mi auto. El valet parking bajo de mi coche, me sostuvo la puerta pero antes de entrar escuche su voz…
—angel…
Dylan estaba de pie junto a la puerta de entrada con las manos en los bolsillos de su pantalón mirándome fijamente, ahora me veia diferente que hace unos momentos atras, estaba serio pero notaba un destello de vergüenza o arrepentimiento... Pero ¿De que? ¿De invitarme? ¿Por besarme? Dylan camino hacía mí. Baje la mirada al suelo avergonzada ¿Qué tal si Howard le contó lo que pasó entre nosotros? Dylan me odiara y jamas me volvera a mirar como lo hace. Cuando llegó a mí, sacó sus manos de los bolsillos y acarició mi cabello, ni cuenta me di de que el chico del valet parking ya no estaba.
—sube, yo te llevo— susurro, me tomó del brazo y me guió a la puerta del copiloto, la abrió y me ayudó a entrar, después rodeo el auto y se sentó en el lugar del piloto, tomó el volante y empezó a manejar.
Todo el camino estuvimos callados, no podía dejar de temblar, coloque mi chal sobre mis hombros y después me abracé a mí misma, el nudo en la garganta no desaparecía. Por fin llegamos a mi casa, Dylan se detuvo frente al gran portón, presione el botón para entrar y las puertas se abrieron de par en par, pero Dylan no entró, bajo del auto y yo al verlo, hice lo mismo. Camino hacia mí y me miró con dulzura, colocó la palma de su mano sobre mi mejilla y con su dedo pulgar me acarició.
—angel… esto, tu y yo… no puede ser, no soy un buen hombre para ti.
Mi corazón se rompió con esas palabras, un dolor que jamás había experimentado se adueñó de mí, una lagrima rodo por mi mejilla. Era obvio que Howard le dijo todo lo que había pasado entre nosotros y ahora Dylan no quería nada conmigo. Siempre me arrepentí de conocer a Howard, pero hoy más que otros días, desde que lo conocí solo me ha traído desgracias.
—no quiero hacerte daño, no te convengo, así que… no te volveré a buscar, tengo que ponerle fin a esto antes de que…
No lo deje terminar, me lance a él y lo bese, si esta era la última vez que lo vería, quería guardarme su sabor. Dylan no puso resistencia alguna y me siguió el beso, la magia del baile volvió por algunos minutos mientras nos besábamos, no quería que el momento terminara pero él lo terminó. Separo su labios de los mios y me miro triste o eso parecia, no me había dado cuenta que una camioneta negra nos había seguido, Dylan beso mi frente y caminó hacía la camioneta sin voltear a verme, se subió en ella y se fue sin decir más.
ESTÁS LEYENDO
Incompatibles
RomanceLexi y Dylan ambos diferentes ambos sin nada en común ambos heridos ambos tristes ambos... Incompatibles... 17/01/2021 ©Queda expresamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas por las...