La búsqueda del poder (Bnha y Pokémon)

Capítulo 24: Puliendo el acero

—¡No se duerman, camaradas, porque el combate está recién comenzando! —exclama Present Mic al notar al grovyle aún de pie.

El público está asombrado por el espectáculo, esperando que el encuentro continúe tan frenético como ha estado siendo hasta ahora.

«Esto es ridículo», piensa Midoriya con nervios. «Recibió esa combinación y ni siquiera se ve herido. Debe ser algún truco, o...». Los pensamientos del muchacho lo mantienen en tensión; el tipo planta apenas se ve un poco sucio.

—Grovyle, megaagotar.

La orden de Suzuki rompe con la pausa del momento; el Pokémon de planta se lanza a gran velocidad contra Cargax, quien espera la orden de su entrenador.

Izuku apenas sale de sus pensamientos, viendo como el grovyle se mueve muy rápido. Esto lo hace entrar en pánico y sus ideas se ahogan por un momento.

—Esquívalo —es lo único que alcanza a decir sin trabarse.

Desgraciadamente, la orden llega muy tarde. El geco bosque sostiene a Cargax con las dos manos, aferrándose con fuerza para comenzar el drenado de energía con un aura eléctrica verde que rodea a ambos pokémon, aunque es el pikachu quien gruñe de dolor, intentando separarse de su agresor, siendo inútil.

El grovyle levanta al ratón eléctrico por encima del hombro y lo lanza contra el piso con mucha fuerza, haciéndolo rebotar unas pocas veces. Cargax cae cerca de su entrenador, viéndose con falta de fuerza para levantarse.

Una vez más, las tornas del combate cambiaron drásticamente, aunque algunos dirán que siempre se mantuvo igual. El público aclama emocionado por el rápido cambio de escenario. Sin duda alguna, ver al grovyle moverse a tales velocidades era satisfactorio para la audiencia.

—¿Pero qué le pasó? —pregunta con exageración el chico uva, preocupado por el desempeño de su amigo.

—No lo sé, el Grovyle se movió muy rápido y Midoriya no pudo reaccionar —responde Ojiro asombrado por las capacidades de aquel tipo planta, dejando ver algo de sudor por siquiera imaginarse enfrentarse a alguien como él—. Es un oponente temible.

—No fue solo eso —dice Koda, teniendo la atención de sus compañeros—. Es posible que Midoriya esperara que grovyle se paralizara, por eso se sorprendió al verlo moverse tan rápido. Eso o...

—El inútil se asustó —interrumpe Bakugou, quien está parado contra la pared, nadie lo había notado hasta ahora—. Su oponente lo intimidó, mostrándole la diferencia de poder entre ambos. Es de esperarse, siempre fue un cobarde.

Los demás se sorprenden por verlo presente. Ninguno dice nada, o por lo menos por unos segundos.

—¡Cállate, Bakugou! —exclama el enano morado, tomando desprevenido al mencionado—. ¡Midoriya no se asusta con facilidad, tuvo que ser otra cosa!

—¡No vuelvas a levantarme la voz, cabeza de uva! ¡O voy a explotarte la cara! —amenaza con su carácter explosivo.

—¿Quieren callarse los dos? —interrumpe Kyoka—. Estoy intentando prestar atención —dice, señalando a la arena de combate con una mirada asombrada y seria.

Todos voltean y se sorprenden: estando sumamente herido y agotado, Cargax se levanta lentamente a través de mucho esfuerzo mientras que su entrenador lo ve tan sorprendido como el público. Hace unos segundos, se veía derrotado y sin saber qué hacer, pero ahora el ratón eléctrico desprende pequeñas chispas de determinación por las mejillas.