Después de un corto viaje en autobús, los tres estudiantes están frente a la casa de Midoriya. Izuku ve su hogar con incomodidad al pensar que si lo ven estará en problemas. Las chicas lo miran confundido; el chico no les dijo mucho sobre el viaje y dónde queda el lugar al que se dirigen, así que lo siguen casi ciegamente.
Izuku reacciona y rodea la casa para dirigirse al bosque de atrás. Inmediatamente notan el inusual silencio del lugar, como si estuviera deshabitado y eso parece; no se ve a ningún pokémon por los alrededores. Las chicas se miran entre ellas por la confusión, como si esperaban no ser las únicas confundidas.
—Me había olvidado de lo silencioso que es este del lugar —comenta Zak con neutralidad, teniendo la atención de los pokémon que acompañan a sus entrenadores.
—No siento los pensamientos ni las emociones de nada alrededor —agrega Kirlia preocupada y algo atemorizada.
—Sí, eso es normal, creo que ningún pokémon habita este bosque y eso es lo raro —aclara el canino aún indiferente, como si el lugar no tuviera el mismo efecto en los demás con él.
—¿Ustedes vinieron de aquí? —pregunta el loudred, incomodo por el ambiente—. Supongo que por eso son tan aburridos; se acostumbraron a este monstruoso silencio.
—Bueno, yo no recuerdo de dónde vengo —corrige Zak—. Izuku me encontró inconsciente y con una gran herida en el pecho —explica y mira al ratón eléctrico—. Pero Cargax sí estuvo aquí antes.
—Realmente no vivía aquí, solo llegué por puro instinto y, de hecho, terminé en la montaña —aclara el pikachu—. Tuve que sobrevivir muchos días; los pokémon que habitan la montaña son muy agresivos y la supervivencia es muy complicada. De no ser por Zak, hubiera sido aplastado por un onix. Después se alejó, siendo perseguido por un skarmory.
—Esa última parte no me la habías contado —comenta el riolu algo molesto.
—Perdón, no creí que fuera importante, porque no sé más de eso —se disculpa Cargax—. Después, logré salir de la montaña y el silencio del bosque me relajo lo suficiente para quedarme un par de días.
—Puedo sentir tu miedo a la montaña —pronuncia Kirlia, teniendo la atención del pokémon amarillo—. Debió haber sido realmente difícil sobrevivir tú solo —dice comprensiva—. Pero esta vez te acompañaremos y nos protegeremos mutuamente.
La bailarina le sonríe en confianza, consiguiendo sonrojar al pikachu, quien devuelve la sonrisa, nervioso y apenado.
—Jaja. Sí, gra...gracias —pronuncia intentando ocultar el sonrojo.
Esto divierte al loudred mientras que Zak ve a Cargax algo confundido por su actitud. Después de unos minutos caminando, llegan donde Izuku encontró al riolu. El peliverde se detiene por recordar aquella noche, pero no tarda en reaccionar.
—Aquí es donde encontré a Zak —dice, señalando el lugar.
—Esto está mal —pronuncia Yaoyorozu pensativa—. No hay ninguna señal de vida a la redonda: este bosque está deshabitado, es imposible que haya vivido aquí.
—Es que los pokémon habitan dentro de la montaña —explica Izuku, mirando la gran altura de dicha formación rocosa.
—¿Hay una manera de entrar? —pregunta Jirou, acercándose al peliverde.
—Bu...bueno, sí la hay, pe...pero es riesgoso ahí dentro —comenta nervioso, viendo como la peli morada comienza a molestarse—. So...solo digo que se preparen; entraremos, pe...pero con cautela.
El chico muestra las palmas por puro instinto para tranquilizar a la roquera. ≪Siento que soy un prisionero≫, piensa nervioso.
—Estamos listas —afirma Jirou, cruzándose de brazos con una cara poca amistosa; aún cree que el peliverde quiere detenerlas.
ESTÁS LEYENDO
La búsqueda del poder (Bnha y Pokémon)
FantascienzaEn un mundo donde existen héroes, villanos y pokémon, Izuku Midoriya está solo ante una sociedad que lo juzga por no tener un pokémon, teniendo que sufrir las complicaciones que ello conlleva; desde burlas hasta retos injustos. En el momento que ni...