Izuku regresa a los dormitorios, acompañado de Zak: entra por la puerta principal y ven a varios de sus compañeros en la sala común, descansando después de un largo día. El peliverde sonríe y está por acompañarlos, pero un grito muy característico detiene su andar.
—¡Deku! —exclama Bakugou, acercándose con agresión.
Ese particular grito hace que todos volteen, esperando un posible conflicto e incluso un diálogo con la mano abierta, nunca mejor dicho con Katsuki en medio. No sería la primera vez que se pusieran a pelear después de clases. De hecho, fue lo que pasó en el primer día del primer año. Esos dos hacen una combinación explosiva, es como si solo sepan hablarse a los gritos y a los golpes.
Izuku tensa el cuerpo por el susto de escuchar aquel apodo. El peli cenizo apunta con furia a Midoriya. La mirada de Bakugou es intimidante, está enojado, pero no demasiado, es más como si quisiera darle una lección a alguien que se pasó de listo.
Ante esto, Midoriya da un paso atrás para tener una distancia de reacción, por si debe defenderse; siempre estaba dispuesto a devolver el golpe, aunque también siempre prefiere evitarlo.
Ninguno de los dos se deja intimidar, solo se ven, hasta que Bakugou rompe el silencio:
—Que lo de hoy no se te suba a la cabeza —amenaza, liberando pequeñas explosiones de la mano—. Recuerda que sigues siendo un inútil. Ya deja de soñar como un imbécil y date cuenta que no sirves para esto.
Izuku se queda callado, escuchando con mucha atención y, por alguna razón, dándole demasiado peso a esas palabras.
—Solo haces el ridículo, estás alargando lo inevitable. Hazles un favor a todos y abandona —agrega, dejando de liberar explosiones para sentenciarlo con una mirada de furia pasiva—. Eres un inútil y nada cambiara eso. Lo único que consigues es estorbar y humillarte constantemente. ¿No te das cuenta? ¡Eres un fracasado! ¡Abandona!
—¡Ya basta, Katsuki! —exclama Kirishima, tomándolo del hombro, pero Bakugou lo toma del cuello—. ¡Esto no es de hombres, Bakubro!
—¡Me importa una mierda! —responde el peli ceniza, empujándolo—. ¡No te entrometas en lo que no te importa!
—¡Ya cállate, imbécil! —interviene Kyoka y se pone en medio, amenazando al rubio con los conectores de sus orejas—. ¡No puedes seguir gritando y tratando a los demás como basura solo porque te apetece! ¡Además, Midoriya no te hizo nada, déjalo en paz!
—¡Es cierto, no está bien, Bakugou! —agrega Mineta oculto detrás del sillón, señalándolo con temor.
—Ya deja de molestarlo —se une Koda tímidamente, apoyando al peliverde.
—Solo causas problemas —se suma Tokoyami.
—¡Dejen de defender a Deku! —grita Bakugou sin dejarse intimidar—. ¡Hace dos semanas ni les importaba! ¡¿Qué digo?! ¡Hace dos semanas a ustedes les importaba una mierda lo que le pase! ¡Me dan asco! ¡Deku es un inútil, pero ustedes son unos hipócritas! —expone y el silenció conquistó la sala común; nadie sabía cómo defenderse, incluso Jirou agacha la cabeza, porque no podían evitar darle la razón—. Eso pensé —musita con calma y camina a las escaleras, sin antes voltear hacia Izuku, quien agachó la cabeza hace rato—. Todo esto es tú culpa. Si no fueras tan arrogante y terco... Ríndete ahora, porque después te arrepentirás... pero será demasiado tarde para entonces.
El rubio ceniza se retira, dejando un silencio incómodo en el lugar. Algunos intentan regresar a lo suyo, otros se retiran, pero el peliverde permanece quieto con la mirada en la nada. Ni siquiera pudo decir algo, solo se quedó callado, pasivo. Zak no quiso intervenir; sintió que debía quedarse en silencio.
ESTÁS LEYENDO
La búsqueda del poder (Bnha y Pokémon)
Fiksi IlmiahEn un mundo donde existen héroes, villanos y pokémon, Izuku Midoriya está solo ante una sociedad que lo juzga por no tener un pokémon, teniendo que sufrir las complicaciones que ello conlleva; desde burlas hasta retos injustos. En el momento que ni...