La búsqueda del poder (Bnha y Pokémon)

Capítulo 8: Estoy calmado

Izuku despierta sobresaltado; lo único que recuerda es que estaba en medio de un combate y que todo se volvió negro de repente. Analiza su entorno confundido y se da cuenta que está en la enfermería del colegio. La confusión y frustración lo atormentan, asumiendo que fue derrotado, aunque ni siquiera recuerda aquello que lo noqueó y no sabe si eso lo frustra más.

—Veo que despertaste —dice Recovery Girl desde la puerta—. Participaron en un entrenamiento complicado y no fuiste el único en caer inconsciente, pero sí fuiste el último en despertar —agrega e Izuku voltea a ver hacía otras camillas desordenadas, pruebas de que fueron ocupadas, hasta que su vista cae en Zak y Cargax, quienes descansan tranquilamente—. Ellos están bien, el pikachu despertó antes, pero se quedó dormido esperándote a ti y al riolu. —Recovery nota la mirada frustrada del peliverde. —A partir de este año, el camino del héroe se vuelve complicado. Muchos terminan repitiendo el año o se rinden. Cada inicio de año llegan varios a la enfermería y se cuestionan si tienen lo necesario. Es aquí cuando se pone a prueba el espíritu del estudiante porque, si decide continuar, logrará ser un héroe, pero cada vez será más difícil levantarte de una caída. Por eso debes permanecer firme, el mundo, allí fuera, es cruel y despiadado, deben estar listos.

Izuku solo agacha la cabeza y, de reojo, ve a sus pokémon. La frustración lo invade lentamente, el desánimo es pesado y la impotencia dolorosa. Sin querer, activa su don y golpea la pared detrás de él, agrietándola. Recovery ve este acto con seriedad.

—Entiendo que quieras desahogarte, pero agradecería que no lo hicieras con la pared —dice con simpleza, pero el peliverde ni siquiera la escucha, solo mantiene la mirada baja y, por un momento, Recovery cree ver que los rayos de su don se tornan púrpuras.

De repente, un fuerte dolor de cabeza azota al peliverde e, instintivamente, se agarra la misma mientras gruñe de dolor. Varias voces comenzaron a hacerle eco en sus pensamientos, gritándole insultos o frases desmotivadores, son voces conocidas, aunque solo se centra en las que más reconoce: escucha a Bakugou y a su padre, repitiendo frases como «inútil», «perdedor», «Deku», «nunca serás un héroe», «solo te humillarás», «tu destino es el fracaso»; entre muchas otras cosas desmotivadoras.

Izuku comienza a gritar en sufrimiento, él quiere silenciar las voces, que se callen, pero no puede decirlo, no le salen las palabras. Es como si el mismo se negara a hacerlo, porque sería dejarlos ganar.

Recovery, claramente, se preocupa e intenta tranquilizarlo, pero Izuku solo puede escuchar los insultos, nada más. El dolor se transforma en enojo y vuelve a activar su don para golpear, pero abre los ojos y una especie de cable azul destella frente a él. Las voces no se detienen, el dolor sigue ahí, pero la sensación cálida que le transmite aquel cable opaca todo lo demás. El cable vuelve a destellar e Izuku sigue con la mirada su origen, hasta a Zak. El riolu se levantó hace algunos segundos y también sufre el dolor de cabeza, como si lo que le sucede al peliverde se reflejara a él.

Izuku vuelve a ver el destello del cable, notando que está conectado a ambos, o que los dos están conectados. Levantándose de su lugar, e ignorando las voces y el dolor, se dirige hacia su compañero.

Zak oye las voces, aunque no las entiende, y sintiendo el dolor, pero nublado. Hasta que siente una sensación agradable que lo hace abrir los ojos, encontrándose con Izuku delante de él y, entre ellos, un cable azul los conecta, como si estuviera ligado al alma de cada uno, o, ¿al aura? Ante esta línea de pensamiento, una luz azul los ciega momentáneamente y al recuperar la visión las voces ya no se oyen y el dolor desapareció. Una sonrisa se plantan en ambos; no entienden lo que pasó, pero saben que si permanecen juntos no hay razón para preocuparse y, aunque no sea fuerte, hay algo que los está uniendo, un vínculo azul.