Capítulo 30: Hasta pronto, Izuku y Zak

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Izuku está atónito por la revelación de Katsuki. Un montón de preguntas cruzan por su cabeza sin que ninguna sea respondida. Zak también está sorprendido, pero expresa más intriga por saber hacia dónde se dirige todo esto.

—¿Por qué? —pregunta el peliverde, pero el rubio cenizo oculta el rostro bajo el flequillo—. Kacchan, necesito saber.

El mencionado presiona los dientes y los puños con fuerza.

—Porque hiciste esto —responde, refiriéndose al gran rastro de destrucción—. Ese día, papá me dio a Cyndaquil y vine aquí para mostrártelo. Quería que lo conocieras para jugar entre los tres... y también para presumirlo —agrega, dejando salir una pequeña y momentánea risa—. Es normal que no recuerdes ese día, fue bastante impactante. —Voltea a ver el escenario de hace años. —Cuando te lo presumí, te emocionaste, como siempre, y empezamos a soñar con nuestro futuro como el mejor equipo de héroes. Yo quise bromear contigo, nada más molestarte. Te dije que primero necesitabas poder usar tu don, y que necesitarías un pokémon.

»Aseguraste que pronto lo dominarías y que de seguro tu padre te daría un pokémon cuando fuera el momento. Como siempre, intentaste mantener ese buen ánimo. Y yo quise seguir molestándote para hacer el chiste. Dije: «Apuesto a que todavía no puedes usar tu don. Después de todo, practicas muy poco». Lo tomaste como un desafío y diste un paso al frente.

»Empezaste a presumir que sí habías practicado y hasta ideaste una estúpida idea de golpe doble. Así que, siguiendo el juego del héroe orgulloso, activaste tu don, creo que accidentalmente, y lanzaste tus dos puños hacia delante.

»Lo que más recuerdo son tus brazos explotando y salpicando sangre por todos lados. Después siguió la monstruosa fuerza de viento que me empujó por los aires hasta un árbol, acompañado del ruido de tus huesos quebrándose.

»Con dolor, me acerqué a verte y quedé horrorizado. Estabas en el piso sin moverte y con los brazos destrozados, mientras que frente a ti veía el rastro que dejó tu poder.

Izuku mira sus manos sin saber qué decir o qué pensar, solo intenta digerir la historia que el rubio cenizo le está contando.

—Luego llegó tu padre y te llevó al hospital. —Se queda en silencio por unos segundos. —Cada que cerraba los ojos, te veía hecho pedazos a punto de morir y acompañado de esta maldita escena —pronuncia con ira, viendo el rastro de la onda expansiva como cuando la presenció por primera vez—. No podía encontrar la forma de cargar con todo eso.

»Después llegó el momento cuando saliste del hospital: te vi a la distancia, feliz como siempre, pero esa escena regresó a mis ojos y hui del lugar. Entonces, me di cuenta: te tenía miedo. Así que intenté alejarme de ti, pero siempre me buscabas. No parecías recordar nada, y yo no quería revivir ese momento.

»Terminé haciendo lo que creí que debía hacer. Si no podía alejarme, tenía que alejarte. El resto ya lo sabes: intenté hacerte sentir inútil, que no quieras ser un héroe para que no vuelvas a usar ese poder y que te mantengas lejos de mí, pero me enfadaba ver que no estabas dispuesto a ceder. Así que comencé a humillarte y molestarte para que no sigas el mismo camino que yo, pero te inscribiste en la misma escuela.

»Solo me quedaba hacerte renunciar, pero parece que solo alimentaba al fuego durante todo este tiempo.

Katsuki mira a Izuku y ve ese rostro enojado, lo que asume como algo normal, él también se odia por todo eso. Baja la cabeza antes de seguir hablando:

La búsqueda del poder (Bnha y Pokémon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora