Capítulo 2 : El primer día de Zak en UA

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En la casa de los Midoriya, el joven peliverde acaba la explicación de cómo encontró al pokémon que lo acompaña, quien es analizado por Toshinori, intentando descifrar la causa de su amnesia, pero no obtiene éxito y solo consigue incomodar al riolu.

—Entonces, encontraste al riolu y decidiste ayudarlo, siendo incapaz de volver en la noche, preocupándonos —analiza Inko, resumiendo la explicación de Izuku—. ¿Sabes que tu padre y yo salimos a buscarte sin saber para dónde corriste? Temimos que habías huido. Nos preocupaste mucho, jovencito —regaña mientras le pellizca el cachete—. Debería darte un castigo severo. ¿En qué estabas pensando?

—Lo siento, mamá. Obviamente, no pensé en nada —se defiende Izuku adolorido y apenado.

—No parece tener contusiones en la cabeza—interrumpe el padre respecto al pokémon, analizando las heridas en el pecho del susodicho—. Y se ve que no es recién nacido, quizás sufrió algún trauma relacionado con esta herida.

—¿Estará bien? —pregunta el peliverde, acercándose al riolu.

—Con una herida así me sorprende que allá sobrevivido, debiste tratar muy bien sus heridas —analiza con la mirada en el vendaje improvisado de hojas—. Aunque hay que cambiarle el vendaje. Tus clases de héroe dieron bien sus frutos, felicidades, hijo —dice con una sonrisa orgulloso mientras que Izuku se avergüenza.

Repentinamente, Inko golpea a su esposo en la cabeza:

—¡No solo lo felicites! ¡Huyó de casa y no apareció hasta el día siguiente! ¡Deberías castigarlo! —reta la mujer fastidiada por la actitud despreocupada del hombre—. Es bueno que hayas salvado a este pequeñín, pero eso no quita por la bruma que me hiciste pasar. El pensar que pudo haberte pasado algo...

Se detiene al imaginarse realidades alternas algo exageradas, pero que la ponían muy mal, dejando salir algunas pequeñas lágrimas.

—Lo siento, mamá —pronuncia Izuku arrepentido y la abraza para tranquilizarla—. Lamento haberte preocupado, no volverá a pasar —dice con seriedad y se separa para ver a ambos—. También les pido disculpas por no haber apreciado su regalo. Esperaba que me regalaran un pokémon, pero actué de forma egoísta. Lo lamento y ahora se los agradezco — agrega con una sonrisa e Inko sonríe feliz de escuchar a su hijo calmado.

—Lo importante ahora es que estamos juntos —dice Toshinori, abrazando del hombro a su esposa.

—Exacto —afirma Inko y corresponde el abrazo de su esposo—. Solo deseamos lo mejor para ti, Izuku —concluye y el peliverde asiente con media sonrisa—. ¿Qué haremos con el amiguito?-.

—Es verdad. Mamá, papá; Riolu ahora es mi compañero pokémon —comunica con una enorme sonrisa mientras el pokémon se coloca a su lado, imitándolo.

Su madre no aguanta la emoción y lo abraza mientras suelta un grito de felicidad, felicitándolo repetidas veces. Toshinori se asombra por la noticia y el orgullo vuelve a nacer desde su interior para mostrar una gran sonrisa.

—Ya, mamá. Me asfixias —se queja divertido y enseguida se calla al ver que su padre le ofrece una ultraball sin decir ni una palabra, solo mostrando una gran sonrisa de orgullo en su forma musculosa.

—Eres mi mayor orgullo y siempre supe que lo conseguirías. Por eso quiero que tengas esto, te lo has ganado —pronuncia y deja la pokebola en sus manos—. Tómala con orgullo.

—Pero no hice gran cosa —musita Midoriya como si no se la mereciera.

—Eso no importa. Los logros más importantes son los que parecen pequeños en un principio —responde Toshinori aún con su tono orgulloso e Izuku se asombra por esas palabras, sin entenderlas por completo, pero feliz de escucharlas—. Deberías ponerle un nombre —agrega, dándose vuelta—. Eso fortalecerá sus lazos. —Muestra una enorme sonrisa por encima del hombro. —A partir de ahora son un equipo de futuros héroes, son más que compañeros.

La búsqueda del poder (Bnha y Pokémon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora