Capítulo 14 : Entrenamiento pokémon

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Izuku despierta bajo el deslumbrante sol del sábado, listo para su entrenamiento mañanero. Realiza su aseo diario mientras piensa las prácticas y nuevas técnicas que podría hacer con sus pokémon. Su objetivo es idear un nuevo estilo de combate; sus anteriores fallos fueron porque no actuó en conjunto con sus compañeros.

Ya, habiendo salido de la ducha, tiene todo un régimen de entrenamiento en la cabeza. Siente que este día será especial, quizás porque es su primer fin de semana dentro de los dormitorios.

—Bueno, hoy tendremos un entrenamiento riguroso, muchachos. ¡Así que prepárense, porque vamos a sudar! —exclama animado con intención de animar a sus pokémon, pero solo recibió ronquidos; siguen dormidos, cosa que descoloca al peliverde—. ¡Oh, vamos! —expresa algo decaído y mirar el reloj despertador, quedando anonadado porque marca las «10:25 am».

Es entonces que se da cuenta: no lo tiene programado para fines de semana. Después de unos segundos, estático, procesando la situación, vuelve en sí con un grito exagerado que se escucha por todos los dormitorios, despertando a sus compañeros:

—¡Nooooooooooo! ¡Perdí todo el día!

—¡Dejen dormir! —se escucha desde otro dormitorio.

—¡Es temprano para gritar! —exclama otro.

—¡Ya dejen de quejarse, mierda! —grita uno muy reconocible, seguido de una explosión—. ¡Intento desayunar!

—¡Cállate, Bakugou, intento dormir! —grita Ashido desde su cuarto, arriba del de Izuku.

—¡Ven y oblígame, chicle masticado! —responde, seguido de amenazas y gritos enojados.

En menos de cinco minutos, los dormitorios de la clase 2-A se convierten en un muy molesto griterío: desde amenazas hasta explosiones, los estudiantes no dan tregua con los gritos y el peliverde se siente avergonzado por ser la causa de todo eso.

Zak lo mira, molesto de que haya interrumpido su agradable sueño, actitud compartida por Cargax, aunque un ronquido extraña a los tres y ven a Férron dormir plácidamente, descolocándolos cómicamente.

Después de casi quince minutos llenos de gritos, con la interrupción de All Migth, los dormitorios volvieron a la tranquilidad. Izuku está en la cocina, preparándose el desayuno con una expresión decaída; todavía no supera que se despertó tan tarde. El resto de estudiantes no pudieron volver a conciliar el sueño y tuvieron que levantarse. Ahora todos desayunan desparramados por la sala común, algunos en la cocina, otros en la barra, mesa, en la sala de estar y hasta en las escaleras. Algunos querían desayunar en sus cuartos, pero fueron detenidos por Inko, quien informó que darían un anuncio importante.

El peliverde se sienta en el piso junto a sus pokémon; no quería que lo volvieran a tirar de la silla: «Lo que pasó una vez puede volver a pasar si no se tiene cuidado», piensa el muchacho respecto al tema. Frente a él, extrañamente, se sienta Koji Koda junto a su bunnelby.

—Buenos días, Midoriya —saluda el chico con cabeza de roca, mostrándose amable y dándole una sonrisa.

—Hola —saluda con simpleza e incómodo; nunca habló con su compañero amigo de los pokémon, y que lo saludara se le hace raro—. ¿Acaso perdiste una apuesta, Koda?

—Oh, perdón, fui muy repentino, ¿no? —pregunta y el peliverde asiente, aún extrañado—. Es que quería hablar con Zak; es bastante curioso y la otra vez me agradó conversar con él.

Izuku desvía la mirada hacia el mencionado, quien come tranquilamente hasta que nota los ojos de su entrenador sobre él, volteándose con la boca algo llena y mira a Koda.

La búsqueda del poder (Bnha y Pokémon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora