CAPÍTULO 37

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Joseph

2 julio 2018...

El irritante sonido de la alarma me obliga a abrir los ojos un par de segundos, me remuevo en la cama, estiro mi brazo y a ciegas intento alcanzar mi móvil para poder desactivar la alarma, no me gustaría que Salomé se despertara a esta hora, es muy temprano para ella.

Mi hermosa novia se remueve en la cama, se gira y me da la espalda.

> Aun tengo unos minutos < — Me repito mentalmente.

Cuando dejo mi móvil en la mesita de noche, luego de haber apagado la alarma, me giro hacia mi izquierda para colocar mi brazo alrededor de la cintura de mi hermosa abogada y la atraigo hacia mi cuerpo.

—Mmm... — murmura entre sueños mi sexy novia. — ¿Qué hora es? — cuestiona mientras entrelaza su mano con la mía.

—Las seis en punto, hermosa — recargo mi barbilla sobre su hombro.

—Es hora de que comencemos muestro día, guapo — murmura aun con la voz adormilada.

—Así es, hermosa — entierro mi nariz en su cuello de donde caían sus castaños cabellos y aspiro su delicioso aroma — Me encanta como huele tu cabello — murmuro aun con mi nariz en su cuello.

—Para ti, aunque yo este sin maquillaje, sin bañar y sin peinar —gira su cuerpo quedado frente a mí — Siempre me verás hermosa y sin ningún defecto, guapo — acaricia mis mejillas.

—Es porque, para mí eres perfecta, hermosa — sus ojos se conectan con los míos. — Buenos días, hermosa — una sonrisa de lado se asoma en mis labios.

—Buenos días, guapo — imita mi gesto, pero de un segundo a otro se tapa la boca con ambas manos — Lo siento, amor — se disculpa aun con sus manos en su boca.

—¿Por qué? — levanto una de mis cejas ante su actitud tan extraña.

—No me he lavado la boca, debe oler feo y estoy hablándote de frente, lo siento — explica con timidez y sus manos permanecen en su boca.

Sin poder resistir, una carcajada sale de mis labios y ella frunce el ceño ante mi acción.

—¿Qué? — intento controlar mi carcajada — Me parece muy gracioso que, después del tiempo que llevamos conociéndonos y relacionándonos como pareja — alejo sus manos de su boca — Incluso que tú misma has dicho que yo siempre te veo sin defectos — acaricio su mejilla — Te disculpes por algo que, para mí no tiene relevancia, además de que sabemos que es biológicamente normal que a las personas les llegue a oler feo la boca en las mañanas — ella sonríe de lado y esconde su rostro en mi cuello.

—No cabe duda que me he sacado la lotería contigo, amor — me abraza por la espalda y yo me aferro más a su cintura.

—Yo soy el más afortunado al tenerte a mi lado — recorro la yema de mis dedos de su espalda hasta donde comienzan sus glúteos.

—Te amo, Joseph — susurra levantando su rostro y mirándome a los ojos.

—Yo también te amo, Bianca — unimos nuestros labios en un beso, que en un principio es lento, pero poco a poco vamos aumentando el ritmo y la intensidad.

El llanto de Salomé hace que nos separemos.

—Entra a la ducha mientras yo le doy de comer a la pequeña Salomé — mi hermosa chica deposita un beso en mis labios.

—De acuerdo, hermosa — nos levantamos de la cama al mismo tiempo, pero cada quien de su respectivo lado.

Ella se acerca al mono donde descansa la pequeña, y me acerco detrás de ella.

2º Juicio de Amor. Saga Hermosos AmoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora