2º Juicio de Amor. Saga Hermosos Amores

CAPÍTULO 38

Universal

En ocasiones, queremos que las cosas se realizan únicamente a nuestra manera, que, aunque suene egoísta, no nos llega a importar lo que terceras personas sientan, quieran o piensen, solo nos interesa nuestro bienestar, y a muy pocas personas, el bienestar y felicidad de nuestros seres más cercanos.

Tal es el caso de nuestro guapo Joseph.

A él no le importo acudir a su cuñada y a su amigo, lo único que le interesaba y le interesa es ver sonreír a su hermosa novia, con el simple hecho de ver como sus ojos brillan de alegría, ver como en sus mejillas se forman lo, casi invisibles, hoyuelos, y su radiante sonrisa, para él, es lo mejor del mundo. Aquella abogada se ha adentrado tan profundamente en su ser que ya le es imposible poder sacarla de su corazón, de su mente y de su vida, desde el primer segundo en el que sus ojos se concretaron con los de ella en aquellos pasillos de la universidad, supo que esa mujer iba a ser su perdición.

Y no se equivocó, tres años después de haberla dejado en aquel pequeño departamento en Nueva York, sus sentimientos por ella permanecían intactos, incluso aun cuando se prometió que la olvidaría, que dejaría a esa mujer en el pasado, sin darle sus pensamientos, aunque claramente la promesa que él mismo se hizo, no fue cumplida ni un solo día, ya que nunca dejo de pensar en esa hermosa castaña que le robo el corazón en la escuela.

Hoy, había cumplido uno de los sueños de aquella abogada que tiene por novia, sus padres oficialmente eran los padres de los hermanos Avendaño, y aunque el futuro empresario hotelero no lo quiera admitir, gracias a él, esos pequeños tenían un hogar y sus suegros tenían a quienes amar y criar como sus hijos, y lo mejor de todo es que la familia de su hermosa abogada se hacía cada vez más grande.

Justo en este momento la familia Brown y Joseph, aun con Salomé en brazos, se encontraban de regreso en la oficina de la señora Sol, los padres de la castaña ya se encontraba ahí a lado de su hijo mayor, Ethan.

—Bueno, con esa última firma es oficial la adopción — comenta con mucha alegría la abogada mientras cierra la carpeta con todos los documentos legales de la adopción de los hermanos Avendaño — Legalmente, los hermanos Avendaño son ahora parte de la familia Brown Sáenz — le brinda una enorme sonrisa a sus padres y hermanos. — Ethan ¡Tenemos nuevos hermanos! — dejando la carpeta sobre el escritorio, se abalanza sobre su hermano mayor para abrazarlo con emoción.

—¡Tenemos nuevos hermanos! — concuerda Ethan con su hermana.

—Muchas felicidades, familia Brown Sáenz — comenta con felicidad la señora Sol.

—Gracias a ti, Sol — la señora Brown se atreve a hablar con emoción mientras abraza a la señora Sol.

—Muchas gracias por todo, Sol — agrega el padre de la abogada.

Todos los presentes no dejaban de celebrar la noticia, por una parte, teníamos a la pareja Brown, la felicidad que sentían en ese momento, no cabía en su pecho, estaban más que felices por haber logrado la adopción de los hermanos Avendaño.

—Bueno, es hora de ir por los nuevos integrantes de esta familia — Mauricio, el padre de nuestra abogada, anuncia con emoción a todos los presentes en la oficina.

—Sí, muero por ir de compras con ellos para que decoren sus habitaciones — agrega con entusiasmo la señora Ángela, madre de Bianca.

—¡Entonces que esperamos! — Bianca es la primera en salir de la oficina con sus padres, hermano y novio detrás de ella.

No cabía duda de que ese día, 2 de julio 2018, es el mejor día para la familia Brown, pero más aún para los hermanos Avendaño, quienes todavía no sabían la buena noticia de que habían sido adoptados.