CAPÍTULO 31

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Universal

Los hermanos Thompson se miraron fijamente, diciéndose todo con la mirada, se conocían muy bien el uno al otro, y con una sola mirada, James se podía dar cuenta de que aquella noticia le había afectado mucho a su hermano, muy a su pesar, Brad es su hermano y aunque él sea un idiota e imbécil la mayoría de las veces, no podía ignorar aquello.

—Entiendo hermano — James se acerca a su hermano y le da un apretón al hombro de él. — Es difícil, era tu hijo y no supiste de su existencia hasta el momento en el que ya no estaba, y aunque seas un idiota la mayoría de las veces — Brad fulmina a su hermano con la mirada. — En el fondo eres un buen hombre, solo hace falta que encuentres a esa persona que te haga querer ser mejor cada día. — ambos hermanos se dan una sonrisa de lado.

—Lo sé, la he regado mil veces, soy un infeliz, maldito e idiota — se pasa la mano por su cabello — Pero estoy dispuesto a mejorar, lo prometo — dice con un entusiasmo particular en la voz. — Mi última oportunidad es con Kimberly — mueve los hombros.

—Hermano, perdón que lo diga... — el ceño de Brad se frunce. —Pero no creo que Kimberly sea la mejor opción, respeto tu decisión de casarte con ella — James niega con la cabeza — Sin embargo, existe algo en ella que no me cuadra del todo, confieso que no creo que sea tu mejor opción, sabes a lo que me refiero Brad — el mayor de los Thompson adquiere una postura relajada, con sus manos en los bolsillos de sus pantalones — No lo diré, pero creo que deberías analizar bien lo que haces — eleva los hombros ligeramente.

—Creo que se a lo que te refieres, y tomare cartas en el asunto — se posiciona enfrente de James. — James, ¿Te puedo ser sincero? — los hombros del hombre están tensos.

—Claro, dime — el empresario asiente con la cabeza.

—Lo creas o no, yo si quería a que ese bebé naciera — James mira fijamente a su hermano dándole el mensaje de que entiende a lo que quiere llegar — Aunque solo haya sabido de su existencia hace unos momentos, me hubiera encantado poder ser padre, haber podido ser espectador de cómo iba a crecer en el vientre de Bianca, aunque ella y yo no fuéramos nada — baja su mirada imaginando ese suceso — Verlo nacer, crecer, poder cuidarlo, protegerlo y amarlo — suelta una risa triste.

—En algún momento de tu vida vas a poder experimentar todo eso, Brad — trata de animar James al empresario menor.

—No lo sé James — niega con la cabeza — Empiezo a creer que el amor no es para mí, he sido un maldito idiota con las mujeres, que no creo que eso llegue a pasar — suelta un largo suspiro.

—Todo a su tiempo hermano, por muy idiota que seas, aun estas a tiempo de cambiar, de ser mejor y pronto llegara esa mujer a tu vida — palmea su espalda — Y el día que llegue, podrás ver y sentir lo que es realmente amar, pero sobre todo aprenderás a dejar que te amé y que aun así sea el más mujeriego del mundo, que cree que no merece amar a alguien o que te amen — pasa a palmear su hombre con entusiasmo — Es ley que tarde o temprano llegue una mujer que te dará una buena bofetada y te enseñara lo equivocado que estas — el mayor de los Thompson suelta una risa burlona — Te lo dice uno hombre que era mujeriego antes de encontrar a la mujer que más ama en este mundo y que ahorita, además de ser su hermosa esposa, es la madre de sus hijos y el amor de su vida — la alegría no abandona el rostro del pelinegro.

—Espero tener eso que te hace feliz — comento el menor de los Thompson.

—Ya verás que sí, hermano — palmea su hombro — Ahora ve, los gemelos deben estar desesperados por querer irse con su tío a comer helado — el mayor de los Thompson le dice a su hermano quien asiente con la cabeza.

2º Juicio de Amor. Saga Hermosos AmoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora