9 junio 2018...
Joseph
Aquella mañana le desperté antes que Bianca, son cerca de las 8 de la mañana y la enfermera le acaba de venir a verificar como iba su suero, y le administra unos medicamentos, para luego irse.
En estos momentos me encuentro sentado en el sofá, ya lo había acomodado para que fuera un sofá de nuevo, estoy con mi cabeza recargada en el respaldo, mis ojos están cerrados y mis manos descansan en mi regado. Aquel maldito sofá – cama, me había dejado un pequeño dolor de espalda y cuello.
En general no era incómodo, pero tampoco es una cama, solo es un poco duro y, además, yo estoy acostumbrado a la suavidad de mi cama.
—Buenos días... — la sueva voz de Bianca me hace abrir los ojos y mirar al frente, de mí para encontrarla con una ligera sonrisa en sus labios.
—Buenos días, Hermosa — me levanto del sofá y me acerco a ella. — ¿Cómo te sientes? — acaricio su cabello.
—Ya me siento mejor que ayer — su voz suena un poco ronca debido a que acaba de despertar. — Las drogas que dan en este hospital deben ser buenas, ya casi no me duela el abdomen — comenta con burla en la voz.
—Me alegra escuchar eso — me acerco a ella con la intención de besar sus labios, pero ella pone una de sus manos en su rostro.
—No, debo lucir horrible — niega con la cabeza aun con su mano en su rostro — La boca me ha de oler feo porque no me he lavado los dientes — susurra con pena en sus acciones y en su voz.
—Yo te veo igual de hermosa que siempre — alejo su mano de su rostro y acaricio sus mejillas — Y no, no te huele la boca, aunque es natural sentir que te huele, somos humanos — le doy un casto beso en sus labios.
—Solo lo dices porque me vez con ojos de amor. — se ríe un poco por lo que le digo.
—Puede ser — me quedo pensativo unos segundos — Pero aun así, te aseguro que estar igual de hermosa que siempre — acaricio su cabello.
(****)
Los días pasan y Bianca aún está en el hospital, hoy cumple una semana de estar internada, y la verdad es que el doctor no nos da fecha para que salga, solo nos dice que debemos esperar a que este al cien por ciento antes de poder llevarla a casa, ya que recibió una cirugía abdominal de alto riesgo.
Mi pobre china ya no soporta estar en las cuatro paredes de la habitación, y aunque en ocasiones sale a darle la vuelta al piso, se aburre mucho, no ha pedido que le trajéramos su portátil, algunos documentos y de más para que pueda trabajar un poco en los pendientes que tiene en las empresas Thompson, por más que James le dijo que debía descansar y que después se podía encargar de ello, la necia de Bianca no quiso, incluso James le dio la orden de no trabajar en el hospital, pero Bianca es muy necia cuando quiere algo, así que no la pudimos sacar de su posición.
Le traje lo que nos pidió y solo así logramos que su mal humor por estar tantos días encerrada mejorase al menos un poco.
Por otro lado, mi jefe me estaba llenando el móvil de mensajes y llamadas exigiéndome que regresara a Alemania, pues mis días libres habían terminado hace unos días. Pero yo no podía dejar a Bi sola en una situación como esta, no con la pequeña Salomé a su cuidado, y como ella no está en condiciones de cuidar de la pequeña, entre Allison, los padres, hermano de Bianca y yo nos hemos turnado para que a la pequeña no le falte nada. Y por más que Bianca quiera no hemos podido obtener la autorización para que ella pueda venir, ya que al no ser legalmente su hija no se puede tomar ese atrevimiento de eso.
ESTÁS LEYENDO
2º Juicio de Amor. Saga Hermosos Amores
RomanceBianca Brown, una excelente abogada que recide en la ciudad de Nueva York. Brad Thompson, un gran empresario en la misma ciudad. Dos personas muy diferentes, que después de haber pasado buenos momentos juntos, donde no sólo el interés de placer est...