Capítulo 1

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La luz de la luna se cuela por la ventana de la mansión del célebre Auror Ronald Weasley, iluminando la habitación del pequeño Hugo, quien en compañía de su madre, disfrutaban de una lectura “mágica”.

—… Y así como iguales, ambos se alejaron de la vida—  finalizó Hermione cerrando el libro de “Los cuentos de beedle el bardo”, mientras un suspiro de nostalgia se escapaba de sus labios.

—¡Otro!¡Otro, mamá!

—No ,mi leoncito. Ya es hora de dormir… Además, recuerda que para ser un gran Auror grande y fuerte tienes que dormir a tus horas — añadió, pero el niño  frunció el ceño y cruzó los brazos.

—¡No quiero ser Auror!

—Pero ¿Por qué no, mi leoncito?

—Papá es Auror y es malo, y yo no quiero ser como él— dijo esto y se metió bajo sus cobijas, cubriéndose por completo —¡No quiero ¡ ¡No quiero!

La joven suspiró con tristeza y busco reanimar el ánimo de su hijo haciéndole cosquillas, causándole risas y que se destapara de nuevo —¡Ya, mami, ya!

—Hermione ¿Dónde estás?— la voz del joven weasley se escuchó a lo lejos, y madre e hijo se miraron a la cara asustados.

Ella, al ver el semblante asustado de su hijo, le habló con dulzura tratando de no mostrar temor.

– Todo estará bien, tranquilo— besó la frente de su hijo y le cobijó.

—Hermione, ven cariño— se oía la voz del joven provenir de su habitación.

—Ya voy — suspiró y dio un último vistazo a su hijo .

—Mamá…
—Duerme pequeño, ya vuelvo— le dijo y cerró la puerta tras de sí.

El corredor que daba a la habitación matrimonial estaba iluminado con velas y pétalos de rosa… tragó saliva al ver esto y abrió la puerta del cuarto para encontrarse con un sonriente Ron, quien la esperaba con una fina botella de vino en la mano y dos copas, sin contar la cantidad de pétalos que adornaban el piso y la cama.

—¿Qué significa todo esto?

—Lo Olvidaste de nuevo ¿verdad Hermione?— sonrió y se acercó a ella acariciándole la mejilla.

Ella le volteó la cara y preguntó —¿Olvidar qué?

El tomó un puño de pétalos de rosa y los lanzó sobre ella  haciéndola saltar del susto.

—El aniversario de nuestra primera cita — La tomó del brazo, y como si fuesen a bailar, la pegó contra él.

—Esa no es una fecha para festejar
Ron comenzaba a perder la paciencia y acariciándole la cara le habló.

—Cariño, estoy tratando de volver a empezar… ¿Por qué me haces enojar con ese comentario?— la tomó de la mano donde tenía un visible moretón.

—¿Aún no a sanado?— depósito un beso en el moretón y ella dio un paso hacia atrás.

—Ronald, por favor, quiero dormir— dijo dirigiéndose a la puerta, pero él se lo impidió jalándola del brazo.

—Esta noche no dormiremos, ¡celebraremos!— dijo destapando la botella de vino y sirviendo un poco en una copa, para luego ofrecérsela —Por el placer de tenerte a mi lado
Con los ojos ahogados en lágrimas, se armó de valor y contestó —Tú no me tienes.

—¿Pero qué dices?

—No me tienes y nunca me tuviste.

Al decir esto,  la furia lo embargó y estrelló la copa contra el piso —¡Eres mi esposa!¡Eres mía!¡Eres la madre de mi hijo!¡Tú insistes en hacer mi vida miserable!¡Basta!— le gritó y de una bofetada la tiró al piso.

Fugitiva : Evitando el Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora