Capítulo 34. Entrega

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Capítulo 34 Entrega.

Hermione abrió los ojos y al sentir el peso de las piernas de su hijo sobre las suyas, sonrió y poco a poco se incorporó alzándolas un poco para poder bajarse de la cama. Hugo se reacomodó y ella, al tener la intención de darle un beso en la mejilla, se dio cuenta que Draco dormía junto al niño.

Asustada y sorprendida, lo removió hasta que consiguió despertarlo.

—¿Qué estás haciendo en mi cama? —masculló enojada. Draco miró a su alrededor un poco desorientado y finalmente fijó su vista en ella.

—Me quedé dormido —contestó desperezándose.

—¿Qué? ¡Y lo dices así cómo así!

—Anoche vine a verte y como tenías una pesadilla, me quedé aquí… por si acaso.

—¡Esto está mal! ¡Si el señor Lovegood te ve… 

—No tiene nada de malo —debatió Draco y ella le golpeó en el hombro—.  Está bien, está bien… ya me voy.

—Te estoy esperando, jovencito —se escuchó la voz del señor Lovegood provenir desde fuera. Ambos se miraron a las caras preocupados y sintiéndose culpables, aunque no hubieran hecho nada indecoroso.

—Le diré que Potter me lastimó de gravedad y acudí por mi medicina —bromeó. Hermione arrugó el entrecejo sin entender—. Tu eres mi medicina —aclaró y ella le dio un empujón para después bajarse de la cama, acto que él imitó.

Hermione abrió la puerta y lo primero que notó fue a Xenophilius sentado en una silla al lado de su puerta. Musitó un «buenos días» y se alejó corriendo a la cocina. Draco, por su parte, intentó seguirla pero el hombre lo detuvo y se paró junto a él  con  el semblante serio y las manos cruzadas; se veía tan solemne como un juez que está a punto de dictar sentencia.

—Hermione tuvo una pesadilla y Hugo se despertó, simplemente esperé a que el pequeño se durmiera; sin embargo, me quedé dormido… eso fue todo —explicó soltando el aire.

—¿Estás seguro?

—Se lo juro, no hicimos nada malo. Hugo estaba durmiendo en medio de nosotros…. Además, si quisiera hacer algo más, no necesitaría su permiso —dijo esto último en voz baja y el hombre soltó un gruñido. Draco se dio cuenta de ello y se aclaró la garganta alegando que debía ir al baño.

—Huye mientras puedas —le gritó el hombre y sonrió negando con la cabeza.

Hermione ya lo esperaba en la cocina junto con Lavender, quien servía té en varias tazas para todos.

—¿Qué pasó?

—No pasó nada, estamos bien —le tranquilizó Draco y ella suspiró aliviada.

Lavender los miró con una sonrisa divertida y eso le incomodó a Hermione, dándose cuenta que ambos se estaban observando sin decirse nada. Pronto se aclaró la garganta.

—Draco… Lavender y yo queremos ir al mercado por unas cosas que nos hacen falta. ¿Crees que puedas quedarte con Hugo? Mañana es su primer día de clases en la escuela pre-Hogwarts y está un poco nervioso… Creo que le vendría bien pasar tiempo contigo.

Fugitiva : Evitando el Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora