Capítulo 40. Me muero por ti.

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Capítulo 40.
Me muero por ti

Al día siguiente, Hugo se preparó para un nuevo día de escuela. Ya no estaba triste como días atrás puesto que ahora tenía nuevos amigos: James y Teddy, el hijo de Lupin y Tonks quien vivía con su abuela Andrómeda. Hermione y Draco lo acompañaron a la escuela y él no podía estar más feliz. Ese momento era lo más cercano que había tenido a una familia.

Al entrar, la maestra encargada de Hugo los saludó y les indicó que la siguieran a su oficina para terminar de llenar algunos protocolos. 

Ingresaron a una oficina pequeña donde había muchos juguetes muggles en lo que parecía ser un espacio para diversión de los niños en una esquina de la habitación.

Había dos sillas frente al escritorio de la mujer. Hermione tomó asiento de lado derecho y Draco del otro, Hugo por su parte, aunque se vio tentado a ir a inspeccionar los juguetes, prefirió quedarse junto a su  madre.

—Estaba revisando los expedientes de los alumnos y me di cuenta que en el de Hugo me falta el nombre del tutor.

—Yo soy su madre, ¿no es suficiente con eso?

La mujer negó con la cabeza.

—En caso de accidente o de que usted no esté disponible necesitamos a alguien que se haga responsable de Hugo, es solo por precaución, usted debe entender.

Draco y Hermione se miraron.

—El nombre del padre puede ser una opción —sugirió  la mujer e inmediatamente el niño abrió los ojos asustado.

—¡No! Yo no quiero que ese señor sea mi tutor ¡No quiero, no quiero!

La mujer se sorprendió, pero no dijo nada.

—Tranquilo, mi niño, no será tu tutor —le aseguró Hermione.

Hugo se separó de su madre y se acercó a Draco pasando un brazo por su hombro.

—Ponga el nombre de Draco, él tiene que ser mi tutor —le dijo a la mujer y luego se dirigió a Draco—. Aceptas, ¿verdad que si?

El joven solo pudo sonreír con orgullo y lo abrazó para después indicar que aceptaba ser su tutor.

—¡Si! ¡Eres el mejor, Draco! —dijo el niño alzando los brazos con alegría.

La joven le sonrió agradecida a Draco y prosiguieron con el trámite.

Luego de eso, Hugo entró a sus clases y Draco llevó a Hermione a su trabajo, en la oficina Lovegood.

—Y ¿cómo sigue Brown? ¿Sigue sin querer decir quién fue el cretino que la golpeó? —dijo ya estando ambos en la puerta de la oficina.

Hermione suspiró.

—Aún no quiere decir nada y yo lo entiendo, no debemos presionarla... Yo tampoco quería hablar sobre Ron —bajó la mirada por un momento y pronto la subió de nuevo—, tenemos que darle tiempo, no sabemos por todo lo que tuvo que haber pasado.

Él chasqueó la lengua.

—No lo sé. Me parece que… —empezó y se detuvo haciendo una mueca a lo que la joven le instaba a continuar.

—Me parece que se ha recuperado muy rápido, no creo que nos esté diciendo todo.

Ella negó con la cabeza.

—Bueno, no todas las personas sanamos de la misma manera.

Él meditó la idea y asintió sin mucho convencimiento.

Fugitiva : Evitando el Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora