Capitulo 38¿ Es real?

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Capítulo 38 ¿Es real?

Daphne Greengrass iba saliendo de una tienda de ropa en el Callejón Diagon y sin querer (o tal vez no) pasó enfrente de Sortilegios Weasley, desvió la mirada hacia adentro del lugar mientras se paraba y fingía que buscaba algo en su bolso. Chasqueó la lengua al no divisar a George, pero pronto se regañó mentalmente por siquiera pensar en él.

-¿Me estabas buscando, preciosa? -dijo de pronto la voz de George proveniente de atrás y la joven dio un respingo.

-¡Idiota, casi me da un infarto del susto! -reclamó e intentó pasar de largo pero él se lo impidió tomándola del brazo.

-¿Qué haces? ¡Suéltame!

George miró hacia ambos lados de la calle y al ver que no había casi nadie transitando en ese momento, la cargó sobre su espalda pese que ella se resistía y le manoteaba la espalda.

-¿Qué crees que estás haciendo? ¡Me estás secuestrando!

-No, solo te estoy salvando de ti misma.

-Si, claro -dijo sarcástica-; comenzaré a gritar si no me bajas.

-Por una vez en tu vida, ¡confía en mí!

Ella resopló enojada, y aunque no aprobaba su trato rudo, una pequeña espinita picó su curiosidad y decidió ir con él. George accedió a bajarla y juntos caminaron hasta la oficina de Lovegood, que se encontraba a unas cuantas cuadras. Daphne hizo una mueca de desagrado al ver a donde la había llevado.

-No pienso entrar ahí. Seguro está Granger.

-Entremos -le instó George.

-Oblígame -le retó cruzándose de brazos. George no podía creer su terquedad, inhaló aire y rápidamente la cargó en sus brazos.

-No grites, solo estás haciendo el ridículo -le advirtió y ella tuvo que reconocer que tenía razón por lo que dejó de patalear y agitar los brazos.

El joven la soltó cuando Hermione les abrió la puerta de la oficina Lovegood. George la saludó y Daphne entró haciendo mala cara.

-Tomen asiento -les indicó Hermione.

Luna se encontraba sentada frente a su escritorio revisando algunos papeles que pronto dejó a un lado al notar la llegada de George y Daphne. Daphne y George tomaron asiento frente a Luna, Hermione se paró a un lado de su amiga, un tanto nerviosa.

-Me alegra que aceptaras venir a hablar conmigo.

-No acepté, me trajeron a la fuerza -dijo mirando de mala gana a su acompañante. Hermione tomó aire y continuó:

-Si algo aprendí estos años de cautiverio al lado de Ron es a conocerlo muy bien y -suspiró- a él le encanta jugar con las personas. En este momento está jugando: quiere que me entregue a él como un sacrificio, para salvarte a ti. Te está usando como un cebo.

-¿Qué tonterías estás diciendo?

-Ronald te ha elegido como su víctima, primero te engañará hasta que te enamore y una vez te tenga en sus manos, te va a torturar y eso me obligará a pedirle que te deje libre y me tomé a mí en tu lugar. Ese es el plan de ese desquiciado.

Daphne escuchó atentamente sus palabras y finalmente miró de hito en hito a los allí presentes para soltar una carcajada.

-¿Esa es la mente enferma de Ron o la tuya? -preguntó terminando de reír-. ¿Eres esquizofrénica? ¿Por eso fuiste a San Mungo? Déjame decirte que estás mal, muy mal.

A la mente de Hermione vinieron las palabras de Ron, cuando años atrás trató de pedir ayuda a su ginecólogo, cuando estaba embarazada.

-¿Puedes imaginar lo patético que fue escuchar a mi pobre mujer pidiendo ayuda al medimago? -dijo con burla-. Diciendo: mi marido me maltrata y me mata de hambre, me encierra en una sala de tortura, donde me martiriza con un sonido irritante y siempre me da el mismo castigo cada vez que escapo. Por favor, querida, ¿quién te va a creer? Él pensó que tenías esquizofrenia.

Fugitiva : Evitando el Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora