Capitulo 49 ¿Ilusión?

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Capítulo 49 ¿Ilusión?

Al día siguiente, después de desayunar, Hermione subió al dormitorio de Hugo para ver si tenía todo listo para la escuela. Lo encontró poniéndose su abrigo, se acercó y se la acomodó con una sonrisa de orgullo.

—Mírate nada más. ¡Has crecido mucho, Hugo! —Le acarició las mejillas.

—¡Qué dices, mamá! La ropa no te hace crecer —explicó, y ella sonrió al verse reflejada en él cuándo tenía esa edad.

—Estás hablando cómo un sabelotodo —dijo divertida, apretando su mejilla.

Hugo se rió, divertido y luego de unos segundos volvió a hablar con un tono de voz más serio.

—¿Mamá?

—¿Mmm?

—Siempre soñamos con vivir así, cuándo estábamos en la otra casa, ¿te acuerdas? Estoy emocionado porque ahora tengo amigos, tíos, abuelos y hasta tengo un… —se detuvo un momento y miró a su mamá como pidiendo permiso para decirlo.

—¿Tienes qué, Hugo? —Lo tomó de las manos, animándolo a continuar.

—Tengo un papá —dijo bajando la cabeza, avergonzado.

Hermione abrió un poco los ojos, quedando pasmada por su declaración; se aclaró la garganta y tras de eso le sonrió con tristeza.

—Quieres a Draco cómo tu papá —afirmó, acariciando su rostro.

Hugo asintió y estaba por decir algo más, no obstante, ese momento se vio interrumpido por la llegada de Draco, quién les apresuró ya que se les estaba haciendo tarde. Hugo corrió a los brazos del auror y este, lo cargó dando varias vueltas hasta de nuevo bajarlo y tomarle de la mano para irse.

Después de que Draco y Hermione dejaron al niño en la escuela, él la acompañó al trabajo y aunque quería hablar más a fondo con Luna sobre la custodia de Hugo, tenía una cita a la cual no debía llegar tarde.


Pasaba el mediodía y Draco se encontró con Theo en un restaurante muggle para evitar que alguien pudiera reconocerlos. Se saludaron, bebieron té y Theo sacó de su gabardina unos papeles que entregó a su amigo.

—Bueno, ya que solo me vas a ofrecer té —dijo Theo con humor—. Supongo que ¡salud!—. Y ambos chocaron sus vasos.

—No me malentiendas, amigo, primero hablemos sobre esto y después empiezas a comer, porque de otro modo no hay quién te detenga.

—Está bien, está bien —accedió y Draco comenzó a hojear los papeles.

Sus ojos iban de izquierda a derecha leyendo con avidez tratando de encontrar algo que fuera de importancia, algo que Theo pudo omitir, pero nada. No había nada relevante.

—Como puedes ver ahí —Theo señaló la primera página—, no hay nadie con el nombre que me dijiste, incluso investigué a sus sirvientes, pero no hay ningún rastro. Si quieres mi opinión, ese tipo te mintió.

—Maldito desgraciado. —Draco golpeó la mesa suavemente y dejó los papeles—.  Debí matarlo cuando pude.

—No hables así o de otro modo estarás preso y eso es lo que él quiere. No le des el gusto.

Draco guardó silencio unos segundos y suspiró.

—¿De qué nivel de locura estamos hablando? —preguntó Theo, ya que no sabía todos los pormenores de la historia.

—Me temo que todavía no conocemos los límites de este tipo. Cada vez demuestra estar más desquiciado, y no creo que se detenga.

Theo negó con la cabeza.

Fugitiva : Evitando el Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora