Capítulo 35 "Papá"

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Capítulo 35 "Papá"

Neville y Astoria se aparecieron frente a la Mansión Greengrass e inmediatamente Cyrus corrió hacia ellos, puesto que se encontraba alerta a cuando ella llegara.

—Se puede saber ¿dónde rayos estabas?

Astoria titubeó un poco antes de conseguir hablar.

—Tranquilo, papá, yo… salí anoche y…

Cyrus mantenía fija la mirada sobre Neville, para acto seguido mover la cabeza hacia los lados y sujetar a su hija del brazo conduciéndola al interior de la mansión. Neville fue tras ellos ya que temía que la reprendiera; no obstante, fue echado de la mansión y Astoria poco pudo hacer para evitarlo.

—Volveré por ti, princesa —le gritó desde lejos y ella sonrió.

Al llegar a la sala, su padre la soltó y su madre, Astrid, se acercó para abrazarla, al igual que Daphne.

—Hija, ¿dónde te habías metido?

—Sí, hermana, no debiste salir sin decirnos a dónde irías.

—Perdónenme, quise salir a tomar aire fresco y me perdí —mintió y su padre lo detectó.

—¿Te perdiste? ¿En el Callejón Diagon? —inquirió enojado —. ¿Acaso crees que soy estúpido, niña?

—No, no yo…

—¡¿Qué fue lo que hiciste?! ¡Habla! —gritó desesperado—. Pasaste la noche con ese tipo, ¿cierto?

Astoria guardó silencio y sintió como su padre estampaba una cachetada en su rostro; su hermana la abrazó protectoramente y su madre llevó las manos a la boca, sorprendida.

—¡Papá! —reclamó Daphne y Cyrus avergonzado, puesto que nunca le había levantado la mano a sus hijas, se limitó a alejarse a su despacho, dónde permaneció encerrado toda la tarde.

—Muchacha loca, ¿qué hiciste? ¡Es así como te hemos educado! —Astrid le apuntaba con el dedo.

—Mamá, por favor —pidió Daphne, acariciando el brazo de su hermana.

—¡Por favor qué! —dijo su madre y se dirigió a Astoria—. Mientras tú estabas desaparecida, ¿sabes lo que ha pasado? Narcissa se peleó en plena vía pública con esa Granger y yo preocupada pensando en cómo lo tomarías cuando lo supieras. Pero mírate. ¡Has superado a Malfoy en poco tiempo! —le gritó exasperada.

—¡Y a mí qué me importa! ¡Déjame tranquila!

Astoria llenó sus ojos de lágrimas y salió corriendo a su habitación escaleras arriba, limpiándose las lágrimas que entorpecían su visión.

—¡Tory, espérame! —exclamó Daphne antes de ir tras ella y lanzarle una mirada reprobatoria a su madre.

Subió rápidamente las escaleras hasta el cuarto de su hermana y justo antes de que se encerrará con llave, alcanzó a meter el pie y Astoria resignada la dejó pasar al tiempo que se sentaba en la cama.

—Hermana, ¿estás bien? —preguntó Daphne cerrando la puerta y yéndose a sentar a su lado. Astoria le rehuyó la mirada y se negó a responder—. Oye, puedes confiar en mi, soy tu hermana. ¿Es cierto lo que dijo papá?

La joven giró la cabeza viéndola con enojo.

—¡Tú también vas a juzgarme! ¡Estoy harta de que todos me juzguen y me digan qué hacer! —espetó levantándose de la cama—. Ya no soy una niña, puedo tomar mis propias decisiones y si quiero estar con Neville, ¿cuál es el problema?

Fugitiva : Evitando el Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora