Capítulo 41

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Jessica

Como Aiden demora un tiempo en llegar a la biblioteca y me aburro de esperarlo, voy de nuevo hacia los dormitorios y termino encontrándome con él a mitad de uno de los pasillos, una sonrisa se dibuja en su cara y en la mía igual cuando ambos quedamos de frente, aún estamos distanciados por unos metros y sin pensarlo mucho tiempo, acortamos la distancia y nos envolvemos en un cálido abrazo. Las llamadas no se comparan con tenerlo frente a mí, mentiría si digo que no lo he extrañado durante todas estas vacaciones.

—Tenerte aquí en frente me hace darme cuenta de lo mucho que te he extrañado —dice inclinándose para darme un beso, envuelvo mis brazos alrededor de su cuello y profundizo el beso entre los dos, también lo extrañé y extrañé sus besos—. ¿Qué tal han ido tus vacaciones?

Pregunta cuando ambos nos distanciamos, mis brazos aún continúan rodando su cuello.

—Han ido bien, ya extrañaba estar en casa, mi familia estuvo contenta de tenerme.

—Me alegro por ustedes. —Vuelve a darme un beso.

—¿Qué hay de ti? ¿Cómo estuvieron tus vacaciones?

Aiden deja caer un suspiro.

—No cambiaron mucho, hasta parece que tener tiempo libre fuera de la universidad ajustó mi agenda más de lo habitual, reuniones, fiestas, inauguraciones, creo que hice un poco de todo.

—Cómo el buen príncipe que eres —murmuro y su nariz se arruga un poco.

—Hago lo mejor que puedo. —Se encoge de hombros y esta vez, nos apartamos para comenzar a caminar por los pasillos hacia mi dormitorio. De pronto, Aiden luce cabizbajo a medida que avanzamos y se lleva las manos a los bolsillos de su pantalón un poco vacilante.

—¿Qué sucede? —pregunto y le toma un largo tiempo responder con una mueca, su mirada se alza y se pierde al frente.

—Me he topado con Edward de camino aquí —confiesa, no sé describir la forma en que percibo su voz, pero no es contenta, tampoco molesta sino que hay más decepción en ella. Me sorprendo por lo que ha dicho y detengo mis pasos, Aiden hace lo mismo y dirige toda su atención en mí.

—¿Cómo es que ha estado aquí?

Mi voz es apenas audible para él, una mueca aparece en su rostro.

—Eso mismo pienso, no tiene nada que hacer aquí, le he pedido que te deje en paz y tal parece que quiere...

—¿Le has pedido que deje de buscarme?

De nuevo estoy asombrada, aunque recuerdo que Aiden comentó tiempo en que solucionaría las visitas de su tío, me sorprende un poco que realmente lo ha hecho, no es que dudara de él, sino que su agenda es muy ajustada y siempre imaginé que apenas y tenía tiempo de hablar sobre el tema conmigo.

Se pasa una mano por el pelo y lo despeina un poco.

—Lo hice en el palacio, creí que dejaría de hostigarte, pero veo que me equivoco. —De nuevo, suelta un suspiro pesado como lo había hecho tiempo atrás, su mirada se encuentra con la mía, el color de sus ojos es intenso—. ¿Te importa si hablamos de esto en el dormitorio?

No hay nadie merodeando a los alrededores del pasillo, pero entiendo que Aiden quiera asegurarse de que realmente no hay nadie escuchándonos, doy un asentimiento y ninguno hablamos hasta que por fin llegamos a mi dormitorio y cerramos la puerta de este. Bajo la seguridad que nos propina, ambos vamos a la cocina, sirvo dos vasos de agua, uno para él y uno para mí, mi garganta se siente un poco seca y me encuentro aturdida pensando en que Edward ha estado aquí de nuevo.

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