Capítulo 3

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Jessica

Después de conducir un par de minutos por las frías calles de Oxford, concluyo en que no tengo otro lugar a donde llevar al príncipe que, a la residencia, dentro del auto, ninguno de los dos conversamos muchos, Aiden está concentrado en su celular escribiendo un mensaje de texto mientras que yo conduzco algo tensa por la situación.

—Gracias por ayudarme.

Inquiere cuando ha dejado su celular, comparto una mirada rápida en su dirección y vuelvo a la autopista.

—Me debes una.

Aquello, forma una sonrisa en su boca.

—Te juro que lo compensaré —dice tranquilo—. ¿A dónde nos dirigimos?

—La residencia estudiantil de Oxford.

—¿Eres estudiante de medicina de la universidad de Oxford?

—En realidad, de enfermería. —La medicina y enfermería van de la mano, pero ambas carreras son distintas, por lo que decido aclararlo, Aiden asiente.

—También estudio en Oxford.

Su comentario hace que se gane una mirada de mi parte, la universidad es enorme, asisten cientos de estudiantes, algunos de los muchos estudiantes son personas importantes, pero jamás imaginé que el príncipe asistía.

—¿En serio?

—Ciencias políticas y administración pública.

Responde, ahora soy yo quien sonríe.

—Interesante.

—¿Entonces, iremos a la universidad?

—Sí.

—Bien, avisaré para que vayan por mí.

Sé que la mayoría de los estudiantes reside en los edificios, pero teniendo en cuenta quien es Aiden, es lógico que no tenga un dormitorio como todos nosotros. Vuelve a escribir un mensaje en su celular antes de volver a hablar.

—Sabes, es curioso que jamás nos hemos topado en la universidad.

—Es enorme —explico la razón de ello, una mueca se dibuja en sus labios.

—Aun así, es curioso saber que asistimos a la misma universidad.

Sí, yo también lo encuentro curioso, quién diría que el príncipe estudiaba en Oxford como muchos ciudadanos.

—¿Vendrán por ti?

Pregunto cambiando de tema, no creo que sea una buena idea ingresar al príncipe a los dormitorios, estoy segura de que su presencia podría alterar a otros.

—Sí, le he escrito a Marcus —afirma, supongo que Marcus debe de ser algún miembro importante del palacio, quizás su guardaespaldas o algo parecido—. Le tomará un par de minutos venir, pero lo hará.

Asiento en acuerdo.

—¿Puedo preguntarte algo?

—Claro.

—¿Qué te pasó en el pie?

La verdad es que he tenido curiosidad desde el día en que ingresó en el hospital y si voy a conducir con él en el auto, encuentro una buena ocasión para hacer la pregunta que me consumió durante la semana.

—Tuve un pequeño tropiezo —dice, enarco una ceja en su dirección y espero a que se explique mejor—. Digamos que no soy muy bueno en los deportes, me doblé el pie jugando beisbol y después caí andando en patineta.

Esas cosas sonaban bastante casuales, no se lo digo, pero me parece que no es algo que haría un príncipe como él.

—Bueno, tu lesión tiene algo de sentido.

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