35: La reunión final

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El interior del vehículo estaba en completo silencio. Inna apretaba con fuerza la pistola entre sus manos, aunque éstas estaban sudando por los nervios. En frente suya vio a un Gustabo disfrazado de payaso discutiendo con Horacio y Conway. Llevaban casi 40 minutos hablando, y parecía que la cosa iba para largo.

—Esto no me gusta nada.—murmuró Freddy, el cual estaba en el asiento del conductor. Miraba hacia las montañas por si se veía algún tirador.

—Estamos totalmente desprotegidos—habló Michelle desde el asiento de atrás—, Podrían estar apuntándonos desde cualquier ángulo. Joder.

Inna tragó saliva. Tenían razón, pero ella prefería no pensar en eso.

Las horas pasaron, y la discusión entre los tres hombres pasó por muchas fases. Inna pudo escuchar gritos y amenazas, pero también alguna que otra risa. Seguramente estuvieran rememorando algunas de sus aventuras como agentes.

Ella estaba temblando de los nervios. Se había tirado tres horas sujetando con terror su arma; las uñas se le habían clavado en la palma de la mano y habían dejado una pequeña marca.

De repente varios hombres comenzaron a salir de los arbustos. Inna reconoció los trajes inmediatamente; eran miembros de The Union. Poco a poco comenzaron a colocarse alrededor de Gustabo, como apoyándole. Conway hizo un gesto con la mano a los agentes del CNP para tranquilizarles.

—¿Qué cojones?—preguntó Freddy—, ¿Michelle, qué hacemos?

—De momento, nada. Dejad a Conway que controle la situación.

Justo cuando Evans habló, un disparó rozó a Conway en el brazo. Inna se incorporó en el asiento y cargó el arma. En el momento en el que iba a salir del coche Freddy le agarró del brazo.

Los tres se quedaron en completo silencio, viendo cómo el Superintendente miraba hacia el cielo. Los miembros de The Union hicieron lo mismo, nadie sabía qué estaba pasando.

—Le dije a Conway que la localización era mala—murmuró Michelle mientras cargaba su arma—, Por esta zona hay muchos grupos violentos, seguramente haya sido alguno de ellos.

—¿Y qué hacemos ahora?—preguntó Inna mientras seguía nerviosa a Conway con la mirada. Éste estaba escondido entre unas cajas mientras se tapaba la herida.

—Vayamos a por ellos.

Salieron del coche y rápidamente se separaron, apuntando a su alrededor. Los miembros de la mafia se habían escondido. A pesar de que ambos grupos tenían ahora que defenderse de un tercer equipo, Inna no se fiaba en absoluto de The Union. Kalahari podría aprovechar la oportunidad y atacarla.

Se dirigió hacia Conway sin ser vista. Cuando el Superintendente se dio cuenta de su presencia, exclamó:

—¡¿Qué cojones haces aquí, Orlov?!

—¡Ayudarte!—respondió ella entre susurros—, Sígueme; Greco ha aparcado aquí al lado.

El hombre asintió y ambos agentes se dirigieron hacia el coche policial que estaba escondido entre los árboles. De él bajó el agente Greco. Abrió la puerta trasera del coche y ayudó a Conway a entrar.

—¿Dónde está Horacio?—quiso saber Jack. Inna miró a su alrededor, pero no le vio. Divisó a lo lejos un pequeño granero. De él vio salir a un miembro de The Union, y más tarde al muchacho de la cresta. Horacio corrió hacia el coche policial y dijo por radio:

¡Vámonos!

El resto de los agentes obedecieron. Inna se subió al coche al lado de Conway y, mientras le revisaba la herida, comenzó a pensar. Horacio había tenido la oportunidad de disparar a un miembro de la mafia pero no lo hizo. Es más, le dejó ir. Ella sabía que la situación no era precisamente la adecuada, pero aún así se sorprendió. Pensó que quizás su compañero querría vengarse de todo lo que le hicieron. Aunque si ella estuviera en esa situación habría hecho lo mismo.

Opia (Jack Conway) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora