20: Ataque al hospital

1.9K 169 34
                                    

—Tiene buen aspecto.

Tras soltar ese comentario, la chica sonrió. Acababa de revisar la herida de Volkov, y vio que estaba en buenas condiciones.

—Eso es porque tengo a la mejor doctora de Los Santos conmigo.

Ella soltó una pequeña risa, mientras golpeaba con cuidado el hombro del chico. Volkov se incorporó en el enorme sofá rojo. La televisión con las noticias sonaba levemente, lo suficiente para poder escucharlas prestando atención pero sin molestar. Inna llevaba ya varios días visitando al chico, le gustaba revisar su estado y estar con él, ya que el resto de miembros del cuerpo no estaban de su lado precisamente.

Un par de días antes fue el funeral de Leónidas: algo rápido y muy mal organizado. Michelle Evans se encargó de prepararlo, a pesar de las quejas de Inna y las propuestas de hacerlo ella misma. Apenas asistieron diez oficiales, y algunos no estuvieron allí por más de 10 minutos.

Cuando el cura José Cristo dio algunas palabras y la gente se comenzó a marchar, Inna y Conway se quedaron, una vez más, solos en el cementerio. Pero esta vez no fue como el resto de sus encuentros, sino todo lo contrario.

—Podríamos haberlo hecho mucho mejor.—dijo ella mirando la tumba. Para sorpresa de todos, no había llorado en ningún momento, ni siquiera cuando leyó su discurso. Para Inna esto no fue algo nuevo, ella había notado desde hacía unos días que algo había cambiado en ella; aunque no sabía muy bien el qué.

—Él podría haberlo hecho mejor.—respondió él. Llevaba todo el funeral soltando pullitas sobre el rendimiento de Leónidas, algo que a Inna no le sentó nada bien. Cuando Conway dijo esto, Inna resopló.

—¿No te cansas?

Él se giró hacia ella con una mirada soberbia—: ¿De qué?

—De ser tan pesado. Tío, Leónidas está muerto. Deja de cagarte en su persona cada vez que pillas la oportunidad, creo que hablo por todos cuando te digo que queremos un poco de paz, al menos ahora mismo.

—Yo me cagaré en quien quiera, ¿entiendes?—Conway estaba comenzando a enfadarse, Inna lo podía ver claramente. Pero le dio igual. El Superintendente era una persona impulsiva y nunca pensaba las cosas; ella estaba harta de su comportamiento y, como nadie nunca se lo echaba en cara, decidió tener huevos y hablar.

—A mí también me hizo cosas feas Leónidas. Y no voy por ahí recordándolo a todo el que me encuentro. Sí, puede que fuera irresponsable, vago y nunca se tomara las cosas en serio; pero también era fuerte, divertido, amable y una buena persona. Nuestro amigo. Y si tú prefieres quedarte con las cosas malas incluso después de su muerte, allá tú. Yo paso, sé que eso me va a hacer sentir peor. Y siento mucho ser así de borde contigo, porque de verdad que te tengo mucho cariño, pero es que ya no puedo más, Conway. A los dos nos han pasado cosas malas, la diferencia es que yo no voy por ahí castigando a los demás por mis mierdas. Sé un hombre.

Y tras decir eso, dio media vuelta e hizo amago de marcharse. De repente, Conway le agarró de la muñeca, tirando con fuerza hacia él. La giró y le acercó a su cuerpo, sus rostros estaban uno en frente del otro. Los ojos de Jack estaban llenos de enfado, su ceño estaba fruncido y su mano agarraba con fuerza la muñeca de Inna. Ella soltó un quejido e intentó soltarse.

—¿Quién coño te crees para hablarme así?

Ella ignoró su comentario y, después de reunir toda la fuerza que podía, se zafó de su agarre y le dio un empujón—: No me toques.

Opia (Jack Conway) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora