°.•*¨♡ Esposo Consentido ♡¨*•.° YoonMin

❥◦.• 08

—Le dije que era un polvo, pal amor estoy sordo...

El pequeño hombre cantaba emocionado, mientras movía sus manitos. Sentado en la silla giratoria de la oficina de su esposo. Con la cabeza hacia atrás y sus ojitos cerrados.

—Una vez lo intenté, pero eso del amor no lo soporto... Le dije que era un polvo...

Tan concentrado en esas líneas que no se fijó cuando su esposo se colocó a su lado.

El CEO Min posa sus ojos de gatito en el chiquillo. Muy tranquilo para su gusto, de seguro está imaginando alguna locura. Parece un ángel, con los pequeños mechones que se escapan rebeldes, las mejillas blanquitas adornadas por un suave color carmín.

Quiere acariciar ese rostro con sus grandes manos y dejar muchos besitos. Está a punto de hacerlo, pero escucha algo que no es de su agrado.

—Le dije que era un polvo...

—¿A quién le dijiste eso, Min Jimin? —abre sus ojos abruptamente, sorprendido. La voz de su esposo ha salido tosca.

—¿A caso me estás alzando la voz? —sus pequeños ojitos lo analizan, dudoso.

Como dándole la oportunidad a Yoongi para que se retracte.

—¿Acaso estás evadiendo mi pregunta? —el mayor inquiere, sin embargo, su voz ha vuelto a su tono normal.

—¿Acaso me estás acusando de algo?

Yoongi opta por guarda silencio, no puede ganarle a ese pequeño duende.

—Eso pensé. Yoonie bonito, es una canción —dice llevando las rechonchas manos hacia sus labios, dejando salir pequeños sonidos.

—Siempre lo supe, amor.

Ante lo mencionado, Jimin enarca una ceja. Su esposo es un mentiroso.

—Alguien quiere que me divierta otra vez con rosadito.

Canturrea indiferente, posando su atención en el esmalte violeta pastel de sus uñas.

—No bizcochito, todo menos eso. Debes desechar a rosadito, además, quiero dormir contigo, eres muy abrazable. 

—Ah, entonces dormirías con cualquier persona a la que puedas abrazar.

Por la cara de su esposo, Yoongi sabe que la ha cagado y en grande. Así que mejor se agacha para dejar un pequeño piquito en los labios rojitos

—No necesito abrazar a nadie más que a ti. Te amo.

—¿Muchito?

—No tienes idea de cuánto.

— ¡Ay, Yoonie! Me quería enojar contigo, y no me dejas. Es que eres muy tierno.

—Encantos naturales, bizcochito. ¿Y qué es esto, precioso?

—Mmm... Tú siempre me consientes y hoy yo quería hacerlo —habla, mientras abre las tapas de los envases.

La cara del mayor se ilumina.

¡Por todos los cielos!

Min Jimin sabe como retener a su hombre.

—Bizcochito, eres la cosita más irritante y más linda.

Yoongi opta por alzar a su esposo y tomar asiento, colocando a Jimin sobre su regazo.

Con su pequeña manito apresa el envase de mandarinas y se lo da al mayor, quien complacido acata la orden.

Jimin deposita pequeños trozos de mandarina en la boca de su esposo y los intercala con besitos. Definitivamente, Min Yoongi es un gatito que también merece ser consentido.