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Jimin se observa en el amplio espejo. Su atuendo, impecable. El pantalón negro resalta sus gruesas piernas y la camisa blanca se ajusta perfectamente a su pequeña cintura. 

Da media vuelta sobre sus talones y sonríe porque su esposo lucha con la corbata azul.

En silencio se acerca para tomar las manos de Yoongi y posarlas sobre sus caderas, mientras él sostiene el pedazo de tela para ágilmente enrollarla.

—Que haría sin ti, bizcochito —susurró—. Me estoy arrepintiendo, tal vez podríamos quedarnos y aprovechar la noche.

—Sé lo que intentas hacer, Yoonie bonito. Pero no, debemos ir porque ya te comprometiste con tu amigo.

—¿Enserio eres mi bizcochito consentido?

—Muy gracioso Min. Ya es hora de irnos. Oh, casi se me olvida. Taehyung va a ir directamente allá.

Yoongi hizo un sonido con su garganta, tomó la pequeña mano rechoncha de su esposo y dejó un beso en el dorso de esta para posteriormente abandonar la mansión en el lujoso Mercedes Benz.

—¿Me veo bien, Yoonie bonito? —preguntó, moviendo su cabeza de derecha a izquierda, regalando pequeños besos volados a su esposo.

—Min Jimin, eres la cosita más preciosa de este puto mundo.

No dudó en halagarlo. 

—Lo sé, Yoonie, lo sé.

Yoongi le regaló una ladina sonrisa, su esposo era un poco, nada más un poquito presuntuoso, aunque en realidad tiene tantos atributos de los cuales presumir.

Siente como esa pequeña mano conocida se apodera la suya, que reposa sobre la palanca de cambio del auto.

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Treinta minutos más tarde, la pareja llegaba a las Empresas Jung, en donde se llevaría a cabo el evento.

Se encontraron con Taehyung en la entrada, quien elegantemente vestido le ofreció una sonrisa a su hermano y una mueca sarcástica a su cuñado.

A Jimin particularmente no le agradaban estos eventos, se aburría con facilidad pues toda la gente conversaba de negocios que no entendía.

Además, su esposo gastaba tiempo en saludar a socios. Esas eran las consecuencias de haberse casado con un hombre mayor, pero no le importaba, Yoongi siempre trataba de hacerle sentir lo más cómodo posible, igual a Taehyung.

Una ventaja de tener a su cuñado archienemigo es que mataba tiempo molestándolo. Como en este momento.

—¿Te acuerdas que el otro día me estabas presumiendo el auto que Yoongi te regaló por tu cumpleaños? Te lo va a confiscar porque tienes varias multas por exceso de velocidad. Y yo no le dije nada, claro que no.

Falsamente le ofreció una mirada compasiva.

Una mirada tan falsa como esa enemistad.

—¿No vas a decir nada? —preguntó impaciente.

Quería molestar a Taehyung, pero éste no cooperaba. Ni se inmutaba por su chillona voz, y eso estaba acabando con la cordura del castañito, quien desvía la mirada en dirección hacia lo que es foco de atención de su cuñado, y se encuentra con cierto rostro conocido.

Sus ojos se tuercen dramáticamente. No le cae mal el hombre, pero no le agrada la cercanía con su esposo.

—Toma —ofrece un vaso de vidrio vacío, Taehyung por fin le presta atención, asombrado—. Para la baba que estás derramando —se sonroja furiosamente. No puede negar que ese hombre lo ha cautivado.

°.•*¨♡ Esposo Consentido ♡¨*•.° YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora