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—¿Crees que tu hermano me pida el divorcio si se entera que rompí a Kumamon bebé? —pregunta el castaño a Taehyung.

Ambos se encontraban sentados en el césped del patio de la Universidad y un árbol de manzano los protegía del sol. 

Aunque su peculiar enemistad perduraba, se hacían compañía el uno al otro. Sin embargo, nunca perdían la oportunidad de molestarse.

—Ojalá.

Jimin le regala una mirada tétrica. Ese hombrecito llega a helar la sangre si se lo propone.

—Hablo enserio. Tengo miedo de que se enoje conmigo.

—Quisieras. —Es la simple respuesta que recibe de su cuñado.

—Hablo enserio, Taehyung.

El pelirrojo le vira los ojos. Cansado de las estúpidas preguntas de Jimin, porque a su parecer, eso eran.

—¡Ay! Mi hermano solo se enoja contigo cuando hablas con otros hombres. Así que no te preocupes.

Jimin sonríe en grande, pues eso era lo que quería escuchar. Solo deseaba aumentar su ego.

—Ya sabía, mi Yoonie bonito me adora.

—Entonces para que preguntas.

—Para restregarte que tu hermano se enamoró de tu peor enemigo. ¡Obvio microbio! —entusiasmado anuncia, aplaudiendo con sus tiernas manos.

Taehyung finge que lo que ha dicho le ha molestado, pero en realidad no es así.

—Ya duende, tengo hambre. Muévete.

Jimin le ofrece un trozo de sándwich que su esposo le ha preparado y ambos se pierden criticando la falda roja de una rubia que les cae mal.

Disfrutaban demasiado el tiempo juntos, pero sus pequeños roces infantiles hacían que lo nieguen rotundamente.

•🥺•

Una vez en casa, Jimin decidió cambiar su ropa y descansar, pues no tenía nada en que ocuparse.

Extrañaba mucho a sus padres y a su hermanito menor. Hace cinco meses se mudaron a China por un problema en sus empresas y aún faltaba algunos meses para que retornen a Corea.

Además, la casa era muy grande y Taehyung no siempre estaba para hacerle compañía.

Tampoco podía pasar todo el tiempo con su esposo y aunque lo visitaba, la mayoría de veces estaba atareado en reuniones.

Solo le apetecía que alguien llegue, y le dé besitos.

Mejor dicho, quería a Min Yoongi.

Pero sabía que no podía estresar a su esposo con eso. Es decir, Jimin siempre procuraba estar pegado como chicle al pálido, pero conocía sus límites.

Con esos melancólicos pensamientos logró conciliar el sueño.

Después de algunas horas despertó y sintió unos fuertes brazos rodearlo en un reconfortante abrazo. Su esposo se removió, mientras ejercía el agarre. Jimin dejó varios besos húmedos por toda la cara y mordió levemente la nariz para despertarlo.

—Bizcochito. —Susurra con voz grave.

—Yoonie bonito. Te extrañé mucho.

—Yo también, precioso. Por eso quise regresar antes. —Yoongi habla mientras se sienta con su espalda pegada en el respaldar de la cama. Palmea sus piernas para que el castaño se coloque en ese lugar.

Jimin no espera una segunda invitación y emocionado acata la petición.

—¿Estás usando mi ropa otra vez?

—¿Qué? Claro que no. —Jimin responde, enarcando una ceja, asombrado.

—Primero mi corazón, ahora mi ropa. ¿Qué sigue? ¿Mi apellido?

—Estamos casados, Min.

—No me digas Min. —Pide haciendo un puchero—. Parece que estuvieras enojado conmigo y no me gusta.

—Mi Yoonie bonito es un bebé—canturrea—. Besito.

El mayor toma con sus grandes manos el rostro lechoso de su esposo y deposita pequeños besos sobre la suave piel.

—Otro besito. —Yoongi deposita piquito sobre los tibios labios.

—Mañana tengo el día libre, pero por la noche debemos ir a una fiesta por el aniversario de las empresas Jung. También, debe ir Taehyung. Mi mejor amigo por fin regresa a Corea y les voy a pesentar.

—Entonces mañana puedo faltar a la Universidad para pasar todo el día juntos. —Jimin da pequeños saltitos emocionado.

—No te muevas, bebé —jadea—. No puedes faltar, ya lo hiciste hace unos días. Vas a ir a tus clases y cuando regreses te voy a esperar con un delicioso almuerzo.

—Ño, ño, ño. ¡No quiero! 

—Bizcochito, no puedes faltar cuando quieras.

—¡Sí puedo!

Inhala y exhala Min Yoongi. Inhala y exhala.

—Si vas, te compro la colección completa de BT21. 

—La colección de BT21 y despides a la rubia de Recursos Humanos.

—Hecho. —Ambos entrelazan sus meñiques para cerrar el trato—. Ahora ven, quiero dormir un rato contigo. 

Jimin se recuesta sobre el suave pecho de su esposo y entre besos robados, caricias dulces y palabras de amor, logran perderse en el mundo de los sueños. 












































































°.•*¨♡ Esposo Consentido ♡¨*•.° YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora