°.•*¨♡ Esposo Consentido ♡¨*•.° YoonMin

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El sol calaba por el espacio abierto que unía a las dos cortinas, directamente sobre los ojos rasgados de un hombre azabache que detestaba profundamente a cualquier cosa o persona que interrumpa su hermoso sueño.

Sobando sus ojos por la molesta intromisión estiró uno de sus brazos logrando topar un bulto suave.

Esperen. 

Él conocía muy bien esa suave piel, así que una sonrisa acaramelada iluminó su cara de gatito mostrando sus encías rositas y se ensanchó aún más al recordar la maravillosa velada.

Se acercó al pequeño cuerpo para besar la pequeña nariz que se arrugaba, mientras apartaba los molestos cabellos de la frente del menor.

Cuando se cansó de admirar el bonito rostro de su esposo, se levantó y rápidamente fue a su clóset para colocarse un bóxer y un short deportivo.

Luego volvió hacia la cama para depositar un último beso sobre los labios de su esposo y salir en dirección a la cocina.

Es verdad que Jimin se ponía un poquito enojón porque sentía un incómodo dolor, y Yoongi no podía hacer más que consentir a su bebé y darle muchas caricias.

En la cocina, decidió preparar el desayuno favorito de su pequeño, hotcakes con fresitas y leche calientita.

Prendió la cafetera, Yoongi necesitaba un café amargo para funcionar.

Tomó la batidora para colocar los ingredientes; leche, harina, huevos, mantequilla, azúcar y una pizca de sal.

Sirvió la mezcla en un sartén de teflón y cuando estuvieron listos, puso los círculos de masa sobre un plato para que se enfríen mientras se dedicaba a cortar fresas.

De la refrigeradora sacó un vaso de leche y lo colocó en el microondas para calentarlo. Hasta eso cortó las crepas tratando de simular corazones. Ya tenía experiencia, quedaron con forma, suaves y apetitosos.

Cuando las porciones estaban completas, decidió que era hora de armar todo en una charola de madera.

Primero colocó un mantel blanco y encima de este en un plato mediano los hotcakes en forma de corazón acompañado con las fresas cortadas por la mitad.

En otro bol hondo de porcelana puso los trozos de fruta restante. La leche tibia y su taza de café también las acomodó en el amplio recipiente, con una mermelada de mora y un trozo de mantequilla. Finalmente agregó un juego de cubiertos.

Aplaudió bajito y celebró por su trabajo. Por lo menos no arruinó nada y se veía estético. Tomó la charola y despacio se encaminó hacia su habitación.

Jimin ya había despertado y cuando lo divisó sonrió bonito cerrando totalmente sus ojitos.

El mayor dejó el desayuno sobre el pequeño tocador y buscó entre las repisas del baño una pequeña mesa portátil plegable que usaban en ocasiones como esta. La encontró y se acomodó en la cama, frente a Jimin.

Al castañito se le hizo agua la boca y su corazoncito se calentó feliz por la linda forma en que su esposo lo cuidaba.

—Mira bebé, ¿te gusta?

—Muchito, muchito, Yoonie bonito. Gracias —le lanzó un besito volado, intentando colocarse recto, pero no funcionó—. Aush —se quejó.

—Despacio, bizcochito. Ven bebé, te ayudo—. Ofreció, tomándolo del hombro para que se enderece—. ¿Mejor?

—Sipi. Eres el mejor esposo.

Yoongi sonrió y le guiñó un ojo. Abrió el envase de mermelada para untar el dulce sobre un hotcake. Cuando estaba listo lo cortó en trocitos para alimentar a su esposo, quien gustoso recibía haciendo sonidos de satisfacción.

Min Yoongi consintió a su pequeño en todo momento.

En eso consistió su mañana de pareja, después de una relajante ducha y de cambiar las sábanas, volvieron a enfundarse en la cama para ver películas, comer dulces, y obviamente los besos y abrazos no podían faltar.

No pudieron evitar perderse en la burbuja de amor que juntos creaban.