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El CEO Min tuvo un día ajetreado en la empresa. De aquí para allá en reuniones, órdenes, y papeles que firmar.

Lo único que deseaba es llegar a la casa, tomar una relajante ducha para posteriormente acurrucarse junto a su pequeño y descansar.

No imagina las ideas que cruzan por la mente de su esposo.

Jimin se observa en los amplios espejos del clóset. Su cabello perfectamente peinado, y su reluciente oversize blanco pomposo, acompañado de un jean negro que se ajusta perfectamente a sus tonificados muslos.

La danza ha hecho un trabajo excelente al moldear su cuerpo.

Sabe muy bien que a su esposo le encanta recorrerlo y se pierde buscando las partes más sensibles.

Como toque final unta brillo labial.

Nada exagerado.

Cuando termina, abandona el clóset y se posa en el centro de la cama a esperarlo.

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Yoongi ingresa a la mansión y se sorprende por no oír el armonioso bienvenido, Yoonie bonito.

Acomoda el maletín y los mocasines en el estante de la entrada y sube las escaleras en busca de su esposo, pero se lleva una deliciosa imagen al encontrarle.

Jimin yace recostado en el centro de la cama con las piernas abiertas para él, pero al reparar en su presencia abandona su cómoda posición para acercarse a su esposo, quien decido también corta la distancia.

—Te he preparado una sorpresa, Yoonie bonito. —Confesó coqueto.

—Por el aura sensual que desprendes, me imagino de que se trata todo esto.

Afirmó con una lasciva sonrisa plasmada en su rostro. Su instinto hace que sujete con fuerza las caderas del menor.

Desesperadamente unieron sus labios en un fogoso ósculo, tan necesitado como se encontraban en ese preciso momento.

Jimin apresa el cuello del mayor, dejando leves caricias. Yoongi sin pudor alguno introduce su lengua en la cavidad bucal, recorriendo y rememorando esas sensaciones excepcionales que solo Jimin puede despertar.

Los chasquidos se apoderan del lugar, justo en el momento en que el menor decide cortar el beso. Separándose del agarre, cruza sus meñiques para encaminarse hacia la cama. Yoongi entiende y se sitúa justo en medio.

—Voy a ayudarle con la camisa, hyung.

La palabra que tanto disfruta el mayor escuchar en sus encuentros es dicha y una corriente placentera recorre sus extremidades.

Entonces, Jimin desde su posición empezó que gatear hasta ubicarse entre las piernas abiertas de su esposo. Sus movimientos son naturales, lujuriosos sin caer en lo vulgar.

Desabrochó la camisa, dejándola totalmente abierta para toquetear los deliciosos pectorales, no eran pronunciados, pero tampoco inexistentes, la proporción necesaria que lo volvía loco.

Yoongi se estremeció ante las suaves y hábiles manos. Le gustaba que Jimin le prepare sorpresas de este tipo. Sus planes siempre lo dejaban satisfecho, pero su cuerpo no.

De Min Jimin nunca podría cansarse.

Para ese momento, la erección del mayor era notoria. Sobre su pantalón resaltaba un prominente bulto húmedo y apetitoso. Jimin se relamía los gruesos belfos, haciéndolos tan tentadores como él mismo.

°.•*¨♡ Esposo Consentido ♡¨*•.° YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora