°.•*¨♡ Esposo Consentido ♡¨*•.° YoonMin

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—Jimin, necesito que le digas a mi hermano que voy a ir directo a esa cena. Hoy tengo una audición en la empresa de modelaje.

—Está bien, pero no llegues tarde. Sabes que Yoonie se enoja. —Informó—. ¡Acábalos! —animó emocionado, mientras el otro se alejaba despidiéndose con la mano.

El chiquillo sube en el auto que su esposo ha enviado para regresar a su casa. Le parece extraño que Yoongi no lo haya ido a recoger, puesto que en eso habían quedado.

Se pierde en sus pensamientos. Ansía contarle a su esposo que fue elegido para presentarse en la Noche de Talentos.

Ya saben, Jimin siempre ganando.

Una vez el coche ha estacionado en la fachada de la mansión, recorre los pasillos en busca de Yoongi. Pero se sorprende porque no está esperándolo con una comida deliciosa, como lo prometió.

Continúa recorriendo, y observa que la puerta de la habitación que su esposo utiliza para componer en sus tiempos libres, está abierta. Su Yoonie de seguro se perdió en ese pasatiempo que tanto ama.

Una pequeña sonrisa maliciosa escapa de sus labios. Sorprenderá a Yoongi con un gran abrazo de oso. Pero cuando entra en la habitación, el sorprendido es otro.

Los ojos de Jimin se cristalizan ante lo que presencia. Su esposo está acostado sobre algunas banquetas negras y a un costado de él, otro hombre. Ambos dormidos y muy, pero muy pegados.

Oh no.

Jimin quiere golpear todo lo que encuentre a su paso.

—¡Min Yoongi! ¡Explícame que es esto! —gritó molesto.

Somnoliento y aturdido el aludido despierta. Pero sus movimientos son tan bruscos que termina cayendo al duro suelo. Mientras que el otro hombre se despereza en silencio.

—Yoonie, ¿estás bien? —preguntó el pelirrojo, posando su mano sobre el hombro de Yoongi.

Eso es todo.

Jimin se siente totalmente indignado.

—¡En mi propia casa, Min Yoongi! —el mayor recién se hace una idea de los pensamientos de su esposo—. ¡No lo toques! —chilla histérico—. Mejor me voy, ¿sabes qué? Te deseo lo mejor, si es lo que ustedes va enserio, pero no lo creo porque lo mejor soy yo.

Con sus ojitos cristalizados abandona la habitación dejando a dos personas con un lío mental.

Min Jimin es demasiado dramático cuando se lo propone.

Yoongi de inmediato se incorpora y corre detrás de su esposo. Cuando logra alcanzarlo, está tomando una maleta grande y dirigiéndose al clóset.

—¿Qué haces, bizcochito? —preguntó desconcertado.

—Me voy de aquí, es obvio.

Jimin ni si quiera le regala una mirada, solo se concentra en guardar algunas prendas básicas.

—No seas dramático bizcochito.

—Yo los observé, Min. No tienes que darme explicaciones.

Yoongi se acerca cautelosamente y lo atrapa entre sus fuertes brazos. Coloca el mentón sobre el hombro de su esposo para dejar un pequeño beso en la abultada mejilla.

—Eres un bizcochito celoso. Es Hoseok. Te dije que los iba a presentar en la cena, pero vino a visitarme y por eso no pude irte retirar de la Universidad. Nada de lo que esa pequeña mentecita está imaginando es verdad —dijo observando por el espejo la cara apenada de Jimin—. Mi bebé celoso, ya hemos hablado de esto.

—Yo no siento celos. ¡Es culpa de las mariposas encabronadas! —gritó el menor. 

Yoongi no puede ahogar la estruendosa carcajada que escapa de sus labios.

Jimin con sus mejillas totalmente calientes, da la vuelta despacio para hundir su cara aún más roja en el pecho de Yoongi.

—¿Me per-perdonas? —preguntó titubeante.

—Ya me acostumbré a tus dramas. Pero te perdono si reconoces que eres celoso.

—Soy un poquitititititititititi-to celoso. Prometo por el gran Lachimolala no volver a celarte —alza su pequeña mano y muestra su meñique.

Yoongi enarca una ceja.

Por Lachimolala que Jimin no cumplirá nada de eso.

—Los dos sabemos que no lo harás.

Atrapado. En el rostro de Jimin resalta una sonrisa pícara.

Lo único que se le ocurre hacer es enroscar sus gordas piernas a la cintura del mayor. Sujetarlo de la nuca y atrapar sus bocas en un apasionado beso.

—Te amo, mucho, mucho, mucho.

Yoongi asiente con su típica sonrisa de gomita y siente como el pequeño continúa con los húmedos besos por su cuello.

Las disculpas que Jimin le suele ofrecer son las más entretenidas.