Imagina ser una aprendiz de Gandalf y para el año en el que la compañía de Thorin había entrado al bosque tu hayas hecho tu aparición salvándolos de las arañas, los seguiste desde ese momento y cuando Bardo los tomo por sorpresa en orillas del río. En ambos se hizo evidente la conexión de sus miradas y que en varias ocasiones seguían encontrándose. Hasta que él se atrevió a sonreírte de forma juguetona.
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