No era mas que un joven medio elfo cuando la vio por primera vez, había quedado impresionado por la belleza de la dama y no era una elfa de quien se había enamorado sino de un hada. Seres que fueron masacrados por Morgoth, ella era la de las pocas hadas que habían podido sobrevivir. Las hadas no eran tan diferentes a los elfos, tenían una enorme belleza y una larga vida como los elfos; con la diferencia de que estaban mas conectados con la naturaleza y podían manipular los cuatro elementos. Eso hasta cierto pues usar tanto de esa magia los debilitaba además de poseer enormes alas, tan largas que las arrastraban en el suelo al caminar. Elrond había sorprendió al hada a la orilla de un río mientras hacía crecer las flores de forma hermosa y delicadas, sin darse cuenta la estaba observando durante mucho tiempo que sin tener la intención de ser descubierto por error rompió una rama que asusto a la hada y la hizo voltearse en dirección al ruido.
—¡Quien sea que eres, sal de las sombras! ¡No te tengo miedo! —alzo la voz el hada mientras sus manos se envolvían por el fuego que ella invoco.
Elrond asustado y con algo de pánico salió de su escondite con las manos arriba, se acerco nervioso a la hada. Ella lo miro extrañada y disipo el fuego de sus manos, lo había reconocido era un elfo por lo que no tendría porque sentirse atacada.
—¿Por qué me estas espiando? —pregunto la hada.
—Pido disculpas mi lady... pero no lo tome a mal, no pude seguir mi camino. Su belleza me a dejado perplejo. —respondió finalmente Elrond.
Su respuesta sorprendió a la hada, no pudo evitar reírse al sentirse halagada por el elfo mientras se acerco al joven elfo le extendió la mano para saludarlo con una sonrisa tan brillante y dulce que Elrond sintió un regocijo en su corazón.
—Agradezco el halago mi señor. Me llamo Nimloth es para mi un privilegio ser la distracción de un elfo. —se presento la hada con humor, Elrond tardo en reaccionar para tomar su mano y saludarse.
—El privilegio es el mío mi lady Nimloth, su belleza supera a cualquier elfa que haya conocido. —dijo Elrond con una sonrisa.
La amistad entre ellos surgió tan rápido que todo aquel que los veía los consideraban como una pareja, por el pasar de los meses y de los años los dos tenían sentimientos por el otro. Largas miradas mientras uno de los dos estuviera distraído eran los momentos mas significativos para los dos, su amor no fue reconocido por ambos hasta a finales de la Primera Edad cuando junto con el hermano de Elrond se les daba la opción de ser contados entre hombres o elfos. Por su parte su hermano Elros eligió el destino de los hombres, mientras que Elrond eligió ser contado entre los elfos ya que si elegia el de los hombres su vida seria corta y no soportaría dejar sola a Nimloth y junto a ella permaneció en Lindon como capitán y heraldo de Gil-Galad, el Gran Rey de los Noldor. También se les concedió el permiso para que ambos se pudieran casar debido a que ella era un hada y el un elfo, su unión se llevo acabo a los pocos años desde la elección de Elrond.
—Sin ti mi vida no tendría mas sentido, eres mi bella hada. —dijo Elrond mientras acariciaba la mejilla de Nimloth con delicadeza.
—Tu eres mi vida, Elrond. Me quede sola y tu me diste la esperanza nuevamente. —Nimloth le sonrió hasta darle un beso corto en los labios del elfo.
Su vida no era diferente a otras, pasaron por bellos momentos juntos asi como de distintas batallas en las que tuvieron que ir debido a que la oscuridad siempre estaba presente, pero eso no le impidió continuar con su amor y formar una familia. Para los años de la Tercera Edad ya conformaban una familia con tres hijos. Dos de ellos gemelos de nombres Eliadan y Elrohir, para que tiempo después llegara su hija menor Arwen. Vivian en Rivendel como señores de esas tierras y juntos formaron parte del Concilio Blanco, que a menudo se llevaba a cabo en Rivendel. En el año en que la Compañía de Thorin Escudo de Roble, Nimloth fue una de los que estuvo para recibir a la compañía de los enanos.
—Bienvenidos señores enanos, disfruten del vino y la comida. Recuperen fuerzas en este un pasaje en su camino. —dijo Nimloth mientras sonreía a los enanos.
—Reina Nimloth, muchas gracias por la recibida. —hablo Gandalf mientras reverenciaba a la hada.
—Mithrandir, siempre es una dicha verte. Deje el titulo de reina hace mucho tiempo, soy solo la dama de Rivendell no mas que eso. —Nimloth le sonrió y se retiró junto con Elrond.
Ambos no tuvieron gran participación en la Compañía de Thorin mas que la de traducir el mapa que Thorin guardaba con recelo. No fue hasta Frodo Bolsón llego a Rivendel herido y con el anillo único en su posición, Glorfindel fue quien había llegado con Frodo y Nimloth fue quien curo el hobbit con su llegada del hobbit. Lord Elrond llamo a un concilio para destruir el anillo y asi ser testigos de inicio de la Comunidad del Anillo.
—¿Sera correcto no ayudarlos más, Elrond? —pregunto Nimloth, mientras miraba a la comunidad prepararse para partir.
—Ya no nos corresponde ser mas participes en esta guerra, nuestro tiempo en esta tierra estar terminando. Debemos partir a Valinor. —respondió Elrond a su vez que tomaba la mano de su esposa.
—Ese pobre hobbit lleva una carga mas pesada de la que imagina, su destino a sido marcado por la pena y el dolor. —Nimloth miro con preocupación a Elrond. —Se que debemos partir hacia los puertos grises, pero una parte de mi desearía ayudarlos más. —añadió la hada.
—Nuestra interferencia con el destino del hobbit ya no dependerá de nosotros. —dijo Elrond intentando consolar a su esposa. —Nuestra obligación ahora es ver que los elfos lleguen con bien a los puertos grises y partir con ellos. Nuestros hijos nos acompañaran. —añadió mientras abrazaba a Nimloth.
—Te seguiré y hare lo que has dicho, Elrond y lo hare siempre con una sonrisa... pero sabes bien que el corazón de Arwen sigue con Aragorn. Por él es capas de seguirlo, mi hija lo ama y yo la comprendo. —continuo Nimloth mientras abrazaba a Elrond.
—Ella vendrá, aun con el dolor en su corazón. Aragorn la ha dejado partir y solo quedará el bello recuerdo de su breve amor, ella partirá con nosotros. —dijo Elrond como ultimo.
Una vez que la comunidad partir hacia Mordor, Elrond envió a sus hijos Elladan y Elrohir con los Rangers del Norte a Rohan. A través de sus hijos, Elrond aconsejó a Aragorn que tomara los Senderos de los Muertos. Elrond y Nimloth permanecieron en Rivendel hasta la destrucción del Anillo Único y de Sauron, después de lo cual fueron a Minas Tirith para entregar el Cetro de Annúminas al Rey Elessar y entregar a su hija Arwen Undómiel para casarse. Nimloth le hizo ver que el amor de su hija por el humano era tan fuerte y real como una vez lo fue el amor de Luthien y Beren. Estuvieron presentes en la boda de los ahora reyes de Gondor y fueron testigos del amor.
—Tenías razón... era lo correcto entregar a Arwen, ella a escogido la vida de los mortales y debo respetar su decisión. —hablo Elrond mientras miraba a su pequeña hija con su ahora esposo.
—Yo hubiera hecho lo mismo que ella, dejarlo todo por ti y aun lo hago. Nuestro destino a sido diferente, pero el amor que se construyo es puro en ambos casos. —dijo Nimloth mientras tomaba a Elrond.
Ambos se marcharon de Gondor, regresaron a Rivendel una ultima vez hasta que el 29 de septiembre de, 3021 finales de la Tercera Edad, Elrond y Nimloth dejaron la Tierra Media para ir sobre el mar con los otros Portadores del Anillo, para no volver jamás. Fueron hasta Aman donde en tiempo posterior sus dos hijos gemelos también llegaron con ellos, aunque ya no estaba Arwen con ellos. El amor que los había unido jamás desapareció.
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Oneshots e Imaginas - The Middle Earth
Fantasía* * ⋆ . · ⋆ Esᴛᴏs sᴏɴ ᴏɴᴇsʜᴏᴛs ᴇ ɪᴍᴀɢɪɴᴀs sᴏʙʀᴇ ʟᴏs ᴘᴇʀsᴏɴᴀᴊᴇs ᴅᴇʟ ᴍᴜɴᴅᴏ ᴅᴇ ʟᴀ Tɪᴇʀʀᴀ ᴍᴇᴅɪᴀ. Sɪ ϙᴜɪᴇʀᴇɴ ᴀʟɢᴜɴᴏ ᴇɴ ᴇsᴘᴇᴄɪᴀʟ ʏ ᴅᴇᴅɪᴄᴀᴅᴏ ᴘᴜᴇᴅᴇɴ ᴇɴᴠɪᴀʀᴍᴇ ᴍᴇɴsᴀᴊᴇ ᴏ ᴇɴ ʟᴏs ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀɪᴏs. ʕ•ᴥ•ʔ ˚ ˚ ✦ ⋆ · * ┌───────── •✧✧• ─────────┐ ...