Soy su Beta

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KONG'S POV

Después de salir vivo del susto de mi vida y dejar el aún inconsciente cuerpo del alfa en el piso del baño - creo que lo golpee muy fuerte, pero nada se compara a lo que le vaya hacer Off.

¿Saben? este día lo estaba esperando con ansias, cada segundo que pasaba me asfixiaba la incertidumbre y la ¿esperanza? Tal vez, no lo sé, lo que sí sé es que nunca necesité ver o estar cerca de Mew como ahora.
Lo relaciono con todas las experiencias malas que pasé en su ausencia o que realmente me volví dependiente de él, cualquiera que fuera la razón ya no importa. Solo quiero verlo.

Dicen que cuando ya conoces los movimientos de la persona que te está lastimando es señal de alerta para alejarte, yo pienso que es por el tiempo que conviví con Mew, por lo que no se me hace extraño no encontrarlo en la universidad.
Sin embargo, creo que aún me falta mucho para conocerlo, ya que nunca, pero nunca esperé encontrarme con él en la sala de mi casa con mi padre.
La escena que ellos compartían me hacía sentir extraño, no era como siempre, algo había cambiado.

—Kong ~—susurró Mew casi con dulzura y añoranza.
Mi falsa tranquilidad se activó al sentir sus cálidos pero fuertes brazos a mi alrededor, me apretaba con suavidad, como si fuera algo tan frágil que no quisiera romper. Sin embargo algo en el fondo me decía que él daría el primer golpe.

—Hijo — la baja y gruesa voz de mi padre rompió nuestro "mágico" encuentro.
Mi "amigo" dejó de sujetarme más sus brazos nunca se despegaron de mi cintura.
Y en esa posición - un poco inusual y un tanto incómoda - continuó — Que bueno que ya estás en casa, nuestro Mew te ha estado esperando por mucho tiempo.

Espera¡¿Qué ?! ¿Nuestro? ¿Desde cuando?

—¿Qu…—no pude terminar ni siquiera una palabra cuando la voz de Mew resonó en la habitación, hasta podría jurar que hicieron eco.

— Kong, quiero que seas mi beta.

—Ugh ¡¿Qué?! —pregunté alejándome del cuerpo que me sostenía.

—Lo que escuchaste. Quiero que seas mi beta. —Habló Mew con una gran sonrisa en el rostro como si fuera la mejor idea del mundo.

—Yo estoy de acuerdo, harían un gran equipo —Secundó el señor Suthiluck, mi padre, no estoy seguro si aún quiero que él tenga ese título, si fuera un padre de verdad no me estaría prácticamente regalando.

—No —Sentencié, con una voz neutra y casi fría.

—La decisión ya está tomada Kongphob. Es lo mejor para ti.

—No, padre — apreté los dientes en la última palabra, me quemaba decirle así.

—La cosa es que no te estoy preguntando, te lo estoy ordenando —con sus ojos fijos, entrecerrados, caminó con mirada penetrante hacia mí — así que ve a recoger todas tus cosas y te vas con Mew.

—¡No lo voy hacer y no puedes obligarme! —la postura de mi cuerpo era recta, con el pecho en alto y la mirada intensa puesta en los ojos del General.

—¿Te atreves a desafiarme? —su labio derecho subió formando una sonrisa burlona —¿A mí? Ja, mientras estoy de buen humor has lo que yo te digo.

—¿O qué? ¿Me vas a golpear?

—Parece que es lo que necesitas.

—Ja, lo que necesito es un padre que no me cambie por un ¡estúpido puesto en una manda de porquería!

—¡Kongphob! — gritaron al unísono, el de Mew era casi de angustia y miedo al ver como el puño de mi padre aterrizaba en mi rostro y el otro era de enojo.
Cuando esperaba el segundo o quizás tercer golpe el cuerpo de Mew me sujetó nuevamente.

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