El Beta

Dolorosos recuerdos

Antes de empezar, quiero decir que este capítulo fue el orige de la historia 📝 todo lo que leyeron antes fue inspiración de este escrito.
Yo lo pensé y  escribí incluso antes de idear la trama completa, así que espero que les guste.

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Arthit no podía más, el aire le faltaba, su corazón martillaba fuertemente contra su pecho, parecía que le iba a dar un ataque, pero hoy no se permitirá ser débil, desde que Kongphob le dijo que Fod estaba en la manada de Off, pidió venir, aunque lo odia y no quiere ver a ese hombre, es el único que sabe sobre su bebé.

Al llegar, Off les dio la bienvenida y aunque no quería ser descortés, tenía urgencia.

—Está en el calabozo.

Y tal cual, Fod estaba encadenado y andrajoso, casi era irreconciliable, pero su voz era algo que el castaño no podía olvidar.

—Vaya… cuanto tiempo, Arthit —sonrió con sarcasmo — ¿cómo está tu hijo? —carcajeo

— ¿Dónde está? —preguntó frío y lleno de ira.

—¿Por qué tengo que decírtelo?

—¿Dónde está? —volvió a repetir apretando los dientes.

— Pensé que era una broma —su sonrisa seguía en alto — ¿no recuerdas?

—¡Dime! — Arthit perdió la paciencia y golpeó los barrotes.

Fod solo era feliz al ver el sufrimiento del castaño y no iba a negar que el de su hijo también.

—¿Voy a morir?

—Sí

—Igual que tu hijo…

Las palabras de Fod únicamente despertaban la fiera en Arthit y cuando lo vio sonreír al decir que su hijo murió fue el gran detonante, quería que sufriera y que pida por su propia muerte. 
Quería darle el primer golpe, tomó el arma del guardia y apuntó al objetivo, su pulso no tembló al disparar dos veces a las piernas de este. Ni parpadeo ante los gritos, verlo sufrir era necesario.

—Yo me encargaré —susurró Off, mientras Kongphob sostenía a Arthit —Haré que sufra, te lo aseguro —prometió.

La pareja salía del calabozo con un Arthit todavía aturdido y un Kongphob sosteniéndolo. Estaban tan absortos en su mundo que un llanto rompió su estado.
Gun había bajado a la sala para distraer un poco a su hijo, pero cuando este lloró una vez más, se dio cuenta de que no debió bajar, en especial al ver la mirada de dolor y tristeza de Arthit. Sabía la historia por su esposo Off,

—Hola… —logró decir, pero el castaño había salido corriendo. Mientras que Kongphob le devolvió el saludo con una sonrisa triste.

En el automóvil, Arthit trataba de controlarse, ver a Fod y escuchar el llanto del bebé, llenó su mente de recuerdos, dolorosos recuerdos…

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Su cabeza daba mil vueltas, tenía mucha sed, sus labios resecos y las manos atadas… ¿Atadas?
Sus ojos se movieron por la vieja habitación, su cuerpo tembló de miedo. No por él, sino por su bebé.

—Así que ya estás despierto — movió la cabeza hacia la puerta y justo ahí lo vio. Fod, todo desalineado, acercándose con fría mirada hacia él. —Pensé que ibas a morir por la droga.

—Te dije que solo fue para aturdir

Arthit jadeo de sorpresa al ver a Ainee entrando y tomando el brazo del exgeneral.