Sí, él es mi primo

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ARTHIT'S POV

La incertidumbre de lo que pueda pasar en el futuro no me da sosiego, decidiste irte con él, qué sentido tenía seguir. Ninguno ¿verdad?
Desconozco tus razones pero tengo la certeza que tú lo haces porque quieres, a pesar de nuestra unión del pasado - a la cual yo intento aún aferrarme - en el fondo, creo que es momento de yo te dejé ir y si entiendo eso ¿por qué duele?, ¿cómo dejó atrás las esperanzas que tenía en nosotros? Dejarte ir...suena tan fácil; sin embargo, me he mantenido a tu lado durante todos estos años esperando pacientemente a que tú vengas a mí, como lo juraste.
Yo aún mantengo la promesa de quererte solo a ti ¿por qué tú no?, ¿qué está mal en ti?, ¿cuándo piensas volver a mí?

Te extraño...
Extraño lo que no fuimos y lo que no seremos.

🌼🌼

Después de las palabras de P'Off y al saber que posiblemente Kongphob fue por voluntad propia con su amigo, no tuve más alternativa que emprender mi viaje a la manda vecina.
En el transcurso del viaje, miles de pensamientos cruzaban mi mente, el primero y el más importante era; como iba a convencer a mi terco primo de que me ayude.

El viaje fue algo largo, la casa de mi tía queda por la frontera del territorio del Este, eso le permite estar cerca de su antigua manada, aunque casi no va al sur, sólo la cruza en el aniversario luctuoso de mi tío, ya que tanto mi mamá como el tío Sabik están sepultados juntos.
Eran hermanos mellizos - algo muy poco común - decían que eran bendecidos por la Diosa Luna, aunque dudo que lo hayan sido, si fuera así no hubieran muerto tan jóvenes.
En especial mamá, mamá no merecía...ella no... así.

Suspiro con fuerza, no quiero recordar, de alguna manera todavía me perturba esa noche, es mejor olvidar.

A unos diez minutos de la última ciudad, comienzo a recorrer hermosos senderos, llenos de árboles y flores. Al final del camino pude observar una pequeña cabaña, con grandes ventanales y una puerta marrón, si no miras con atención casi se pierde en la vegetación.
Al tocar el timbre una mujer de castaña cabellera abre la puerta, cuando me ve una gran sonrisa crece en su rostro.

-Mi niño Arthit~- murmura en un tono muy agudo, su cálido abrazo no se hace esperar.

-Hola nana, yo también te extrañé.

Nana Prea es una hermosa mujer que me cuidó, después de que mamá muriera. Es la hermana de mi tía, ahora ellas viven juntas.

-Pasa cielo, le diré a May que estás aquí.

La vi girar por un pasillo con rapidez. Así como se fue vino en compañía de mi tía.

-Arthit, que alegría verte -sonríe, su voz es más suave que la de Prea aunque sea una alfa.

-Perdón por no venir antes - la estreché en un cálido abrazo.

Creo que han pasado mil horas desde que llegué a esa acogedora casa y las dos mujeres no han dejado de hablar y hablar, sobre varias cosas a la vez.
No quería ser descortés pero necesitaba hablar con mi primo, al cual no he visto.

-¿Hijo, tienes hambre? -llamó mi atención la nana. Tal vez notó que estoy distraído y ajeno a la conversación.

-Sí~, nana -supliqué con mi mejor carita de niño adorable.

Mientras ellas se dirigían a la cocina con su entretenida plática de la cena de hoy, yo subí las escaleras para llegar a mi objetivo.

- Mi tigrecito ~- imité el tono agudo de nana y mi tía, al entrar a la habitación.

-Uhg... ¿Quién te dejó entrar?

- A mi también me da gusto verte.

Sus ojos entrecerrados me observaban con detenimiento.

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