🌼COMPLETA 🌼
Siempre se ha dicho, que del odio al amor existe solo un paso.
Pero ¿por qué ese corto trayecto duele tanto?
¿Por qué esa delgada línea que nos divide, se hace cada vez más gruesa?
-Me encantas, fíjate en mí. Deja de mirarlo a él...
El cielo se tornaba anaranjado cuando dos hombres con poca humildad decidieron que esa sería su gran noche, la noche que nadie debería olvidar, jamás.
—He hecho mi parte, señor Alexander.
—Lo sé, has demostrado que mis sospechas eran ciertas, nuestra querida Luna Rojnapat, es una zeta —habló con recelo.
—Pero era algo que usted ya sabía desde que estudió con ella.
Fod desde su sitio no podía observar la sombría expresión del alfa. Claro que él sabía del pasado de Lu y Alexander Suppasit. Aunque para estas alturas no sabía porque el interés tan repentino del alfa hacia la esposa de Rojnapat.
Aunque en el fondo sabía que hace mucho tiempo había perdido a Lu, verla feliz en brazos de Rojnapat hacía hervir la sangre del Alfa, nadie lo había rechazado para estar con un don nadie.
Había esperado literalmente años para tomar el mando de la manada y poder vengarse, saber que los Zetas eran considerados peligrosos era casi una señal divina para él, así que sin remordimiento decidió atacar a sus examigos en especial a la dulce doncella. La cual había rechazado su compromiso según ella porque "aún no estaba lista para ser la esposa del alfa" pero no se puso al cortejo de su estúpido amigo,Artur Rojnapat.
Simplemente dejó correr palabras claves a ciertas personas que estaban en contra de los zetas para continuar con su plan.
—Vamos Fod, hoy será una noche muy larga. — En su rostro se formó una siniestra sonrisa, ya esperaba ver la cara de su gran amigo.
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En la manada del Sur
En una gran casa digna de un líder alfa, a pesar de su tamaño se respiraba armonía y sin duda un amor familiar.
Mientras que en el horno se hacía una deliciosa tarta de manzanas y canela para la cena.
En una mesa cercana rodeado de varios colores y hojas de papel se encontraba el más joven del hogar. Sus pequeñas y finas manos sostienen con destreza las crayolas, realizando sus lindos dibujos, con su lengua rosada sobresaliendo de sus finos labios, muestra de su concentración.
—¡Listo! —gritó cuando terminó su obra de arte.
Sin perder tiempo, bajó de su silla de niño grande como él la llamaba, no importaba que estuviera llena de ositos, los osos son grandes y valientes como él.
Corriendo y con su dibujo en mano, buscó a su mamá.
—Oon, te he dicho que no corras por la cocina —regañó la bella mujer.
—Perdón —bajó su cabeza y movió la puntita de sus zapatos en círculos pequeños. —Ya no lo volveré hacer —subió levemente su mirada.
La señora Rojnapat no podía evitar que su corazón se derritiera de ternura al ver a su pequeño.