oh my daddy!

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"Demuestrale a papi"

Debía admitir que en cuanto escuché aquella frase, me confundí un poco, pero también me agrado más de lo que debería. En verdad no creí que el señor Styles fuera la clase de hombre que le gustaban los fetiches, pero estaba totalmente de acuerdo de dejarme llevar por él. 

Suspiré al recordarlo y sonreí de tan sólo pesar que hace una horas, tuve al señor Styles encima.

- ¿Qué tanto piensas? -me preguntó mi madre.

Di un pequeño brinco en la silla y la vi con su mirada curiosa y de gato de Alicia en el país de las maravillas. Ella en verdad siempre me ponía nerviosa con lo inteligente y observadora que era. Había regresado antes de lo esperado, cosa que me había confundido también, pero al parecer tuvo oportunidad de salir antes y decidió salir para llevarme a la escuela.

- Algo gracioso que vi en redes -le contesté algo nerviosa.

- Bueno, Lottie, -suspiró acariciando mi cabello y colocandose a mi lado- recuerda que tu padre llegará y querrá que su hija ya tenga mejores calificaciones -rodeé los ojos-. El que no esté acá no significa que no pueda exigir, sólo te pedimos buenas calificaciones a cambio de lo demás. 

- Sí, mamá -contesté desganada-. Pero si supieras lo complicado que es todo eso de matemáticas, entenderías mis malas calificaciones. 

- Entonces contrata una tutora y que te ayude, Charlotte, -sugirió- pero no sigas sacando seis que en la universidad importa el promedio. 

Asentí. 

Salimos de la casa y con cautela miré hacia enfrente esperando ver al señor Styles o algo, pero no estaba para mi mala suerte, entré a la camioneta y mi madre encendió el motor y me dijo:

- Ahora vuelvo, iré por algo que olvidé. 

Asentí y cuando entró, mi  celular vibró y vi que era una llamada entrante del señor Styles, al ver su nombre iluminando mi pantalla, mi corazón comenzó a bombear más fuerte de lo debido y nerviosa contesté:

- ¿Sí?

- Siempre he creído que te ves muy linda con tu uniforme y tu cara de sueño en las mañanas.

Su voz sonaba de recien levantado, y era muy sexy. Sentí un cosquilleo atravesarme completamente y sonriendo, le pregunté:

- ¿Siempre me veía salir en las mañana? 

- Tú ya lo sabías, Lottie -se rió-. Siempre te veía irte y llegar. 

- Eso suena un poco acosador, -ahora la que me reí fui yo- pero supongo que estamos a mano porque yo también lo miraba todo el tiempo. 

- ¿Tu mamá estará hoy?

- No, se irá a trabajar, pero regresará como a las nueve -expliqué.

¿Me quería ver?

- Está bien, pero deberás venir tú a mi casa porque tengo una junta por videollamada. 

- Está bien, -asentí encantada- ¿A qué hora puedo ir?

- Ven a las cuatro, a esa hora la vecina duerme y así no podrá verte, pero aún así se cuidadosa -me pidió-. Tu madre ya va, adiós. 

Antes de que pudiera contestar, me colgó y entonces mi madre entró sorprendiéndome también y al verme, me preguntó:

- ¿Con quién hablabas y qué te dijo para verte tan confundida?

- Problemas de chicas -me limité a decirle.