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Muchas veces somos incapaces de medir las consecuencias de nuestras acciones. Y otras, somos incapaces simplemente de tomarles la importancia que deberíamos.
Sabía que mentirles a mis padres sería complicado, pero jamás pensé que me fuera a desgastar tanto emocionalmente con los nervios.
Tuve que hablar con Karina y Sophie sobre lo que quería hacer, ambas estaban sorprendidas y un poco ofendidas de que fuera a dejarlas, pero por otra parte entendían que quería estar a solas con mi novio. No entré en detalles con Sophia, tan sólo dije lo necesario sobre mi novio el cual es universitario y quiere pasar conmigo las fiestas navideñas. Karina, que conocía toda la verdad, sólo me pidió que nos pusiéramos de acuerdo en las mentiras para que no nos terminaran descubriendo.
Llegamos al centro de ski donde cada año veníamos, y acompañé a mis dos amigas a la habitación donde se suponía que estaría durmiendo. Dejaría mis cosas para:
1. Que la hermana de Karina no sospechara.
2. Poder tener un pretexto para estar con ambas al menos un rato en el día.
Entramos a la calida suite donde había una pequeña salita con televisión, una pequeña cocina y la larga habitación con tres camas y el baño compartido. Era acojedor, y siempre nos daban la misma habitación, por lo que nos instalamos cada una a nuestra manera, y entonces fui a la cocina para calentar agua en la jarra eléctrica.
- ¿A qué hora te vas? -me preguntó Karina llegando también, vestida con su pantalón negro de piel, sus botas altas del mismo color, y su blusa de manga larga blanca que tapaba el chaleco rojo que traía puesto para mantenerse caliente.
- Llegará hasta en la noche, así que hoy podemos ir a cualquier lugar que quieran -le respondí.
Harry saldría de trabajar y tomaría un avión hacia acá, había podido reservar, pero lo demás no lo sabía ya que él había decidido no decirme mucho sobre ello.
Suspiré metiendo mis manos a mi hoodie azul con el logo de Ravenclaw, mi casa de Harry Potter, en la espalda.
- Bien, podemos ir entonces hoy a esquiar un poco, y después comemos en el pueblo.
Cerca del resort, había un pequeño pueblito frances muy lindo donde encontrabamos tiendas, restaurantes y de más. Siempre nos gustaba ir a comer deliciosos croissants, tomar un buen chocolate y además, llenarnos de deliciosa pasta con aceite de trufa blanca. Era nuestro itinerario de cada año, la tradición, y esta vez no sería la excepción.
- Me parece perfecto, pero entonces hay que cambiarnos de una vez para que podamos estar tranquilas con el tiempo.
Las tres salimos del cuarto con nuestra ropa de esquiar, riendo y recordando las caídas que habíamos tenido años antes. Fuimos hasta el teleférico, nos tomamos fotos arriba y cuando llegamos a la cima, fuimos a rentar el equipo.
Pasamos un buen rato tomando más fotos de las tres juntas, en separado, y esquiamos y nos caímos entre risas y burlas. Ninguna eramos profesionales, pero cuando Karina salió volando, fue imposible no soltar las carcajadas.
Bajamos y fuimos a cambiarnos para ir al pueblo, el clima estaba frío por lo que me puse pantalón térmico debajo de los jeans, mi blusa de cuello de tortuga blanca y botines negros. Me maquillé, y cuando finalmente salimos con las chamarras encima y tomamos el taxi para irnos, mi celular comenzó a vibrar, y vi que era una llamada de Harry. Bajé el celular de golpe ya que en la pantalla se veía que lo tenía agregado como "daddy h❤️", y entonces dejó de vibrar y suspiré pensando en qué le diría cuando llegáramos.
No tardamos mucho, bajamos y fuimos al interior del hermoso restaurante donde la hermana de Karina y sus amigas nos esperaban, pero cuando llegamos a la hostess, me hice a un lado y le marqué finalmente a Harry. No tardó ni dos veces en sonar cuando me respondió:
- Papi acaba de aterrizar, pequeña.
Sonreí y me reí como tonta.
- Papi deberá esperar para ver a su pequeña -susurré en voz baja para que nadie me escuchara- vine a cenar con mis amigas.
- ¿Tardas mucho? -me preguntó divertido.
- Como dos horas -hice una mueca-. Perdón, es que ellas...
- Pequeña, tranquila, yo te tendré para mí todos estos días, ve tranquila y yo te espero en el hotel, ¿Sí?
¿Por qué era siempre tan buena pareja? A veces me preguntaba si en verdad estaba loca por esperar algo malo de él.
- Gracias, papi, -le dije feliz- juro que te lo compensaré.
- Yo tengo una idea de cómo puedes hacerlo... -su voz sonó ronca y sexy- Pero de mientras, ve y cena, que yo haré lo mismo.
- Nos vemos en un rato -asentí aunque no me veía.
Colgué y regresé a donde estaban esperándome y nos llevaron a la mesa. La cena fue como siempre deliciosa, charlamos, la pasamos bien, tomamos fotos y se la envié a mi mamá aunque sabía que tal vez no la vería hasta mañana. Para cuando ibamos de regreso, mis manos me hormigueaban debido a los nervios, y tal vez por el vino que tomamos. Una cosa era estar com Harry por unas horas, pero ahora estaríamos juntos y dormiríamos juntos en la misma habitación. En mis sueños, esto es lo que siempre quise, pero no le quitaba que no sabía cómo sería.
¿Tendríamos sexo esta noche?
Sólo unas veces lo había hecho con mi ex novio y siempre fue demasiado soso. Pero, el simple hecho de saber que Harry era capaz de darme un orgasmo con la boca y manos, me hacia pensar como seria si agregabamos a su amigo.
Sentía como mis mejillas ardían, y fingia que era por el frio, pero en verdad era por estar con Harry. Me pasé la saliva de manera pesada cuando el taxi estacionó frente al hotel, salimos y mientras entrabamos, intentaba tranquilizarme.
- ¿Ya llegó? -me preguntó Sophia con una sonrisa amplia y sugerente.
- Ya -asentí-. Estoy nerviosa.
- Tranquila, -Karina me tomó del hombro- vamos por tus cosas.
Asentí.
Fuimos a la habitación y puse en un bolso deportivo mi pijama y ropa para mañana, mis cosas de aseo, mi maquillaje, e incluso metí otro conjunto de ropa interior por si veía que las cosas se ponían calientes. Estaba cerrando mi mochila cuando algo cayó en mi cama, y vi que era una tira de condones y al alzar la mirada, tanto Karina como Sophie se rieron y la última me dijo:
- No queremos un sobrino aún.
Negué con la cabeza divertida, y se los aventé de regreso.
- Estan viendo que estoy a dos de un paro, y ustedes juegan conmigo -me hice la molesta-. Deben tener piedad conmigo.
- Oye, sólo decimos -Karina encogió los hombros.
Tomé mi celular donde Harry me había mandado el número de habitación en el que estaba, y entonces, tomé valentía y me eché la mochila al hombro.
- Es hora, -mire a ambas- ya iré.






Quería vomitar, quería gritar, quería también correr y llorar. Los nervios me mataban, y mientras subía en el elevador al piso ocho, sólo se venían a mi mente imagenes y Harry y yo en la cama, cerca.
La maldita máquina se detuvo, y las puertas se abrieron, y para mi sorpresa, él estaba recargado en la puerta, con una sonrisa tentadora, la camisa blanca de vestir arremangada y medio abierta, y su pantalón arrugado. Su cabello estaba revuelto, y se veía tan despreocupado y joven, que me quitó la respiración.
No tenia tiempo de calmarme, él ya estaba frente a mí, e iba a decir algo, pero las puertas comenzaron a cerrarse, y apurada metí la mano para evitarlo y estás se volvieron a abrir y yo salí corriendo al pasillo donde él estaba.
- Charlotte -se rió al verme apurada.
- H-hola -lo saludé apretando mi bolso contra mí-. ¿Qué tal estuvo el vuelo? ¿Ya cenaste?
Harry se rió y sólo asintió.
- Ya, pedí servicio a la habitación, y mi vuelo estuvo bien. ¿Pero a ti que te pasa, pequeña? Estás pálida.
¿Lo estaba?
- Debe ser la altura -mentí rápidamente-. Me siento un poco tonta.
Frunció el ceño, pero asintió y entonces señaló hacia mi bolso.
- Te ayudo.
Lo tomó y yo sólo me regañé para tranquilizarme. Él era Harry, no entendía porque me sentía así. Literalmente ambos nos conocíamos todo, no había nada que temer, y si teníamos sexo, yo sería feliz. Es lo que quise desde que lo conocí.
¿Por qué entonces me portaba así?
- Cené pasta con aceite de trufa -solté mientras comenzábamos a caminar a la habitación-. No me dio tiempo de lavarme la boca, así que...
- Charlotte, -se detuvo de golpe y yo también, me miró fijamente y me dijo muy serio- no hay nada que temer, sólo somos tú y yo, los mismos de siempre.
Cuando me dijo eso, algo en mí se relajó porque era verdad. Sonreí, y entonces le respondí:
- Es sólo que esta es la primera vez que estaremos juntos y solos, literalmente solos por nuestra cuenta, y quiero que sea perfecto.
Harry sonrió.
- No quiero que sea perfecto, -llevó una de sus manos a mi cabello, y se agachó para colocarse a mi altura- quiero que sea real.

AHHHHHH HARRY MOOD ROMÁNTICO LO AMOOO

De nada, actualicé rápido y espero que su premio sean sus votos y comentarios. Para subir el siguiente, esperaré a que este capítulo llegué a las 500 vistas, así que avisadas están.
Jijiji, saben que me aman, y yo a ustedes.
Como dice mi tía la Tessa, ámenme, odienme, pero no me olviden 💕

Btw, ayer tuve una cita con un chico que no es el tipo de hombre que siempre busco, o sea no era un fuckboy inestable, y me aplaudí porque, hermana, mi terapia me costó salir del ciclo

ESTA SOY YO RECORDANDOTE QUE ROMPAS EL CICLOOO ‼️‼️ HAZME CASO, ESE CONSEJO TE DOY PORQUE LA GEMINIQUEEN SOYYY

oh my daddy!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora