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Aunque ahora mi atención estaba en el señor Styles, o bueno, Harry, y la relación que teníamos, aunque no estaba segura cómo definirlo; sabia que no podía estar jugando con la escuela si quería entrar a una buena universidad, por eso cuando Sophie me pasó el número de la tal Carter, sin dudarlo le mandé mensaje para quedar de acuerdo con que me diera clases.

Suspiré con cansancio esperando que llegara la tutora, habíamos quedado a las cuatro y ya eran cuatro y diez. 

¿Dónde estaba?

Mi celular vibró y vi que era un mensaje de Harry:

Que bueno que ya comiste, pequeña .
Presta atención a tus clases con la tutora, yo seguiré trabajando.

Sonreí.

Era muy lindo y amable siempre.  Aunque no pude evitar sentirme confundida por el hecho de que no me dejo tocarlo nunca. ¿Acaso no quería que lo tocara o qué? Honestamente, pasaba por mi cabeza la idea de que no me dejara tocarlo debido a que no como no éramos nada, no quería algo tan intimo entre ambos. Él me había dejado claro que le gustaba, que sentía deseo por mí, pero eso no significaba nada tampoco, sólo que me tenía ganas y listo. No me hace sentir mal, no es que yo estuviera enamorada, él fue mi crush y había tenido la suerte de que me hiciera caso, pero tampoco lo amaba. 

Y tampoco éramos algo exclusivo, ¿O sí?

De todos modos, no me preocuparía por eso. Lo único que debía importarme, aunque sonara tal vez mal, era quitarme estas ganas de él que llevaba teniendo desde hace años. 

Me paré para lavar mi plato y estaba tallándolo cuando, finalmente, el timbre sonó. Sin tiempo que perder, dejé el plato en el lavatrastes, abrí la llave y me enjuagué las manos y la cerré de nuevo; me sequé las manos en el camino en mis jeans y abrí la puerta con una sonrisa amable esperando ver a Carter, la tutora, pero para mi sorpresa, un chico de estatura promedio, cabello y ojos castaños, me saludó:

- Hola, -me dijo- ¿Eres Charlotte? 

¿Y este qué?

- Ah... sí, lo soy -le respondí con cara de confusión-. ¿Quién eres?

- Soy Carter, -me contestó causando que abriera los ojos-. Soy el tutor, hablamos por mensaje. 

¡¿Qué no Carter era mujer?! Sophie me había dicho que era mujer... 

- Perdón, sí, hola -rápidamente me hice aún lado-. Por favor, pasa -el chico se rió, igual de confundido que yo-. Es que Sophie dijo que eras chica. 

El castaño entró y cerré la puerta, me giré para poder verlo de nuevo y asintiendo, se rió y comentó:

- Carter es un nombre unisex, tal vez fue por ello. Aunque, no sé si Elsa no le haya explicado bien o tal vez tu amiga se confundió -asentí apenada-. De todas maneras, yo te ayudaré con tu tarea de matemáticas. 

- Sí -cambié la cara a preocupación ahora-. En verdad necesito ayuda, no entiendo nada de integrales y derivadas, ¿Sí? -hice una mueca- No sé literalmente nada así que ayúdame a pasar.

Pasamos al comedor de visitas y lo dejé acomodándose para ir a la cocina, saqué mi celular y rápidamente entré al chat de Sophie y le escribí:

Carter es hombre, no mujer. Dato curioso. 

Guardé el celular, tomé la jarra con agua y dos vasos y los llevé a la mesa. Comenzamos la clase y él comenzó explicándome desde cero a derivar y me puso ejercicios básicos. Estuvimos una hora en ello, y cuando finalmente obtuve los tres ejercicios pequeños bien, Carter me preguntó:

oh my daddy!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora