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Las mentiras siempre inician inocentes y para cuando te das cuenta, ya es demasiado tarde para parar. Nunca me gustó decir mentiras, pero si era honesta, ahora parecía que salían más facil de mi boca de lo que creía.
- Ya está todo listo -Sophie y Karina sonrieron, y la primera siguió-. Los cuartos, los aviones, y las actividades a hacer, sólo falta que me digan bien qué día debemos llegar.
Como cada año, Sophie, Karina, Kylie, la hermana de Karina, y amigas de ello y yo, nos ibamos de vacaciones de invierno a Val D'Isére, un centro de skiar en Francia, y donde la madre de Sophia era una de las directora en Europa. Mis padres, ya que trabajaban en navidad, me dejaban ir y pasarlo con ellas debido a la culpa, pero por mí era mejor.
- Necesito ir a comprar botas para la nieve -Karina hizo una mueca-. Las que tenía ya estan muy feas.
- Yo también necesito unas, si quieres te acompaño -sugirió Sophie.
Mi mejor amiga asintió y yo me adelanté a decirles:
- Yo no puedo acompañarlas, tengo planes hoy.
Karina sólo me miró de reojo y Sophie me cuestionó:
- ¿Con tu mamá?
Asentí sin molestarme en mirarla.
- Debemos ir a buscar no sé qué.
Ahora mentía tan facil que ni me sentía mal, y eso me preocupaba un poco.
Al salir de la escuela y llegar a mi casa, corrí a darme una ducha rápida y cambiarme, porque a las cuatro Harry llegaría por mí. Mi papá finalmente se había ido, y mi mamá como siempre no estaba, pero últimamente había visto que la señora Jones estaba observandome mucho, llegaba a tocarme y pedirme cosas por lo que tenía miedo que me descubriera, ya que eso significaría problemas y no necesitaba eso.
Me vestí con una blusa azul marino, mi overol de mezclilla, me puse mis combat boots negras, y finalmente una gabardina negra que hacía juego con mis zapatos y mi bolso. Me enchiné la pestaña rápido, cubrí mis ojeras y cicatrices de algunos granitos con base y corrector y finalmente rubor y un bronzer como sombra. Bajé mientras me ponía mi tinta cuando mi celular comenzó a sonar con una llamada, y corrí escaleras abajo mientras guardaba mi tinta en mi bolsa, y saqué el celular y respondí:
- Ya voy, ya voy.
- Estoy estacionado en el parque -me contestó-. Te veo aquí, pequeña.
Me colgó y yo salí rápido, me escabullí cuidando que nadie de mi calle me viera y cuando vi la camioneta a lo lejos, fui hasta ella y al llegar, abrí la puerta y con una sonrisa lo saludé.
- A veces me siento como una mafiosa escondiendome para verte.
Harry, en cuanto me vio entrar, movió su cuerpo hacia mí, tomó mi cara entre sus manos y me besó con ansias. Sin poder evitarlo, yo también lo besé emocionada, ya que había pasado mucho sin tocarlo, y cuando nos separamos, él recargó su frente sobre la mía, y suspiró.
- En verdad tenía demasiadas ganas de besarte -se separó de mí y lo miré sientiendo cosquilleo en el estómago.
- Y yo a ti -subí mi mano a la suya y ladee la cabeza-. Nunca ansié tanto que mi padre se fuera.
Se rió y negó con la cabeza.
- Lottie, debería decirte que no debes decir eso, pero yo también ya quería que se fuera para poder estar en paz contigo.
Nos alejamos, y me reí mientras me acomodaba en el asiento.
- Y bueno, -lo miré con emoción- ¿A dónde iremos?
- Es una sorpresa -respondió guiñandome el ojo.
Le di una mirada sospechosa y él sólo se rio y encendió el automovil. Salimos de la residencial, y Harry condujo mientras me daba miradas rápidas. Se sentía tan bien esto, incluso aunque ninguno decía nada, el silencio era bastante reconfortante, pero entonces recordé que debía decirle algo.
- Es verdad, -hablé y llevé mi mano al botón de volumen y le baje causando que él me mirara- debo decirte algo.
- ¿Qué cosa? -frunció el ceño.
- En diciembre, me iré a un resort en Francia.
Harry me miró sorprendido y volteo a verme de golpe con el ceño fruncido, y el semaforo en rojo fue perfecto, ya que se detuvo y me cuestionó con un tono nada feliz:
- ¿Qué?
- Cada diciembre me voy de Londres -expliqué sin entender la sorpresa-. Lo hago desde hace años.
- Lottie, pero yo creí que estaríamos al menos juntos algunos días -alzó las cejas-. ¿Cuántos días te vas?
- En realidad es desde que salgo de la escuela hasta después de año nuevo... -respondí comenzando a sentirme un poco culpable.
Yo no sabía que Harry querría que pasaramos la navidad con él, pero por otra parte, para mí ya era tradición estar con mis amigas en diciembre, y no planeaba dejarlo de lado.
La cara de ofuscado que me dio, causo que me pasara la saliva con nervios, pero antes de que me dijera algo, el sonido del claxon hizo que ambos salieramos de nuestros pensamientos, y entonces vi que el semaforo ya estaba en verde.
- Charlotte, -oh no, estaba diciendo mi nombre completo- tenía planes para ambos.
- Harry, te estoy avisando ahora -imite su tono, y él me dio de nuevo una mala mirada y yo suspiré. Esta estaba siendo nuestra primera discusión desde hace tiempo, y no sabía como reaccionar. Él estaba siendo un poco tonto, pero no podía decirlo ya que se ofendería más de lo que ya estaba, por lo que opte por mirar directo hacia el camino, y esperar que llegaramos al sitio que él ya tenía para ambos.
El silencio dejo de ser reconfortante y fue reemplazado por incomodidad, y Harry ni me miraba, conducía mientras negaba con la cabeza y gruñía algo entre dientes.
Cuando vi que se estacionó frente a lo que parecía una construcción antigua y victoriana, me tomé el valor de voltear a verlo, y entonces él me dijo:
- Aquí es.
Bajó del carro sin siquiera molestarse en verme, y yo lo imité con molestia. Ya estaba ahora sí enojada, y quería largarme a mi casa, pero por otra parte quería ver a donde me había traído.
Cerré la puerta y fui hasta la acera donde él me esperaba parado con los brazos cruzados. No pude evitar ver que ese traje de hoy vino, se entallaba bien a su cuerpo y lo hacía lucir elegante y varonil, dos cosas que me encantaban. Detrás de sus gafas, sabía que había un ceño fruncido, pero yo me límite a cruzar mis brazos también y le deje claro:
- Si vas a estarte comportando como un niño inmaduro, es mejor que me lo digas ahora y me iré porque no estoy dispuesta a aguantarlo.
Sí, definitivamente estaba dejando mis cartas sobre la mesa, hermana.
Harry, soltó una risa molesta al escucharme, y entonces me dijo:
- No soy ningún niño inmaduro, y disculpame si no estoy alegre de oír que te irás a Francia con tus amigas mientras yo esperaba pasar algunos días contigo. Siempre te quejas de que no podemos vernos como te gustaría, y cuando quiero ofrecerte mi tiempo, me dices que te vas.
- Bueno, tampoco estoy a tu disposición, -negué con la cabeza sin poder creer lo que oía- y eso que dices es simplemente tonto. No puedo estarte pidiendo permiso cada que vaya a salir de viaje, ¿Entiendes?
La gente que pasaba, nos miraba con curiosidad y no sabía si era por la diferencia de edad, o el hecho de que estabamos peleando en plena calle.
- No me hagas el inaccesible en esto, Charlotte, -soltó con enojo- simplemente estoy dejándote claro que no me alegra, pero no exijo que me pidas permiso o nada.
- Y yo te dejo claro que no es mi culpa que las cosas no hayan salido como esperabas -oh no, me estaba enfureciendo, y no quería explotar y terminar diciendo cosas que no sentía. Suspiré, intentando calmarme, y sabiendo que este no era el sitio para hablar, cerré los ojos y después los abrí y le pedí-:
- ¿Podemos entrar y discutir esto en otro sitio que no sea la calle?
Harry volteó a los lados y asintió, por lo que desdobló los brazos y se giró, no sin antes tomarme de la mano, y nos hizo entrar al lugar. Me sujete a él, sintiéndome un poco mejor por el hecho de que no me hubiera dejado atrás, y vi asombrada un claro recibidor con pisos de mármol blanco, paredes con tapiz fino, y candelabros. El lugar lucía elegante, y no pude evitar preguntarme donde estabamos, pero entonces llegamos a un mostrador, y una chica vestida con un elegante traje nos miró, y en cuanto vio a Harry, sonrió y dijo:
- ¡Pero miren a quién tenemos aquí! ¡Styles!
Me soltó la mano y le regresó la sonrisa a la mujer.
- Katya, que bueno es verte.
- ¿Qué haces en mi spa? -le preguntó mirándome a su lado, pero volviendo a verlo a él.
¿Un spa? ¿Nuestra cita era en un spa?
Fruncí mi ceño y lo mire sin entender nada.
- Reservé un paquete -le explicó, y entonces volteo a verme, y pasando su brazo a través de mis hombros, anunció a la chica rubia-: Katya, ella es mi novia, Charlotte.
La mujer al escucharlo, abrió los ojos y me miró con sorpresa de arriba a abajo. Estaba claro que yo no era tan grande como ellos, ni física ni en edad, pero se limitó a asentir lentamente y le dijo:
- Vaya, es un placer, Charlotte, soy Katya -me dio la mejor sonrisa que pudo-. Y-y... ¿Ustedes cómo se conocieron? Jamás te había visto con él.
Antes de que respondiera, Harry se adelantó y le contestó:
- Yo fui a dar una pequeña clase en su universidad y ella era alumna -me miró un poco y yo sólo alcé las cejas y él me guiñó el ojo y volvió su atención a la otra-. Así nos conocimos.
Así que no quería que supiera que era menor que él, interesante e inteligente.
- Oh... Vaya que... Lindo -volvió a verme-. Es un placer entonces.
La rubia nos hizo ir a unas habitaciónes tras eso, donde ambos nos fuimos a una cada uno, y nos quitamos todo y nos pusimos una bata blanca. Miré nerviosa como me veía con esto puesto, y salí tras unos segundos para encontrar a Harry con la bata puesta y me reí al ver esta le llegaba un poco más abajo de las rodillas.
- No digas nada -me cortó al ver que abrí la boca.
- Lindas piernas, amor -comenté sin poder evitarlo, y él sólo bufó. Comenzamos a ir a la puerta donde nos habían indicado que iniciaba todo esto del spa, y entonces le pregunté-: ¿Puedo saber por qué estamos en un spa en nuestra cita?
- Pensé que te gustaría -sonrió como un niño chiquito mientras ibamos a la puerta.
Asentí aun un poco confundida, pero no dije nada más. Llegamos a la puerta, Harry la abrió y vi que un ancho pasillo se extendía frente a nosotros con gente yendo y viniendo, y yo volteé a verlo emocionada.
- ¿Por dónde se empieza?
Lo primero que hicimos, fue ir a que nos hicieran faciales mientras nos hacían pedicura. Tras ello, una mujer vino a arreglarme las manos, y Harry se dejó poner una mascarilla en el cabello, que traía un poco largo ya. Pasamos de ahí a un sauna, enrollados con una toalla, y yo me dejé caer encantada en la madera mientras el vapor nos envolvía, y suspiré encantada.
- Creo que esta ha sido nuestra mejor cita después de la de Hyde Park -comenté.
Harry se rió al escucharme, y atrayendome a él, me pegó con un abrazo a su costado, y depositó un beso en mi cien.
- Para mí todas las citas son perfectas mientras estemos juntos -comentó provocando que mi corazón se derritiera.
Nos quedamos abrazados durante un par de minutos, en el sauna y en silencio, hasta que la alarma de que debíamos salir se escuchó. Iríamos finalmente a la última parada que era la zona de jacuzzi, y no podía estar más preparada. Entré a ponerme el bikini que me habían dado en el lugar, y cuando salí, sonreí al ver a Harry con su bañador y enseñandome su abdomen.
Creo que era la primera vez que era consiente del abdomen desnudo de mi sexy papi, y de ese tatuaje de mariposa que tenía en grande. Fuimos a la zona que nos tocaba, y al entrar sonreí al ver un gran jacuzzi burbujeante y con un olor increíble a lavanda.
Entré con ayuda del sexy hombre a mi lado, y sentí el calor recibir mi cuerpo y poco a poco me hundí hasta los hombros. Solté sonidos de sorpresa, y en camvio, Harry entró como si nada y me sonrió mientras se colocaba en el lugar frente a mí.
- ¿Por qué te sientas hasta allá? -le pregunté con curiosidad.
- Para poder admirarte -contestó sin tardar y con una bella sonrisa.
Subió sus brazos a cada lado y los extendió en el borde de donde estabamos. Se veía demasiado guapo con el cabello revuelto y medio humedo, con esa cara de inocente y ese pecho. Me pasé la saliva pesadamente mientras imaginaba mi mano acomodando su cabello y besandolo, pero en cuanto me di cuenta que mi mente pasó a otro tipi de pensamientos inevitables, me detuve e incómoda, sentí como mis pezones se habían endurecido y ahora estaban rigidos contra la tela.
Maldita sea, este no era momento de ponerme caliente, no en un spa donde en cualquier momento alguien podía llegar.
Pero entonces noté que en todo esre tiempo, jamás hubo alguien con nosotros, el lugar tenia gente, pero cuando entrabamos a alguna sala, sólo eramos Harry, las chicas que brindaban el servicio y yo.
- ¿Por qué no hay nadie más aquí? -pregunté sin pensarlo, mirando a los lados.
Harry, que me miraba aún fijamente, sonrió ampliamente.
- Por qué compré un paquete de pareja muy especial -explicó con tono astuto-. Les pedí que nos dieran salas individuales, lejos de las intromisiones de otros.
Abrí la boca.
- ¿Existen esos paquetes?
- No, fue un favor de Katya que me debía -se rio levemente-. Pero pensé que te darías cuenta antes, no hasta que terminamos.
- Es sólo que creí que eean coincidencias -encogí los hombros.
- Pues no lo es -su sonrisa se suavizó, y entonces noté algo en su mirada, que provocó que rodo en mi diera un revuelo, era... Hambre-. A veces puedo ser un poco acaparador contigo, pequeña, -se alejó de su lugar y comenzó a venir hacia mí a través del agua- tanto como para pedir que sólo estemos tú y yo.
Llegó y colocó sus manos a cada lado mío, quedandose frente a frente, y yo no pude evitar hacerme hacia atrás nerviosa. El hecho de escuchar aquello, y estar solos y mojados, me hacia sentirme deseosa de su toque, y algo más, pero me daba miedo que alguien viniera, por lo que con respiración pesada, lo miré fijamente y le dije:
- Harry, no creo que sea buena idea que estes tan cerca.
El ceño de esre guapo hombre se frunció.
- ¿Por qué? -me cuestionó.
Tenia dos opciones, mentir, o decir la verdad y ver que pasaba, y debía aceptar que la primera era la mejor opción, pero no podía calmarme, por lo que abriendo la boca, me decidí a alejarme del borde y acercarme a él, y Harry bajó la mirada al sentirme cerca.
Llevé mi mano a su pecho, y sin poder evitar tocarlo, coloqué mi mano en sus tatuajes, y bajé mi atención a ellos y comencé a recorrerlos con mis dedos. Su piel estaba resbalosa, pero se sentía tersa y caliente bajo mi tacto, que para cuando me acerqué más y deposité un beso hombro, ya era demasiado tarde.
Harry me tomó y me arrinconó.

I'm back bitches
Y volví para quedarme, y se aguantaaaaan!!!
Oigan voy a estar insoportable, actualizando y sintiendome la más E L James del condado, así que aguante mijaaaa

¿Querían escenas hornys???
Ahí les van, y ni modoooo

Ya saben, voten y comentennnn qué les parece este merequetengue

oh my daddy!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora