16

11K 348 88
                                    

La sensación de las manos de Harry contra mi piel era una de las mejores cosas que conocía, pero el tacto de su lengua contra mi clítoris, era simplemente una volada. Solté un gemido mientras sentía cómo lamía mi parte más sensible y sus dedos entraban en mi vagina una y otra vez y curveaba sus dedos logrando tocar mi parte sensible. 

Aunque quería gritar, no podía. Estábamos en la casita de las áreas verdes y yo debía ser discreta con mis ruidos para que no fuéramos encontrados por nadie. Su boca me succionó y yo sólo apreté mi mano en un puño en su cabello y dejé salir un gemido ahogado mi cuerpo se retorció en la madera bajo de nosotros. 

- Me voy... -comencé a decir jadeando- yo me voy a...

Pero antes de que pudiera terminar, un calambre me atravesó y yo me sacudí toda y me cubrí la boca, para retener mi grito contra mis manos y sentí cómo la lengua de Harry me palmeaba los labios y cerré los ojos encantada. No podía respirar correctamente, pero mi pecho subía y bajaba pesadamente mientras mi cuerpo se destensaba. Miré hacia un lado y vi la luz filtrarse por lo que simulaba una ventana y lograba iluminar mi cara a la mitad. Sentí frío de repente y entonces el cuerpo de mi papi se colocó sobre el mío y mirándome con una sonrisa, me preguntó:

- ¿El gato te comió la lengua, pequeña? 

Su cara se suspendía sobre la mía y tenía sus brazos recargados a cada lado de mi cuerpo, su cabello caía sobre su mejillas y sonriendo, alcé mi mano para tocar su mejilla y le respondí:

- No sólo la lengua sino los labios, -coloqué la mano sobre su piel húmeda y Harry sonrió al escucharme y giró levemente mi cabeza para poder besar la palma de mi mano levemente- y fue mi papi -jadeé sintiendo sus labios. 

Harry se colocó a un lado mío lentamente y con cuidado de no golpearse con algo y entonces volteé mi cara para verlo. Se veía demasiado sexy para ser real, con esa camisa pegada en su pecho debido al sudor y su frente perlada por la delgada capa de sudor que se había formado también ahí. Olía como siempre tan bien, y mezclado contra ese olor a... lo que él llamaba excitación, estaba hechizada y casi ni podía pensar. 

Estos días había sido demasiado difícil vernos, mi papá estaba todo el tiempo en la casa y cuando no, tenía mis tutorías con Carter a las cuales no faltaba puesto que estábamos ya casi en diciembre, lo que significaba mis finales. Además, Harry trabajando todo el tiempo, ocupado y con el nuevo proyecto con mi papá... Apenas y nos veíamos por nuestras ventanas. Lo extrañé tanto. 

- ¿Ya sabes cuándo tu papá se va? -me preguntó cortando el silencio y mirándome fijamente. 

- Creo que se va el lunes de la próxima semana -suspiro-. ¿Te sigue invitando a cenar a la casa? 

Ya me había dicho el castaño que mi padre seguía insistiendo con invitarlo a él y a su novia a cenar a la casa, más de lo que le gustaba. Mi papá parecía un acosador y diario le hablaba por teléfono al menos por unos minutos y se la pasaba invitándolo a pasar tiempo con él. 

- Sí, -dejó caer su cabeza con cansancio- pensé que después de que fui a jugar tenis con él se detendría, pero en verdad sigue insistiendo y no creo que pare. 

Hice una mueca. 

Se le veía agotado y estresado por el hecho de que mi papá estaba encima de él, y él debía aparentar que no tenía nada con la hija de su cliente, pero tampoco podía ayudarle mucho. Mi papá en realidad no sospechaba hasta ahora nada, y es que en verdad éramos muy discretos, pero entendía que mentir tampoco le agradaba. 

- Mi papá no se va a detener, lo sé bien -confirmé.

- ¿Y qué voy a hacer? -me preguntó- ¿Sacarme una novia de mentiras para que se detenga? -resopló. 

oh my daddy!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora