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Deshonra. 

Vergüenza. 

Todo lo malo pasaba por mi cabeza mientras veía a la señora platicar ávidamente con Harry mientras que yo, me limitaba a tomar de la limonada que me habían traído. No sabía tampoco qué decir, sabía que él estaba un poco molesto conmigo por lo que le dije, lo sabía por su mirada seria y sin brillo hacia mí, pero qué iba a hacer. Él me había traído a un lugar fuera de la ciudad sin darme razones, y soy una persona que siempre piensa lo peor de todo y todos, no podía culparme... 

No tanto. 

Miré el lugar con nervios cuando una muchacha se acercó a nosotros y dejó dos platos, uno para Harry, que era el asado con puré y relleno, y para mí el pie relleno de carne y verduras. 

- Gracias -miré con una leve sonrisa a la chica mientras me dejaba los cubiertos a un lado. 

Se marchó y yo miré a Harry que tomaba sus cubiertos, suspiré e hice lo mismo, pero me detuve cuando la tía me preguntó:

- ¿Y tú a qué te dedicas, Charlotte? 

Volteé a verla y al escucharla, alcé las cejas y abrí la boca sin saber qué decir, le di una leve mirada a Harry quien comía sin molestarse en mirarme y entonces, suspirando ampliamente, le respondí:

- Soy estudiante. 

La señora asintió dando una mirada curiosa hacia su sobrino, pero no tardó en regresar su atención a mí y volvió a su cuestionario. 

- ¿De universidad? 

Antes de que pudiera si quiera formular mi respuesta, Harry dejo de ver su plato y mirando a su tía le aclaró:

- Va en último año de preparatoria. 

Su tía casi se ahoga al escucharlo confirmar sus sospechas y abrió los ojos en gran manera y exclamó:

- ¡¿Pues cuántos años tienes?! -me vio sorprendida. 

- Tengo dieciocho ya, señora -respondí rápidamente-. En junio del próximo año cumplo los diecinueve. 

Abrió la boca y comenzó a hacer ruidos y entonces volteó a ver a Harry y sólo suspiró, pero volvió a mirarme y me cuestionó:

- ¿Tus padres saben que sales con mi sobrino?

Me quedé en silencio sin saber si le mentía o no, Harry entonces me miró serio y yo sólo entreabrí los labios y entonces su tía entendió y volvió a dejar salir un respiro con incredulidad. Harry, por otra parte, volvió a comer sin decir nada más y la vi levantarse de la mesa y caminar hacia afuera del local. Le di una mirada al castaño para ver si iba a hacer algo, pero sólo me pidió:

- Come. 

¿Qué mierda?

Seguro que la señora ahora estaba fuera de sí, pensando que era una niña tonta con un hombre lo suficientemente grande como para ser arrestado por estupro o algo peor. No la culpaba, entendía su enojo y su preocupación, en verdad, y yo aún no entendía por qué me había traído aquí sabiendo que su tía reaccionaría así. Una niña de dieciocho que sigue en la preparatoria y un hombre de veintisiete juntos... Y si supiera cómo me había pedido que lo llamara. Yo creo que sería suficiente para causarle un infarto. 

A pesar de que sentí la necesidad de intervenir o ir y decirle algo para tranquilizarla, decidí no meterme y comer. No creía que habría algo que la calmara con respecto a esto, nada. Comí el pie con gusto, pero un poco de incomodidad debido al silencio, y cuando ya casi acabábamos ambos, la tía volvió a acercarse a nosotros, tomó asiento en la misma silla de antes, pero en esta ocasión, nos miró a ambos con más calma y me preguntó:

oh my daddy!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora