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- ¿Quién es el chico de ahí? -me preguntó tomando una caja de cereal y mirándola. 

Estabamos en un supermercado, pero para mí era como sólo nos encontráramos él y yo. Vi que llevaba puesto un traje gris muy elegante, a su medida, lo hacía lucir tan bien que juro que me quería aventar encima suyo y besarlo.

- Mi tutor de matemáticas, -contesté haciendo lo mismo con la mía- ¿No crees que es guapo? -pregunté para calar su reacción. 

Mire un segundo más la caja e intenté resistirme, pero giré mi mirada con cautela y él se quedó congelado un segundo viendo la caja y al otro, soltó una risa y negó con la cabeza. Vi cómo sus gestos se endurecían y lentamente, se pasó la saliva.

- Puede que lo sea, -comentó con un tono muy ronco. Lo vi sin saber qué significaba eso, y él alzó su cara hacia mí y me cuestionó-: ¿Pero más que yo? 

Dios mío... 

Sentí cómo mis pezones se endurecieron debajo de mi brassier cuando sus ojos y los míos se encontraron y me lamí los labios. 

- No -dije tajante. 

Sonrió al escucharme, encantado con mi respuesta y dejando la caja en su lugar con cuidado, giró su cuerpo en mi dirección, camino dos pasos y colocándose frente a mí, tomó mi barbilla con su dedo pulgar e índice, la alzó y golpeó mi nariz con su dedo sorprendiéndome y soltó:

- Buena, niña.  

Cerré los ojos un instante con sorpresa y vi como se siguió derecho, esquivándome, pero nerviosa me giré y le pregunté, antes de que se marchara:

- ¿Vamos a vernos hoy? -se detuvo al escucharme- Mi mamá hoy no llegará a dormir. 

Sabía que la pregunta lo podía tomar con sorpresa, pero en verdad quería estar con él de nuevo aunque no hiciéramos nada. Vi como su espalda se erguía y su cabeza se ladeaba levemente hacia la derecha, escuché cómo suspiró y entonces, sin voltearse a verme, contestó:

- Toco a las nueve. 

Sonreí al escucharlo y él continuó con su camino hasta la salida, pero yo me quedé feliz de saber que lo vería hoy. Salí dos minutos después del super, y Carter estaba parado esperándome con los brazos entrelazados por detrás y al verme, frunció el ceño y me preguntó:

- ¿Y el cereal? 

Alcé las cejas al escucharlo y me detuve al recordar que le había dicho que iría a comprar cereal, pero sin querer parecer sospechosa, restándole importancia con la mano, sólo le dije:

- No había.  










Despedí a Carter sin tiempo que perder, me metí a bañar y me arreglé con mi mejor pijama roja que mi mamá me había comprado en un viaje, y lencería negra de encaje por debajo. Me sentía como una diosa, y en verdad lo necesitaba para poder sobrevivir al señor Styles. En verdad estaba muy nerviosa, hace días que no lo veía y entendía que había tenido trabajo, pero aún así algo en mí, aunque dijera que no, se preocupaba de que se fuera ya que aún estaba esto empezando y no tenía suficiente de él.

Me puse mi perfume y entonces esperé con emoción que dieran las nueve. Bajé a la sala y me senté en el sillón mientras llegaba y miré mis redes cuando, finalmente ,escuché que tocaban la puerta y sin tiempo que perder, corrí y la abrí con una gran sonrisa viendo la hermosa cara del señor Styles frente a mí. 

oh my daddy!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora