Capítulo 3.3

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    - ¡Espere, por favor! -gritó Maruo a Shirai. La chica posó sus ojos sobre el chico, inspeccionándolo de arriba hacia abajo. Detuvo su mirada sobre la capa de hielo que los adhería al suelo.

    - Veo que no son cómplices. ¿Qué hacen en este lugar? Creo que todos los estudiantes saben la clase de gente que se reúne aquí, ¿no? -dijo la chica, sin levantar su rodilla de la espalda de Ishiki.

    - ¡Vinimos a buscar a Kishi--a Ishiki-kun! -respondió Yukiko, corrigiéndose antes de decir el apodo de su amigo en voz alta, puesto que le avergonzaba un poco que una desconocida la escuchara llamándolo así-. ¡De no ser por él, esa pandilla de Skill-Outs nos habría dado una paliza!

    - ¡Es cierto! ¡Él nos salvó! -añadió Maruo.

    Shirai levantó una ceja con escepticismo.

    - Pero por lo visto también ustedes están congelados, ¿no? -dijo la chica. Ishiki intentaba responder, pero tener la rodilla de la chica presionando su espina de aquella manera le impedía hablar.

    - ¡Porque deseaba salvarnos! ¡Somos nosotros quienes queríamos acompañarlo a--! -comenzó Yukiko antes de interrumpirse a sí misma. Había hablado demasiado.

    Finalmente, Shirai se levantó. Acercándose al dúo, colocó sus manos sobre los hombros de Maruo y Yukiko. En cuestión de milésimas de segundo, los tres estaban a un metro de la capa de hielo.

    - G... Gracias por descongelarn... -comenzó Maruo.

    - ¿Acompañarlo a dónde? -lo interrumpió Shirai, cruzándose de brazos-. Ocultar información a las autoridades es un crimen grave.

    El dúo se mantuvo callado. Por lo visto estaban dispuestos a meterse en problemas por su compañero. No obstante, Ishiki no estaba dispuesto a arruinar más futuros que el suyo propio.

    - Díganle -dijo, intentando soltarse de las agujas de metal-. Es información que podría llevar a la captura del asesino.

    - Pero Ishiki... -comenzó Yukiko.

    - ¡Díganle! -gritó el chico, tirando de su sudadera para liberarla de las agujas de metal. Sin embargo, la gruesa tela no se rompería tan fácilmente.

    Mientras lo observaban con preocupación, Shirai dio un suspiro antes de hablar.

    - Creo saber qué ocurre. Si me dan la información, Judgment y Anti-Skill podría hacerse cargo, y su amigo no estará en peligro.

    Maruo y Yukiko se observaron unos segundos. Seguidamente, le contaron todo lo que Ishiki y Dazai les habían explicado.

    Una vez acabaron su confesión, Shirai se llevó una mano al mentón, pensativa.

    - Así que un hackeo al Registro para encubrir "un ataque a Ciudad Academia"... -dijo, analizando lo que acababa de escuchar-. ¿Y ustedes saben en dónde está esa "fábrica" exactamente?

    El dúo negó con la cabeza. Ahora que lo pensaban con detenimiento, por algo deseaban seguir a Ishiki. De saber dónde se hallaba la fábrica-laboratorio habrían ido por su cuenta sin decirle nada.

    - Ya veo. No queda más remedio que... -Shirai se giró, dispuesta a negociar con Ishiki a cambio de información. No obstante, se quedó helada al ver que en el suelo no había nadie. Las agujas metálicas estaban intactas, sosteniendo dos trozos de tela chamuscada.

    >> ¡¿P-Pero cómo?! Si esta vez utilicé agujas aprueba de frío para que no se quebraran... -murmuró Shirai, observando el sitio donde había estado Ishiki.

    Shirai se agachó para inspeccionar los trozos de tela clavados en el suelo

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    Shirai se agachó para inspeccionar los trozos de tela clavados en el suelo.

    "Parecen pertenecer a la sudadera de ese chico... ¿Será que...?", pensó.

    "Así que también puede manipular el fuego con sus habilidades".

    Sacó un dispositivo extraño del bolsillo de su falda, como una delgada lámina de metal y plástico. Como si fuera un pergamino, extendió la pieza por los bordes, haciendo aparecer una pantalla táctil holográfica en medio de ambos bordes.

    "Definitivamente la tecnología de Ciudad Academia está al menos treinta años avanzada...", pensaron Maruo y Yukiko, observándola.

    - ¿Uiharu-san? -dijo Shirai, hablándole a la pantalla-. Acabo de enviarte unos datos. Envía a Anti-Skill hacia acá. Hay muchos Skill-Out tirados en el suelo de una escena del crimen. Iremos para allá.

    El dúo escuchó una voz femenina responderle desde la pantalla holográfica, aunque no podían entender lo que decía.

    - Sí, "iremos", en plural. Hay dos civiles que necesito poner a salvo antes de continuar con la investigación. Mándame la ubicación de todas las fábricas abandonadas recientemente. Si encuentro algo te enviaré una señal para que envíes refuerzos.

    Tras terminar de dar las indicaciones, la chica juntó nuevamente las dos mitades del dispositivo, haciendo desaparecer la pantalla holográfica.

    Sin decir más, sujetó a Maruo y Yukiko por las muñecas.

    - ¿E-Eh? ¿Q-Qué haces? -inquirió Yukiko, ruborizándose ligeramente al ver a aquella chica con el uniforme de la gran Tokiwadai, escuela que admiraba mucho más después de ser ayudada por la legendaria Railgun, sujetándola con tanta confianza.

    - Anti-Skill estará aquí en dos minutos. Ustedes vendrán conmigo a la 177ma Sucursal de Judgment.

    - ¿E-Eeeh? ¿Pero por qu--?

    Antes de que Maruo pudiera terminar de cuestionar la orden de Shirai, los tres desaparecieron en el aire, como si nunca hubieran estado allí en primer lugar.

    Pasados pocos minutos, el motor de las camionetas de Anti-Skill se hizo oír. Los delincuentes, aún tirados en el suelo, habrían escapado al escuchar aquel ruido, o incluso tras ver a los soldados bajándose de los vehículos y esposando a sus compañeros. Pero, teniendo huesos rotos y músculos desgarrados, ¿cómo siquiera iban a moverse?

    "Definitivamente ese chico tiene la fuerza de un demonio...", pensó el líder de la pandilla mientras los Anti-Skill lo esposaban y hacían entrar a la camioneta.

Toaru Kagaku no Magician; Volumen 01Donde viven las historias. Descúbrelo ahora