Capítulo 2.4

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    La chica con la ropa de maid miró alrededor. Había escuchado pasos.

    Aunque sus alas flameantes desaparecían en el aire, no parecía que fuera a necesitarlas. Después de todo, el chico que acababa de entrar no era un intruso.

    Era solo un compañero con el cual había trabajado en un pequeño proyecto.

    - Oh, Charlie-san -dijo el chico, observándola-. No sabía que estabas aquí.

    - Te tardaste menos de lo que creí. Te perdiste algo bastante interesante -respondió la chica, observando al chico y luego al agujero en la pared de concreto-. Y te he dicho que no me llames "Charlie". Llámame Charlotte.

    - Ah, cierto. Mis disculpas, Charlotte-san...

    La chica agitó levemente su mano derecha, como queriendo descartar aquella inútil conversación.

    - ¿Lograste hacer lo que te dije? -inquirió Charlotte, observando al chico a los ojos-. ¿Se podrá hacer esta noche?

    El chico sonrió. Apartándose la cortina de cabello negro del rostro, mostró un cuchillo ensangrentado a la chica. La hoja plateada estaba manchada de carmesí, aunque una parte ya tenía el color granate de la sangre seca. La empuñadura, de oro y platino, tenía cuatro cornalinas incrustadas, cada una con una pequeña cruz tallada, muy similar al símbolo de la Religión de la Cruz.

    Charlotte se acercó a él, tomó el cuchillo ritualista y lo elevó hasta sus ojos, inspeccionándolo.

    - <Sangre de siete personas, todas con talentos especiales> -murmuró.

    - ¿Disculpa? -inquirió el chico. No entendía muy bien el inglés, y odiaba que esa extraña chica hablara en ese idioma cada vez que deseaba guardarse algo para sí misma.

    - ¿Aún tienes el pendiente? -inquirió Charlotte.

    El joven asintió. Del lóbulo de su oreja derecha colgaba un pendiente de color azul marino. Se lo quitó con cuidado, y lo ofreció a la chica.

    - Oh, no. Aún no me lo des. Te prometí ese poder a cambio de tu ayuda para el Ritual del Edén.

    - Claro. ¿Aún falta algo? -inquirió el chico, colocándose nuevamente el pendiente, el cual se iluminó brevemente al tocar su oreja.

    Charlotte caminó por el laboratorio abandonado, observando los gigantescos tubos de ensayo rotos.

    - Lamento que tuvieras que buscar por toda la urbe a esos Usuarios de Habilidades -dijo, sin apartar la mirada de los cilindros de vidrio roto-. Como no pudimos crear a los nuestros con el ADN de cierta... ¿Cómo los llaman? ¿Niveles 5?

    - Exactamente -respondió el chico-. De la Tercera, de hecho.

    >> Pero menuda basura de investigación. Me costó robar una muestra, y aún así el experimento no resultó...

    - Bueno, de todas formas la muestra que elegiste pertenecía a otra persona, ¿no? No la recolectaste de la Tercera directamente, sino de una de las otras.

    - Agh, no lo sé. Esto es demasiado complicado para mí. Soy sólo un Nivel 0 que ha tenido un poder gracias a ti, Charlotte-san.

    Charlotte sonrió, dirigiendo sus fríos ojos al chico.

    - Me encargaré de los preparativos. Nadie tiene mejor conocimiento del Ritual del Edén que yo misma. Sólo necesito que te encargues de alguien. Hay un chico que parece estar buscando al responsable de los asesinatos, y si descubre nuestro plan, estaremos perdidos.

    - Ah, sé de quién se trata. ¿Ese Nivel 4 de Kurumizawa? ¿El que se hace llamar "Mago"?

    Charlotte asintió. Sonriendo con sorna, pensó. "¿'Mago'? Chico idiota. Ese no es un título con el que debas jugar".

    "Bueno, no es como si él pudiera detener el ritual por sí solo, y ninguna de las autoridades le creerán ahora que lo están buscando", pensó la chica.

    - Charlotte-san. ¿Podré conservar este poder si todo sale bien? -inquirió el chico, tocando suavemente el pendiente.

    - Podrás conservarlo aún si no sale bien -dijo Charlotte-. Todo esto es un experimento enorme. Tanto los tuyos--esos que se hacen llamar científicos--como los míos saldrán beneficiados, no importa el resultado.

    - ¿Entonces mi único trabajo es decir el cántico en el momento correcto, y matar al chico de Kurumizawa si llega?

    - Podría decirse que sí -respondió Charlotte, sacando una tiza roja de su bolsillo. Sin mirar al chico, comenzó a dibujar un círculo enorme en el suelo, de tres metros de diámetro.

    Tras dibujar la figura, la chica comenzó a escribir algo en los bordes en lo que parecía griego. Cuatro palabras que eran desconocidas para el chico del pendiente, pero con las cuales ella parecía familiarizada.

    - Camael... -murmuraba ella, mientras escribía-. Milchamah... Athanatos... Sabaoth...

    "Camael... Guerrero del ejército inmortal del Señor...", pensaba Charlotte, traduciendo mentalmente cada palabra.

    Para finalizar los preparativos, la chica dibujó algunos símbolos dentro del círculo. Varias cruces celtas pequeñas, el símbolo del Tercer Cielo, Machon, en el centro, y el símbolo de Marte, en la parte inferior izquierda, apuntando hacia arriba.

    Tras terminar el Sello, Charlotte se llevó la mano derecha a la frente. Posteriormente la bajó hasta su diafragma, la elevó hacia su hombro izquierdo, y finalizó llevándola hasta su hombro derecho.

    - Amén -dijo, llevándose la tiza al bolsillo. Todo aquello le parecía muy extraño al chico, aunque éste decidió no interrumpirla. Incluso alguien como él, que era ateo, sabía que el momento en que una persona se signaba de aquella manera era algo importante, por lo que se limitó a observarla.

    >> El Sello está finalizado -dijo la chica, observándolo-. Sólo falta dejar que la tiza forje el dibujo al suelo. Tardará unas horas, pero creo que para medianoche estará finalizado el preparativo.

    - ¿Quieres que me haga cargo de ese Nivel 4? -preguntó el chico.

    Charlotte negó con la cabeza.

    - No hará falta. Él vendrá.

Toaru Kagaku no Magician; Volumen 01Donde viven las historias. Descúbrelo ahora