Capítulo 4.3

87 9 0
                                    


    Emily se acercó al cuerpo sin vida de Kuromori. Se colocó de rodillas, colocando sus dedos sobre la vena yugular del joven.

    - ... Otra víctima del uso incorrecto de la magia... -suspiró. Colocando una mano sobre el agujero en la frente del cadáver, comenzó a murmurar algo.

    Cuando terminó sus plegarias, la monja se persignó. Antes de levantarse, tomó el pendiente de Kuromori con suavidad.

    - ¡Por esto es que ningún Usuario de Habilidades debe utilizar magia! -gritó Emily, acercándose a su hermana y dándole una sonora bofetada.

    - N-No sabía que ocurriría esto... Creí que aguantaría... -dijo Charlotte, frotándose su enrojecida mejilla, con lágrimas en los ojos-. ¡Dios, hermana, eso duele!

    Emily le propinó otra bofetada, esta vez en la otra mejilla. Charlotte la miró, sorprendida y asustada.

    - Eso fue por blasfemar -le recriminó-. Escucha, Charlie... No sé cómo sacarte del problema en que te metiste. Esto es muy, muy grave...

    Ishiki sólo podía escuchar a las hermanas. Tenía su rostro desfigurado por los golpes, y había al menos veinte huesos fracturados a lo largo de su esqueleto. Podía sentir incluso los puntiagudos fragmentos de sus costillas punzando en sus órganos. No podía moverse aunque quisiera, y de hacerlo estaba seguro de que sus órganos acabarían perforados.

    - ¿Por qué...? -masculló, intentando articular algo inteligible-. ¿Magia...? ¿Por qué él...?

    No podía ver nada debido a la hinchazón de sus párpados. Ni siquiera sabía si sus ojos seguirían funcionando después de aquella paliza. Sólo supo que una de las hermanas se acercaba a él.

    - ¡Emily! ¿Acaso se lo dirás? -reclamó Charlotte, observando a su hermana arrodillarse frente a Ishiki.

    Ignorándola, la chica extendió su mano hacia el chico. Un sello luminoso se creó a pocos centímetros de su mano, como si alguien lo hubiera dibujado con un marcador azul en el aire.

    - Sus heridas no son tratables... Se requerirá muchísimo maná para restaurar su cuerpo, y no poseemos tanto -dijo la monja, observando a su hermana-. Si va a morir igualmente, creo que tiene derecho a saberlo, y de todos modos es información que pareces haber olvidado, Charlie. Nos habría escuchado de todos modos.

    >> Escucha con atención, ¿de acuerdo? -exclamó, dirigiendo su mirada hacia Ishiki-. Ustedes, los Usuarios de Habilidades, tienen un funcionamiento cerebral diferente al de nosotros los magos. Si un Usuario de Habilidad intentara utilizar magia, su cuerpo no lo soportaría. Son mundos distintos, dos poderes derivados de situaciones diferentes. Por eso tu atacante murió, y en verdad lamento que lo haya hecho tan tarde.

    Ishiki no podía verla, pero por cómo comenzaba a quebrársele la voz, dedujo que estaba llorando.

    - Siempre hay inocentes muriendo cuando estos dos mundos se cruzan... -dijo finalmente, poniéndose en pie-. No puedo saber lo que Él piensa, pero si de verdad vino hasta aquí con intenciones diferentes a las de mi hermana o a las de ese otro chico, quizás se pueda apiadar de su alma.

    Emily parecía querer decir algo más, pero se contuvo. Poniéndose en pie una vez más, se dirigió hacia el Sello que Charlotte había dibujado.

    - Katharismós -dijo, realizando un movimiento vertical con su mano. Como obedeciendo sus órdenes, una masa enorme de agua apareció de la nada, cayendo sobre el Sello y borrándolo casi de inmediato.

Toaru Kagaku no Magician; Volumen 01Donde viven las historias. Descúbrelo ahora