Capítulo 3.4

101 11 0
                                    


    - ¡WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! -el grito de Yukiko resonó en el aire mientras caían.

    - ¡Vamos a moriiiiiiiiiiiir! -chillaba Maruo, observando los edificios debajo de ellos acercándose peligrosamente.

    Entonces desaparecieron nuevamente, reapareciendo varios metros más adelante. Era como una caída infinita, pues Shirai no permitiría que dos inocentes cayeran desde semejante altura. No obstante, estaba comenzando a hartarse del miedo de sus acompañantes.

    - ¡Por el amor de Dios, cállense! ¡Esta es la ruta más rápida! -los regañó, haciéndose oír por encima del silbido del viento en sus oídos y de los gritos-. ¡He hecho esto muchas veces, llegaremos pronto!

    Volvieron a desaparecer. De nuevo reaparecieron varios metros al frente, recuperando altitud. Llevaban apenas un par de minutos siendo llevados por el Teleport de Shirai, quien los llevaba hacia la 177ma Sucursal de Judgment.

    Shirai miró hacia abajo, avistando la Escuela Media Sakugawa a unos treinta metros por debajo de ellos. De color blanco, el edificio principal de cuatro pisos de altura reflejaba suavemente la luz del sol poniente. El segundo edificio se conectaba a la estructura principal mediante un puente elevado.

    Haciendo un cálculo rápido, Shirai se dejaba caer, aún sosteniendo a los dos amigos por las muñecas. El grito del dúo se habría podido escuchar incluso desde las aulas de no ser porque las clases ya habían terminado hacía horas. Faltaban solo cinco metros para que Shirai y sus acompañantes se estrellaran contra el suelo cuando volvieron a desaparecer, reapareciendo frente a un pequeño edificio dentro del terreno escolar. La construcción, de dos pisos de alto, tenía una placa metálica que rezaba "Judgment, Sucursal No. 177".

    - Llegamos -declaró Shirai, girándose hacia sus acompañantes-. Sé que el viaje fue movido, pero llegamos en menos de cinco mi--¡No pienso limpiar eso!

    Maruo se hallaba de rodillas en el suelo. Tenía el rostro pálido, y su cabello rojo estaba pegado a su cuero cabelludo por el sudor. Se había mareado tanto en el último tramo del viaje que vomitó en el suelo, cerca de la entrada hacia la oficina de Judgment.

    Yukiko, en cambio, estaba apoyada en la pared de la oficina. Tenía su mano izquierda cubriéndole la boca, y parecía estar a punto de vomitar también. Sus ojos rojos estaban ligeramente desenfocados, y se tambaleaba un poco. Ni siquiera parecía haberse percatado de que tenía la parte derecha de su falda levantada y desarreglada, dejando visible su muslo.

    "¡Qué chicos tan débiles! ¡Ni siquiera la infantil Onee-sama se asustó tanto la primera vez que la llevé con mi Teleport!", pensó Shirai.

    Irritada, Shirai presionó el timbre. Un ligero zumbido se hizo oír.

    - ¿S-Sí? -dijo una voz aguda desde el pequeño parlante sobre el botón.

    - Uiharu-san, es Shirai -dijo la chica-. Traje a los civiles.

    Yukiko tuvo una sonora arcada. Maruo apenas se estaba levantando, limpiándose la boca y tambaléandose un poco. Parecían una pareja de borrachos.

    - Uiharu-san, por favor quita la alfombra, y deja listos los suplementos de limpieza. El viaje fue demasiado para estos dos -añadió Shirai, observando con recelo a los chicos.

    - ¡R-Recibido! -respondió Uiharu. Shirai abrió la puerta e hizo una señal a sus acompañantes para que entraran con ella. Yukiko y Maruo, aún con náuseas, obedecieron.

    Al pasar, Shirai cerró la puerta detrás de ellos. Un pequeño pasillo se extendía delante de ellos, con una puerta a cada lado que llevaba a habitaciones distintas, y unas escaleras al final del pasillo llevaban hacia el piso superior. Shirai los guió por ellas hasta llegar a la segunda planta. Atravesando la puerta a su derecha, entraron en la oficina de Judgment.

    Era una estancia cuadrada bastante amueblada, con una pequeña sala separada de los escritorios con ordenadores por un librero lleno de documentos y archivos. Sobre la mesita cuadrada había dos tazas de té.

    - ¡Bienvenidos! -los saludó Uiharu, deslizando su silla de oficina para hacerse ver por un lado del librero-. Preparé un té para las visitas.

    - G-Gracias -dijo Yukiko tímidamente, sorprendida por el buen trato que estaban recibiendo. Esperaba que los riñeran primero por haberse metido en problemas con Skill-Out, pero por lo visto la chica de cabello corto estaba legítimamente aliviada de ver que los civiles que mencionó su compañera estuvieran bien. Incluso Shirai parecía más tranquila.

    Tomando asiento en uno de los sofás, Yukiko observó los alrededores. Su mareo ya estaba pasando, y como nunca antes había estado en una oficina de Judgment sentía mucha curiosidad por lo que había dentro. Incluso logró atisbar un trapeador y varios productos de limpieza en una esquina de la habitación, junto a una alfombra enrollada.

    "Por lo visto de verdad creen que vomitaremos aquí", pensó Yukiko, ruborizándose un poco, pero sabiendo que después de aquella escena afuera de la oficina era entendible que dudaran de la fortaleza de sus estómagos. Maruo, en cambio, simplemente se recostó boca abajo en el otro sofá.

    - Shirai-san, ya te envié las locaciones de todas las fábricas abandonadas recientemente -dijo Uiharu, mirando a su compañera.

    - Gracias, Uiharu-san -dirigiendo una última mirada hacia Yukiko y Maruo, añadió-. Cuida de ellos, ¿de acuerdo? Te avisaré si veo actividad sospechosa para que envíes a los Anti-Skill.

    - ¿Q-Qué ocurrirá con Ishiki? -inquirió Yukiko, mirando a Shirai con preocupación. Por primera vez desde que se habían visto en Strange, la chica de Tokiwadai le dedicó una sincera sonrisa a Yukiko.

    - No se preocupen. Prometo que salvaré a su amigo. Es cierto que está en un grave problema, pero reconozco que sin él no nos habríamos enterado de los planes de Skill-Out.

    >> Bueno, entonces, ¡nos vemos! -añadió Shirai, desapareciendo en el aire.

    Un incómodo silencio llenó la habitación, solo interrumpido por el tecleo constante de Uiharu y los gemidos de dolor de Maruo.

    - ¿T-Todas las damas de Tokiwadai son así? -inquirió Yukiko, intentando hacer conversación.

    - Hmm... No estoy segura -respondió Uiharu, volviendo a asomarse por el lado del librero-. Solo conozco a Shirai-san, y he oído mucho sobre Misaka-san. Sólo sé que Misaka-san ha ayudado a Judgment en el pasado.

    - Oh, ya veo... Así que Misaka-sama ayuda siempre que puede a la gente -dijo Yukiko, pensativa.

    - ¿Hm? ¿La conoces, eh...? -inquirió Uiharu, observando a la chica.

    - Ah, Hitogata. Yukiko Hitogata -respondió Yukiko-. Sí, la conocimos hoy. Nos ayudó con un problema con una vieja conocida de esa escuela...

    - Un placer. Soy Kazari Uiharu -respondió la chica, acomodándose el tocado de flores con timidez mientras se levantaba de su asiento. Tomando aire, comenzó a hablar muy rápido-. ¡Qué suerte! ¡Conociste a la legendaria Railgun! ¿Y dices que los ayudó? ¿Tienen una conocida de Tokiwadai? ¡Wow! ¡Eso es tan genial! Buaaah... Quisiera a las ojou-sama de Tokiwadai... A esas que beben té caro y hablan de manera refinada...

    Tras terminar su veloz monólogo, Yukiko apenas había podido seguir el curso de lo que decía. Sin embargo, se sintió aliviada al ver que no era la única obsesionada con la elegancia de Tokiwadai. Sintiéndose renovada, le contó a Uiharu todo lo ocurrido con Misuzu y sus amigas, y cómo Mikoto Misaka los había ayudado.

    Pese a seguir preocupada por Ishiki, sabía que no podía hacer nada. Siendo una Nivel 0, lo único que le quedaba era tratar de distraerse conversando con aquella chica.

    "Por favor, Kishi-kun...", pensaba.

    "... Prométeme que volverás".

Toaru Kagaku no Magician; Volumen 01Donde viven las historias. Descúbrelo ahora