Capítulo 1.4

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    Una vez estuvieron en el salón de clases, Yukiko seguía sin dirigirles la palabra a sus dos amigos. Ishiki, sentado en el último asiento, al lado de la ventana, seguía con la mezcla de enojo y preocupación dando vueltas en su mente. En el pupitre frente al suyo se hallaba Maruo, quien jugueteaba con los lápices, poniéndolos en equilibrio. A la derecha de Ishiki estaba sentada Yukiko, con los brazos cruzados. Su rostro seguía levemente enrojecido, aunque sus compañeros no sabrían si era por enojo o un simple rubor.

    Pese a que la clase había empezado hacía ya media hora, Ishiki no podía aclarar sus pensamientos. Los sucesos de la noche anterior y de aquella mañana le dejaban una inquietud difícil de explicar. Además, tuvieron que ir a la sala de profesores a recibir una amonestación por la llegada tardía.

    Al observar de reojo a su compañera, notó que ésta también lo observaba. No obstante, Yukiko apartó la mirada rápidamente. Maruo, que había dejado los lápices y se dedicaba a observarlos, sonrió de forma ligeramente burlesca a Ishiki, antes de pasarle un papel cuidadosamente doblado. Éste lo abrió y leyó rápidamente lo que llevaba escrito. Por la burda caligrafía, supo de inmediato que fue escrito por el joven pelirrojo.

"Hombre, ya viste a Hitogata-chan, ¿no? No parece que te odie realmente por lo ocurrido. ¿Por qué no la invitas a salir y ya, todo resuelto? JA JA JA."

    Ishiki, sintiendo cómo su rostro se ponía rojo, miró a Maruo con furia. El pelirrojo, observándolo, le guiñó un ojo y levantó sus pulgares, como diciéndole "¡buena suerte con la chica, compañero!".

    El calor del rostro y manos de Ishiki aumentaba rápidamente, hasta que el papel acabó combustionándose, quedando reducido a cenizas. Una estela de humo salía del pupitre del joven, atrayendo la atención tanto de sus compañeros como de su profesora, quien había interrumpido su explicación sobre ecuaciones diferenciales--la cual, de todos modos, nadie estaba escuchando realmente.

    - ¿Usando poderes en clase, Kōrihi-kun? -dijo la profesora con tono calmado, el cual se yuxtaponía a su ceño fruncido y a la vena palpitante en su sien, la cual parecía estar a punto de estallar.

    - ¡Ah! ¡P-Por supuesto que no, Kuroe-sensei! -exclamó Ishiki, poniéndose en pie, con los brazos rectos y firmes.

    - "Por supuesto que no", ¡claro que estabas usándolos! -reclamó Kuroe, señalándolo con un dedo y perdiendo totalmente la tonalidad formal-. ¡Es la quinta vez este mes! ¡No pienso volver a pagar por un escritorio calcinado!

    >> ¡Y por el amor de Dios, llámame sólo Sensei si quieres! ¡Se ve muy mal que un alumno use el nombre de su profesora tan descaradamente!

    - ¿Hah? ¿Para empezar cómo pasaste de regañarme por una cosa a directamente empezar a reclamarme por otra totalmente diferente, Nee-chan? -gritó Ishiki, perdiendo los estribos.

    Normalmente una situación así jamás sería vista en una escuela, y menos en una tan prestigiosa como la Academia Kurumizawa. Sin embargo, era imposible para dos hermanos tan distintos entre sí no pelear.

    Después de todo, Kuroe e Ishiki eran justamente eso: hermanos. Con una enorme diferencia de quince años entre ambos, nunca tuvieron la oportunidad de criarse juntos.

    De hecho era tan común que discutieran así que ya toda la institución sabía que aquella hermosa profesora de cabello negro y ojos azules era la hermana mayor del iracundo, casi delincuente con poderes de Nivel 4. Al pensarlo más detenidamente, ambos tenían el mismo carácter explosivo, y la mayoría del alumnado--e incluso parte del profesorado--estaban seguros que, de tener Kuroe también habilidades psíquicas, sería capaz de pelear con su hermano menor allí mismo.

    Habrían seguido discutiendo si no fuera por aquella voz, tímida y a la vez clara, que interrumpió lo que había pasado de una clase de Matemáticas a un entretenimiento algo incómodo para la clase.

    - U-Um... Disculpe, ¿es este el salón de Kuroe Kōrihi-sensei?

    Quien había hablado era una chica bastante menor que el promedio de la clase, asomando la cabeza por la puerta del aula. Llevaba un uniforme de marinera que claramente la delataba como estudiante de la Escuela Media Sakugawa. Tenía el cabello negro, corto, y un extraño pero indudablemente sobresaliente tocado de flores coronaba su cabeza.

    - B-Buenos días -dijo Kuroe, poniéndose pálida-. Exactamente, esta es mi clase.

    "E-Espero que no me haya visto en un estado tan furibundo", pensó la profesora, dirigiéndose hacia la puerta como si nada hubiese pasado, aunque le lanzó una última mirada de ira a su hermano, quien sintió un escalofrío subir por su espalda.

    - Estás muerto~♪ -murmuró Maruo a su amigo, tratando de contener la risa.

    Ishiki se limitó a mirarlo nuevamente, no con ira, sino como gritando "¡sálvame!" con sus ojos. Nadie mejor que él mismo sabía la que le esperaba cuando su hermana saliera del trabajo. Pese a tener poderes de un nivel tan elevado, no tenía el valor de usarlos para defenderse de alguien que ni siquiera alcanzaba el Nivel 0.

    Porque en efecto, ningún adulto en toda Ciudad Academia se había sometido al Programa de Desarrollo de Habilidades, por lo que sus sistemas nerviosos estaban intactos, inalterados, totalmente limpios de cualquier modificación. Los Niveles 0, pese a no haber demostrado ningún resultado de la experimentación otorgada por el Programa, aún tenían la posibilidad de convertirse en Usuarios de Habilidades.

    - ¿Qué necesitas, señorita? -inquirió Kuroe, observando a la alumna desconocida y dedicándole una amable sonrisa.

    - ¡Ah! S-Soy de Judgment. Una de mis compañeras viene en camino para investigar a algunos de los estudiantes de esta academia... -respondió la joven, tan tímidamente que parecía que fuera a sufrir un ataque de pánico allí mismo.

    Para demostrar la veracidad de sus palabras, la chica tiró suavemente de la manga derecha de su uniforme. En efecto, allí estaba el escudo de Judgment.

    El mismo escudo que llevaba aquella chica...

    - Oh, claro. Recuerdo que pasaron una circular avisándonos al profesorado de que vendrían. ¿Tu compañera ya está aquí? -preguntó Kuroe amablemente.

    - Ella estará aquí en un minuto. Creo que dijo que iba al lavabo un momento...

    En ese momento, un timbre corto sonó.

    - ¡Aah! ¡L-Lo siento! -exclamó la chica, ruborizándose mientras sacaba su teléfono móvil del bolsillo de su falda.

    Al levantar la tapa del celular, la chica comenzó a leer lo que presentaba la pantalla. ¿Un mensaje o un correo, quizás?

 ¿Un mensaje o un correo, quizás?

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    - E-Ella ya viene en camino. Llegará pronto... -aclaró, guardando nuevamente el teléfono.

    Como si de una especie de invocación se tratara, otra chica asomó su cabeza por la puerta.

    - Ah, Uiharu-san, estás aquí. ¿Ya le avisaste? -dijo, dirigiéndose a la chica de cabello corto.

    - ¡S-Shirai-san! Sí, ya le avisé -respondió Uiharu, aún algo tímida y un poco nerviosa.

    En ese momento, Ishiki palideció.

    La chica que acababa de entrar, de cabello marrón claro atado en dos coletas, no era otra sino la causante de sus contusiones faciales.

Toaru Kagaku no Magician; Volumen 01Donde viven las historias. Descúbrelo ahora