6. Secreto no tan secreto

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3 Días para San Valentín

Amy llegó a casa de Sonic y Tails dos horas antes del inicio de clases.

Tails abrió adormilado con un cepillo de dientes en su boca y al verla rápidamente se lo sacó. —Sonic sigue dormido.

Ella acarició su brazo. —No vengo por Sonic— en su vida creyó que esas palabras saldrían de su boca. —Quiero hablar contigo.

El semblante desanimado que portaba la chica sorprendió al zorro. Quien rápidamente la dejó pasar y le pidió un minuto para terminar de lavarse los dientes.

Al estar con ella en la cocina y para hacer la situación más amena  Tails puso sus máquinas a trabajar para el desayuno. —¿De qué quieres hablar?— antes que un mal tercio, Tails también era amigo de Amy, y como tal, la apreciaba mucho. Por eso temía lo peor. ¿Y si su amistad se rompía por la situación de Shadow y Sonic?.

—¿Tu sabías?— comenzó y jugó con el vaso de agua que pidió anteriormente.

—¿Lo de Sonic y Shadow?— preguntó —Sospechaba pero no...

—Eso no— lo cortó. —Sobre Sonic, tu sabías...— sintió un nudo en su garganta y se lo tragó. —¿Sabías que Sonic era gay?

Porque si era así. Y Tails lo sabía, ¿porqué ella no? Eran amigos también. Y sí, tenía una obsesión por Sonic pero de haber sabido, ella podría... ¿Podría qué? ¿Olvidarse de sus sentimientos? ¿En serio podría?

—Sí— bajó la mirada esperando alguna reacción dramática por parte de la rosada.

Ella solo asintió lento. Ya solo faltaba que Knuckles también supiera.

Un silencio se creó entre ambos hasta que Amy se acabó su agua y se sintió lo suficientemente hidratada para hablar.

—¿Porqué no me dijeron?— más bien —¿Porqué no me dijo él?

Tails recordaba claramente como Sonic dudaba demasiado a la hora de decir su sexualidad. Porque humanos y mobians le tenían mucha estima. Temía, muy en el fondo, y gracias a su extraño sentido heroico, que si decía abiertamente su sexualidad. Ya no sería lo mismo. Era un tema delicado. —Es difícil decirte con certeza, porque él no te lo mencionó— el tostador sonó y el zorrito buscó por platos. —Pero si buscas respuestas, ¿Porqué no hablas directamente con él?

Mismo consejo, diferente mobian.

—¡Buenos días!— Sonic frenó su supervelocidad en seco cuando distinguió a la eriza. —¡Amy!— sonrió nervioso, era muy temprano para huir de ella. —¿Q-qué haces aquí?— miró a su mejor amigo de reojo y con esa mirada fue suficiente para gritarle en secreto: ¿¡QUÉ HACÍA ELLA AHÍ!?

Sus mañanas eran su momento más preciado en el día porque hacía todo lo que quisiera a la máxima velocidad y no se preocupaba por que alguien lo viera. Pero ahora, sé había arruinado.

—Yo ya me iba— le sonrió dolida y recogió su mochila —Nos vemos en clase.

No es que quisiera ser mala o fría o algún otro adjetivo negativo. Pero aún necesitaba pensar las cosas, aclarar sus ideas y tal vez, por primera vez en su vida, considerar la idea de olvidarse de su erizo perfecto. Olvidarse de Sonic.

Cuando Amy cerró la puerta el cobalto frunció mucho el ceño y miró a Tails. —Muy bien— se cruzó de brazos —Eso sí que no es normal— golpeó su pie contra el suelo repetidas veces mientras debatía ideas para finalmente suspirar. —Iré a ver como...

—¡No!— Tails alcanzó a detenerlo. —Ella no se siente bien, quiere estar sola.

—Tal vez, pero nadie quiere estar solo si se trata de estar conmigo— sonrió y se apuntó, a lo que el zorro lo miró despectivo. —Al menos no Amy— se corrigió.

My Heart Beats Boom Boom Boom ||SHADONIC||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora