14. Kidos

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Una semana después...

Shadow sintió un golpecito en su frente. Negándose a ser despertado aún se quitó la mano de encima. Suponía que era Sonic, no le dio mucha importancia.

Ahora sintió que le jalaban leve la oreja, frunció el ceño y volvió a quitar la mano ajena para recostarse boca arriba. Entonces un peso extra se posó en su pecho y una respiración pesada le llegó directo al rostro. —Como no te quites Faker, te voy a hacer llorar— amenazó aún sin abrir los ojos.

Pero no se quitó, al contrario pareció acercarse más porque ahora sentía justo en frente las respiraciones pesadas y repetitivas, parecía más un perro que Sonic, se escuchaba asqueroso, apenas se dispuso a abrir los ojos cuando algo abrió sus párpados a la fuerza y lo primero que divisó fue un bebé morsa a punto de babear justo en su ojo. —¡¡¡AAAAAAAAAH!!!— se sentó de golpe y lo levantó en alto para que no lo babeara.

Por obvias razones el bebé también se asustó y comenzó a llorar.

Una vena saltó en la frente del bicolor, no estaba de humor para tratar con infantes. Buscó por Sonic pero no había nadie a su lado... Sonic no estaba a su lado. Empezando a entrar en pánico pánico ante la ausencia del cobalto y un bebé que no dejaba de gritar miró de reojo la hora. 1:35 pm, frenó su descarrilamiento de ideas para enfocarse en eso ¿Tanto durmió?

—Oh, despertaste.

Su mirar inmediatamente se posó en el cobalto. El erizo entraba al cuarto apoyado en muletas con un biberón recién preparado. Se sentó en la orilla de la cama y cargó al bebé en brazos para darle su comida y que este inmediatamente dejara de llorar.

—Tu travieso— regañó un poco al menor —Te dije que lo dejaras dormir— y lo sentó al centro de la cama donde le simuló un corral con las almohadas. —Ya me estaba preocupando, ¿Sabes?— miró a Shadow. —Dormiste por una semana.

¡¿Cómo!? —¡¿Una semana?!

—Shh, lo vas a asustar— apuntó al menor. —Y sip— se acercó a él para susurrar. —Bello durmiente— burló.

El bicolor le sonrió de vuelta. No tenía muy claro por qué, la presencia de Sonic le calmaba, además se sentía como renovado, supuso que por el sueño en extremo gratificante que tuvo.

—¿Tuviste pesadillas?— preguntó el cobalto mientras sacudía una pequeña sonaja al bebé morsa.

Shadow se recostó un poco para admirar la escena, era la primera vez que veía a Sonic tratar con un menor, se notaba incómodo pero no sabía si era por el bebé o alguna otra cosa. —No sé, no recuerdo mis sueños ni pesadillas.

Los ojos esmeraldas del contrario lo miraron inconformes con esa respuesta. Algo le aquejaba. —¿Seguro?

Ahora intrigado frunció el ceño. —¿Pasó algo?

Sonic guardó silencio, se distrajo un poco molestando al pequeño para ver el límite de sus reacciones antes de hacer berrinche. Le quitó el biberón y lo puso al otro lado del corral, contó el tiempo que tardó en darse cuenta y luego lo que tardó en alcanzarlo. Le frustraba que fuera tan lento. Pero al final suspiró y regresó sus ojos al bicolor. —¿Quién es María?

La pregunta tomó a Shadow desprevenido. Todo ambiente de tranquilidad se volvió hostil y el bebé pareció notarlo porque comenzó a hacer pucheros, pucheros calmados cuando Sonic acarició su cabeza.

El cobalto se sentía en especial preocupado por quién fuera esa persona y lo que causó en Shadow, pues más de una noche lo despertó gritando aquel nombre. Fuera quién fuera, molestaba la tranquilidad del que ahora consideraba uno de sus amigos más cercanos, y no le gustaba.

My Heart Beats Boom Boom Boom ||SHADONIC||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora